1.- PINZADO
Pinzado |
El pinzado es la
operación de cortar los brotes nuevos que van saliendo y que deforman el árbol.
Los objetivos del pinzado son corregir y realzar la forma del bonsái, con ello
se origina una mayor ramificación y densidad, a la vez que limita o acelera el
crecimiento según deseemos.
El pinzado se
efectúa a medida que el árbol va creciendo, es decir, durante toda su época
activa, en términos generales puede ir desde la primavera hasta el principio
del otoño, y la forma de pinzar varía mucho según la especie de árbol que se
trate.
2.-ABONOS
Las plantas se
alimentan de las sales nutritivas que extraen del suelo. Los bonsáis, como
viven en macetas pequeñas, pueden llegar a consumir todos los nutrientes que
hay en la tierra, por eso, hemos de ir reponiendo mediante el
Detalle del sustrato de un bonsái |
abonado los
elementos que consume el árbol.
Estos nutrientes son
los mismos que necesitarían cualquier planta normal. Hay tres elementos básicos
para mantener una planta sana.
Uno es el nitrógeno, que
favorece el crecimiento y sus hojas se verán verdes sanas, y los otros dos
elementos fósforo y potasio favorecen la floración así como el desarrollo
de raíces y endurecimiento del bonsái.
En menores cantidades se suministran
también un conjunto llamado microelementos que pueden ser calcio, azufre,
magnesio, hierro, cobre, boro, etc.
No abonaremos en
invierno, ni durante los periodos o días de calor extremo, ni cuando el bonsái
está en brotación. Si abonaremos en cambio, después de que hayan abierto las
hojas y madurado.
3.- PODA
La poda de
mantenimiento sirve para corregir el crecimiento de los árboles.
Poda de bonsáis |
Por lo general todas las ramas y brotes deben recibir luz. Por lo tanto eliminaremos todas las ramas que crezcan directamente hacia arriba o hacia abajo, las que se crucen con otras o las que crezcan hacia el interior. Aplicando esta regla conseguiremos una silueta triangular, con una base más amplia que la copa.
Se puede formar un
Bonsái solo con las técnicas de poda, aunque los
La poda se combina con el alambrado |
resultados más naturales se
consiguen combinando esta técnica con la del alambrado. La poda produce ángulos
demasiado agudos en el tronco y ramas, mientras que el alambrado los produce
suaves.
Las raíces de todos
los árboles crecen para encontrar el agua y los nutrientes que le son tan
necesarios para la vida. Así pues, cuando un árbol crece en una maceta,
Momento óptimo del trasplante |
Las
raíces van creciendo hasta ocupar la totalidad del espacio limitado. Al mismo
tiempo la tierra se va desgastando y pierde la facultad de proporcionar los
nutrientes que el árbol necesita.
Si levantamos el árbol de la maceta veremos
que las raíces forman un ovillo espeso y enredado. Este será pues el momento de
trasplantar si deseamos mantener la salud del árbol, o bien deberemos plantarlo
en una maceta mayor o en el suelo.
Son sólo las raíces
más jóvenes y finas las que trabajan para alimentar al árbol y éstas, al igual
que las ramas, se activan y estimulan mediante la poda.
Un árbol en una
maceta no necesita de raíces gruesas para proporcionarle
Sólo nos interesan las raíces finas |
estabilidad, tal y
como las necesitan los árboles creciendo en el suelo, y cuando se podan estas
raíces, el árbol reacciona emitiendo gran cantidad de raíces jóvenes y finas.
Los resultados pueden observarse en la copa, con un crecimiento sano y
vigoroso. En vez de una maceta llena de raíces viejas y poco útiles, las
renovamos con raíces que son muy útiles y necesarias para el árbol.
Así, la poda de
raíces es necesaria en los Bonsái, y tal como cada año que pasa, éstos
adquieren las características de vejez que buscamos.
4.- TRASPLANTE
Trasplante de bonsáis |
El trasplante es
otra operación que nos veremos obligados a efectuar muchas veces a lo largo de
la vida de un Bonsái, por lo que podemos dividir esta técnica en tres
variedades, dependiendo de la edad del árbol que tengamos entre manos o
dependiendo de como lo obtengamos.
En el trasplante de
mantenimiento, el objetivo a conseguir es el de proveer a nuestro Bonsái de un
suelo nuevo, poroso y rico en sustancias nutritivas.
