5.- ASPECTOS
BÁSICOS A TENER EN CUENTA EN LA FERTIRRIGACIÓN
Tanques de abono de un cabezal de riego |
Para la realización de un adecuado diseño
de una instalación de fertirrigación localizada, resulta imprescindible el
conocimiento del movimiento y la distribución del agua y los nutrientes en el
perfil del suelo.
Mediante riego localizado, el agua y los nutrientes
disueltos en ella, penetran en el suelo en todas direcciones a partir del
emisor, determinando una zona humedecida (bulbo húmedo) y una zona seca no útil
para el cultivo.
La
distribución de la solución nutriente dependerá de múltiples factores,
tales
como propiedades físicas del suelo (textura, estructura, porosidad,
conductividad hidráulica, capacidad de infiltración, grado inicial de humedad,
nivel de la capa freática, temperatura, etc.), caudal del emisor, distancia
entre emisores, dosis y frecuencia de riegos, coeficientes de absorción
radicular del cultivo y de evaporación del agua del suelo, etc.
Riego en cultivos hidropónicos |
En el perfil de humedad del bulbo húmedo
se aprecian tres fases, una zona de transmisión, encharcada y que interesa
minimizar por los posibles problemas de asfixia radicular que pueda plantear.
Una zona de
humedecimiento, donde el agua fluye en la dirección de mínima resistencia y se
mantiene la presencia de aire lo que favorece el desarrollo radicular, esta
zona debe tener unas dimensiones acordes con el tamaño y profundidad de enraizamiento
específicos del cultivo.
Y en tercer lugar, un frente de
humectación donde se compensa la humedad del bulbo con la humedad original del
suelo antes del riego.
Los sistemas de riego localizado permiten el uso de aguas de riego que
por su calidad serían inutilizables bajo sistemas de riego convencionales.
Ahora bien, debe quedar claro que el uso de aguas de riego de elevado contenido
salino implica la necesidad de aportes adicionales que eviten la acumulación
progresiva desales en el bulbo húmedo, desplazándolas hacia el frente de
humectación.
Además, paralelamente se necesita un mayor suministro de nutrientes
para compensar las unidades fertilizantes desplazadas junto a las sales nocivas
y para contrarrestar los efectos fitotóxicos de ciertos iones (sodio y
cloruros, principalmente).
Gotero interlínea |
que el suelo pierde casi totalmente su función de reserva o almacén de agua y
pasa a tener el mismo comportamiento que un sustrato,
siendo un mero transmisor entre el emisor y la raíz del cultivo.
siendo un mero transmisor entre el emisor y la raíz del cultivo.
De este modo se puede observar como las técnicas de fertirrigación no
sólo se emplean en la práctica totalidad de las 50.000 Ha de
invernaderos de nuestro país, sino que es habitual en la agricultura intensiva, y que cultivos tan típicamente de secano o extensivos
hasta hace poco tiempo, como olivo, algodón o viña, están siendo convertidos en superficies con riego localizado.
invernaderos de nuestro país, sino que es habitual en la agricultura intensiva, y que cultivos tan típicamente de secano o extensivos
hasta hace poco tiempo, como olivo, algodón o viña, están siendo convertidos en superficies con riego localizado.
Para la producción de
un kilogramo de materia vegetal seca, se necesitan entre 200 y 800 litros de
agua.
Las necesidades de agua
de las plantas van a depender de la especie y su estado fenológico, del medio
de cultivo y de las condiciones ambientales.
E G O
Las plantas para completar su metabolismo
necesitan una serie de elementos químicos esenciales que deben ser aportados en
la cantidad y proporción adecuadas y en estado asimilable.
Desde el punto de vista práctico, el aporte
fertilizante queda fundamentalmente limitado por dos parámetros:
1.- El volumen de suelo/sustrato y su capacidad de
almacenamiento de nutrientes, que viene determinada principalmente por la
capacidad de intercambio catiónico (CIC).
En este punto conviene dejar claro algunos aspectos:
-Cuando un sustrato presenta nula o escasa CIC, resulta imprescindible
la
Las arcillas tienen conductividad negativa luego se unen cationes a ellas |
aplicación de nutrientes en cada riego y según la demanda momentánea de la planta, y siempre con dosis bajas y de manera frecuente según la curva de retención hídrica del sustrato. En este caso, los nutrientes asimilados por la planta proceden directamente de los aplicados disueltos en la solución nutritiva, ya que ninguno queda almacenado en el sustrato. Los sustratos con CIC media o elevada (>20 meq/100g) y los suelos en general, pueden mantenerse con un riego fertilizante intermitente, si bien, es preferible una aplicación de solución de fertirriego siempre, ya que de este modo se puede mantener un equilibrio óptimo continuo de elementos nutrientes según las necesidades de la planta.