Una vez formada la
copa y el cepellón, un Bonsái puede agotar la tierra de su maceta en dos años;
los cientos de hojas de su parte aérea están demandando alimento y agua a las
raíces continuamente, por lo que éstas crecen muy rápidamente.
5.- ALAMBRADO
El alambre permite
modelar el árbol, darle una forma concreta, una mayor
Técnica del alambrado
belleza y una mayor
similitud con las formas que adoptaría creciendo libremente en los distintos
tipos de hábitat. También es necesario para corregir la forma o inclinación de
aquellas ramas con irregularidades en su brotación, las que se cruzan con otras
ramas, las que tienen un crecimiento excesivamente vertical, etc.,
Por consiguiente,
podemos considerar el alambrado como el método a utilizar para corregir los
defectos, afinar y realzar las cualidades del árbol. Con ello nos permite
utilizar ramas que de otro modo tendríamos que podar. En cierto modo el alambre
sustituye la fuerza del peso de las ramas en los árboles grandes en la
naturaleza.
Cuando alambremos y
mientras no se tenga experiencia, empezaremos por las ramas más finas, en ellas
se emplean calibres de alambre más delgado, con lo que el riesgo de partir una
rama al alambrar o al doblar la rama, es menor.
El alambre debe seguir la forma de la rama |
El alambre debe
seguir la forma que tiene el tronco o la rama. Entre el alambre y la corteza
del árbol, debe quedar justamente el grosor de una hoja de papel. Es decir el
alambre debe sujetar la rama pero sin estrangular la corteza.
El alambrado es una
técnica que exige que la ramificación del árbol pueda verse con el mayor
detalle posible.
En el supuesto de un árbol con hoja caduca, la respuesta obvia
sería que el alambrado se realizase en invierno, cuando ha perdido todas sus
hojas. Sin embargo esta época tiene sus inconvenientes, las ramas de los
árboles en esta estación no son tan flexibles como en primavera o verano.
En invierno las ramas
sobre las que vamos a colocar el alambre ya están lignificadas, lo que
supone que éste no comenzará a ser efectivo hasta que la savia no comience a
circular de nuevo. Esto parece que no es importante, pero en caso de quebrar
alguna rama, ésta no cicatrizará hasta la próxima primavera.
Por el contrario, en
primavera, el árbol es más flexible y si observamos atentamente los primeros
indicios de brotación, nuestro trabajo no se verá dificultado por un follaje
demasiado desarrollado.
La época más
conveniente para el alambrado de las coníferas, que siempre
Es conveniente alambrar ramas de dos en dos |
conservan sus
agujas, es aquella en que las yemas no están activas, es decir el período
comprendido entre el otoño, en que ya han formado las nuevas yemas, y la
primavera, en que éstas brotan.
Es conveniente
alambrar las ramas de dos en dos, sin olvidar en ningún momento que, al elegir
cada par de ramas, exista una distancia suficiente entre cada una de ellas, que
permita al menos dos vueltas de alambre en algún punto de sujeción, que puede
ser una rama más gruesa o, generalmente, el tronco.
6.- DEFOLIADO
Defoliado |
El defoliado, como
su nombre indica, es la eliminación total o parcial de las hojas en las
especies de hoja caduca, antes de que éstas caigan naturalmente en otoño.
El defoliado del bonsái
involucra el cortar todas las hojas de un árbol durante el verano. Al hacer
esto se fuerza al árbol a la creación de nuevos brotes, dando lugar a una
reducción del tamaño de las hojas y a un aumento de la ramificación.
Esta técnica debe
utilizarse únicamente sobre árboles caducifolios sanos y fuertes para soportar
esta técnica estresante. El defoliado puede utilizarse también para reducir el
crecimiento de determinadas partes del árbol, por ejemplo el defoliado de la
zona apical del árbol dejando sin defoliar la zona baja; al hacer esto se
equilibra la fuerza de crecimiento del árbol.
Para la mayor parte de
las especies arbóreas, junio es el mejor mes para
realizar el defoliado,
ya que le queda suficiente tiempo al árbol para que genere nuevos brotes y
hojas y se pueda preparar para la estación invernal. El momento exacto depende
del árbol pero, como norma, se debe defoliar siempre después que el crecimiento
primaveral haya madurado.
Junio es la mejor época para defoliar |
La mayor parte de los
árboles caducifolios se puede defoliar, pero esté seguro de ello ya que algunos
árboles no reaccionan bien a esta técnica. También se puede aplicar esta
técnica a muchos árboles de hoja perenne como los ficus, pero nunca a las
coníferas. Nunca defolie árboles débiles (debido a un reciente trasplante, poda
o enfermedad) o bien los árboles que están todavía en modelado.
Debemos utilizar unas tijeras alargadas y finas |
Corte las hojas usando unas tijeras alargadas y afiladas, procure cortar por el peciolo dejando una parte de él intacto
Después del defoliado de un árbol sitúelo en la sombra
durante un tiempo y déjelo que se recupere hasta que nazcan los nuevos brotes
que tardarán aproximadamente un mes. Tenga en cuenta que deberá reducir
ligeramente el riego.
La defoliación parcial puede realizarse
para siluetear el Bonsái (quitando las hojas que salgan de la silueta marcada).
Generalmente el defoliado se lleva a cabo en variedades de hoja caduca, pero
algunas de hoja perenne como algarrobos, olivos, ficus, quercus, etc., también
son apropiadas. Si se observa atentamente un árbol, se ven zonas de muy
distinto vigor en él. Por lo general en el ápice y la punta de las ramas se
concentra toda la energía, como indica el que los brotes y ramas situados en
esas zonas sean más gruesas y pobladas.
Con el defoliado intentamos igualar las partes del árbol |
Para conseguir un
buen Bonsái, se necesita igualar las partes más vigorosas con las que tienen
menos fuerza. Por esta razón, efectuamos el defoliado. Para ello, con unas
tijeras afiladas de mango largo (o unas pinzas de defoliar), cortaremos el
peciolo por la mitad. En el caso de alguna variedad de pecíolo corto (por
ejemplo, olmos) las arrancaremos, con la precaución de no dañar el brote
latente que se encuentra en la axila de la hoja. En el caso de variedades de
pecíolo largo, los dejaremos en la planta, pues una vez comiencen a brotar las
nuevas hojas, caerán por sí solos.
7.- INJERTO
Aunque el injerto fue una técnica rechazada durante mucho
tiempo por los
aficionados al Bonsái, esta situación está cambiando y hoy en
día es una de las técnicas de modelado comúnmente usadas por aficionados y
profesionales.
Injerto en bonsái |
Hoy en día, el
injerto es una técnica muy popular y se hacen injertos no sólo para tener más
ramas, sino para mejorar la estructura y ramificación de un Bonsái. Desde
luego, si el árbol no precisa injertos será considerado de "calidad
superior".
Una vez realizadas
todas las operaciones anteriores, colocaremos el árbol en un lugar al exterior.
No debemos situarlo dentro de casa a no ser que hiele o esté nevando. De esta
forma, cuando comience a calentarse el suelo por efecto de los rayos del sol,
se despertará la savia del tronco, iniciándose la producción de raicillas
alrededor de la incisión.
8.- PODA DE RAÍCES
Poda de raíces |
Al terminar el
primer año, quitaremos la tierra poco a poco y observaremos las nuevas raíces.
Habrá algunas más gruesas que otras y debemos procurar, para obtener un buen
Nebari, que todas ellas sean de igual vigor. Para conseguirlo, procederemos a
la primera poda de raíces. Con unas tijeras muy afiladas, cortaremos las raíces
más gruesas a unos 3 cm del tronco, mientras que las más finas se cortarán a
unos 5 cm del mismo; las más finas, como pelos, no se cortarán, dando así
oportunidad a que engorden.
Al tiempo, cortaremos las
que crezcan directamente hacia arriba o hacia abajo, con lo que ya tenemos
preparado un perfecto nivel de raíces. Es el
momento de quitar el alambre, con
mucho cuidado para no dañar las raicillas, pero no cortaremos el tronco de
ninguna manera este primer año, para no correr riesgos innecesarios. En vez de
eso, ampliaremos la incisión haciéndola ahora mas larga y más honda. Esto
provocará el engrosamiento en la base del tronco.
Debemos de seleccionar las raíces finas |
Colocaremos otra vez
la rejilla y la tierra, una vez podadas las raíces, y esparciremos musgo por
encima de la superficie para mantener más humedad en el suelo. Podemos ya podar
el árbol de acuerdo con la futura ramificación, puesto que dentro de poco
estará plantado en una maceta de Bonsái, y en cuanto brote, comenzaremos a
abonarlo con fertilizante líquido rico en fósforo y potasio, puesto que estos
elementos favorecen el endurecimiento y producción de las raíces. Lo
colocaremos en un lugar con sol, Pero ligeramente sombreado hacia principios de
verano, y nos ocuparemos muy cuidadosamente de dar la vuelta al árbol
periódicamente.
Trasplante de un bonsái |
Al final del segundo
año las raíces habrán aumentado considerablemente y podremos cortar el tronco
por debajo del alambre. Este trabajo debemos hacerlo procurando no dañar las
raíces. Una vez separado el tronco acodado del pié del antiguo tronco, quitamos
con mucho cuidado el alambre cortándolo con un cortaalambres de punta redonda.
El trabajo final es aplicar pasta selladora al corte inferior, para evitar que
el agua y la humedad del sustrato pudran la base del tronco.
9.- SUSTRATO
detalle del sustrato de un bonsái |
El sustrato es la
mezcla de tierra elegida para cultivar un Bonsái, es su único soporte de vida,
por lo que tiene que ser estudiada su composición cuidadosamente, dependiendo
de la especie y el momento determinado de su desarrollo.
Debe permitir drenar
el agua de riego fácilmente, pero a su vez mantenerse húmedo sin retener
excesos de agua.
Debe retener los
nutrientes que se le aportan al árbol en forma de abonos y tiene que ser
posible controlar su grado de acidez o alcalinidad.
Debe ser esponjoso y
suelto para contener aire que sirve de oxígeno a las raíces.
Todos los
ingredientes a mezclar han de ser tamizados desechando las
El sustrato debe ser tamizado |
partículas más
finas, debido a que estas se depositarán en el fondo de la maceta obstruyendo
el drenaje y apelmazando la tierra que anula la aireación de la misma.
La granulometría del
sustrato que es la medida del tamaño de las partículas, granos y rocas de los
suelos, depende del árbol a tratar y en qué estado se encuentre. Para los
primeros años de cultivo en los que se necesita un crecimiento rápido, las
granulometrías han de ser más bien gruesas, aunque depende también del tamaño
del árbol y de la maceta.
Está comprobado que se
desarrollan mucho mejor las raíces en un compuesto de grano más bien
grueso, sobre todo cuando tienen que reponerse tras haber sido podadas.
Con un sustrato así, es decir, más bien grueso, se puede abonar y regar de
forma más asidua, favoreciendo el crecimiento de nuestro árbol. También se
utiliza esta granulometría más bien gruesa, cuando un árbol está débil o poco
vigoroso.
El tamaño de calibres para una mezcla básica
en estos primeros trasplantes, será una combinación de ellos, oscilando desde 2
mm. a 7 mm. apróximadamente, desechando como se ha dicho anteriormente las
partículas más finas. Para esta labor se han de cerner todos los componentes de
la mezcla por un tamiz del calibre de 2 mm, y si trabajamos con coníferas es
aconsejable utilizar un tamiz del calibre de 3 mm.
Las coníferas prefieren suelos arenosos |
Las coníferas en
general prefieren un suelo más arenoso y suelto, ricos en nutrientes, de modo
que habrá que agregarle una mayor proporción de arena.
Las perennifolias en
general les gusta los suelos ricos en nutrientes y no muy ácidos, (la turba es
mas ácida que el mantillo).
Las caducifolias en
general les gustan los suelos ricos en nutrientes, la tierra vegetal y el
mantillo.
La akadama es el sustrato más utilizado en el cultivo de bonsái tanto
por
Akadama
aficionados como profesionales. En japonés, Akadama significa,
literalmente, “bola roja”, en referencia al aspecto rojizo y granular de esta
tierra. Se trata de una arcilla volcánica que se extrae en explotaciones a
cielo abierto en zonas boscosas de Cryptomeria.
A los frutales y
árboles de flor en general, prefieren un suelo menos arenosos, así que habrá
que disminuir la proporción de arena, por el contrario les gusta los suelos
ricos en nutrientes, la tierra vegetal y el mantillo ya que necesitan acumular
una mayor reserva de nutrientes para la floración y la fructificación.
10.- MACETAS
Debe haber una sincronía entre el bonsái y la maceta |
La acción de elegir
en qué maceta crecerá nuestro bonsái es algo bastante delicado y a menudo
provoca desacuerdos entre los aficionados. El elegir la maceta correcta tiene
gran importancia ya que será esta la que realce a nuestro bonsái.
Antes de todo hay que
decir que existen tres grupos de macetas utilizadas dentro del mundo del
bonsái, tenemos las macetas de entrenamiento, la maceta propiamente dicha y las
kuramas.
Existen multitud de normas sobre qué
tipo de maceta que se debe utilizar para cada árbol, alguno de los
aspectos, es el tipo de especie, color, forma, tamaño, profundidad….
La regla principal es que
debe haber una sincronía entre la maceta y el árbol, sin que ninguno le reste
importancia visual al otro.
También es muy importante
elegir el tamaño de la maceta y que sea proporcional con el árbol que vamos a
plantar ya que el poner una maceta grande para un árbol pequeño sería un error.
Las macetas bajas son
bastante decorativas, pero muy a menudo presentan problemas al momento del
riego, el color de la maceta también tiene su importancia sobre todo por la
estética y armonía con el árbol.
El objetivo principal es la de
proporcionar al árbol espacio suficiente como
para hacerlo engordar, pero no
vale cualquier maceta ya que el otro objetivo de la misma viene a ser el de ir
acostumbrando al árbol a que desarrolle un sistema radicular lo más extenso
horizontalmente posible, sin raíz pivotante y gran cantidad de raíces finas,
que son las que en definitiva, hacen que nuestro árbol crezca y se encuentre en
todo momento en condiciones óptimas.
Existen multitud de formas y colores de macetas |
El material con las que
están fabricadas suelen ser de madera, barro o plástico.
La forma es una de los aspectos que le
proporcionara un apoyo al carácter de nuestro pequeño arbolito, ayudando a
representar la imagen que nos gustaría mostrar.
Según el estilo del bonsái eligiremos una maceta u otra |
Según el estilo en el que
hayamos formado nuestro arboles usaremos una maceta u otra. No todos los
estilos utilizan la misma maceta, ya que la armonía entre la maceta y
el árbol varía según sus necesidades.
Hay otro aspecto que hay
que recalcar en las macetas, los bordes. Según la forma y la dirección del
borde, se consigue diferentes visiones del mismo árbol. Existen varios tipos de
borde según la forma o la dirección del mismo tal y como se ve en el dibujo.
Para seleccionar la maceta de bonsái lo
primero que tenemos que tener encuentra es el carácter y la forma de nuestro
árbol. La guía básica es lo que llamamos peso óptico de la planta.
El peso está dado por la forma y como nos
afecta en su conjunto con las ramas y hojas. Por ejemplo, un árbol que tiene
una impresión masiva de fuerza y poder por lo general muestra un tronco grueso
y fuerte con gran ritmo y ramas bifurcadas, por lo que requerirá de una maceta
que exprese esta fuerza tanto desde el borde hasta la forma y tamaño de los
pies de la maceta. Si por otra parte el árbol tiene una copa redonda y un
tronco suave el peso óptico es menor.
También se debe considerar el tipo de
árbol. Las confieras confieren paz,
estabilidad y seriedad. Mientras que
árboles con flores expresan cierta alegría y cambio. Por lo cual la maceta debe
tener las mismas propiedades que el árbol.
Los bonsáis en flor requieren un determinado tipo de macetas |
Otra cualidad que imparte
el carácter en las macetas y cambia el peso óptico de ellas, es el borde o
falta de este que tienen.
La naturaleza de la
maceta también depende de las características artísticas de los pies de las
macetas. Árboles de mayor fuerza y peso óptico requieren macetas con pies
sencillos, mientras que aquellos árboles con movimiento y menor peso requieren
una mayor complejidad en los pies.
Los colores de las
macetas son de suma importancia y en muchos de los casos se utilizan colores
incorrectos para mostrar nuestros árboles.
Como hemos mencionado el árbol y la maceta forman un conjunto. Tanto para la forma y el color, debe existir cierta armonía. La excelencia puede ser alcanzada seleccionando el matiz adecuado en relación al árbol.
Existen diversos colores de macetas |
El color tiene funciones
decorativas y psicológicas. El artista busca las mismas características del
árbol en el color de la maceta.
El bonsaista busca por
una maceta cuyo color es similar al follaje, o al tronco. En su mayoría
utilizan el color del tronco para esta decisión. Para esto hay que
observar claramente el tronco, no todos los troncos son cafés, uno puede
observar ligeras matices grises, violetas, amarillos etc.
El origen del bonsái está
relacionado con la Religión Taoísta (de la que deriva el Zen), en la que el
Universo está representado por el sentido de la vida y la armonía interna de
todo lo que existe. Como ocurre en el Ikebana, en todo bonsái se encuentra un
triángulo que representa la unión entre la tierra, el cielo y el hombre.
Además, en esta religión, las miniaturas de la naturaleza concentran energía
natural, que se creía pasaba a sus propietarios
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