- El suelo/sustrato con cierta
CIC va a retener o almacenar los
nutrientes que son absorbidos en forma catiónica,
mientras que los nutrientes de carácter aniónico, estarán sujetos a un elevado
riesgo de lixiviación o lavado excepto el fósforo que en determinadas
situaciones puede quedar retenido los coloides orgánicos e inorgánicos,
generalmente a través de los puentes de
calcio. La no retención de aniones es especialmente importante en el caso del
nitrógeno. Frecuentemente el 50-70 % del nitrógeno aplicado en forma nítrica
se pierde por lixiviación. La
utilización del riego por goteo y el
control en la fertirrigación consiguen una importante reducción de estas pérdidas.
El potasio es retenido con menor fuerza que el calcio y el magnesio |
- El potasio es
retenido con menor fuerza que el calcio y magnesio, es extremadamente soluble y
dado que es un nutriente requerido en cantidades importantes, frecuentemente,
la cantidad almacenara resulta insuficiente. Sus pérdidas por lixiviación
también pueden ser importantes
- Cuando manejamos
sustratos con CIC nula o baja y/o de naturaleza inorgánica, no se deben aportar fertilizantes amoniacales
y/o ureicos. Solo en cantidades muy reducidas.
2.-
La tolerancia a la salinidad de la especie cultivada: cada planta
tiene unos límites tolerancia a la salinidad, por encima de los cuales, la
presión osmótica generada en el entorno radical impide la absorción normal de
agua del cultivo, necesitando el vegetal un aporte energético suplementario
para su nutrición hídrica, lo que repercute marcadamente en el rendimiento del
cultivo. Cuanto mayor sea la presión osmótica o la conductividad eléctrica (CE)
de la disolución del suelo/sustrato, más lenta será la absorción de agua. Además,
conviene aclarar algunos aspectos:
-
La salinidad afecta a las plantas de dos formas
distintas: a través del
contenido salino total y por toxicidades específicas de
los distintos iones (sodio, cloruros, boro, sulfatos, etc.).
- Bajo climas áridos con ausencia de lluvias que
permitan un lavado de las sales del suelo en profundidad, como ocurre en el
sureste de España y en cultivos protegidos, se favorece la acumulación de sales
en el suelo, más aún si se emplean aguas de elevado contenido salino y/o existe
un uso inadecuado de fertilizantes.
- Es por esto, que sea necesaria una correcta
dosificación del abonado y el uso de aguas de riego de buena calidad o al
menos, acordes con el cultivo establecido. Por esta razón resulta
imprescindible el control exhaustivo de la CE
- Cada planta tiene unos límites de tolerancia a la
salinidad, si bien éstos son mayores en invierno y en estado adulto que en
verano y plantas jóvenes. En cualquier cultivo, su rendimiento no se ve
afectado conforme va aumentando la salinidad, hasta alcanzar un nivel (valor
umbral) a partir del cual el aumento progresivo de la salinidad conlleva una
progresiva disminución más o menos rápida de la producción.
3.- Otros aspectos a tener en cuenta de cara a la
nutrición mineral de las plantas se reseñan a continuación.
- La absorción de nutrientes está influida
determinadamente por la
temperatura del
suelo/sustrato. Ante situaciones frío se produce un descenso en la absorción de
aniones (fosfatos, nitratos, sulfatos) en relación a la absorción de cationes
(potasio, calcio, magnesia, amonio). Además, se necesita más energía y mejor
oxigenación de la raíz para la absorción de aniones que de nutrientes
catiónicos.
- El potasio favorece el almacenamiento de los
azúcares formados, mientras que el nitrógeno promueve su utilización para la
construcción de nuevas células. Esto hace que la relación N/K sea de vital
importancia para controlar procesos como desarrollo vegetativo, floración,
maduración de frutos, formación de semillas, dureza de tallos, etc... En
general, un aumento de la energía radiante provoca mayores necesidades de
nitrógeno y menores de potasio.
- El desequilibrio entre los diferentes elementos
nutritivos puede causar problemas graves de antagonismos que dificultan la
correcta absorción mineral. Especialmente importantes son la relación K/Mg,
K/Ca y Ca/Mg. Estos tres elementos deben guardar una correcta proporción entre
ellos. Las deficiencias de micronutrientes, frecuentemente son causadas, más
que por su escasez, por interacciones debidas a un exceso de otros nutrientes.
- El K y el Ca
son los dos únicos iones que pueden ser deficientes como consecuencia de la
salinidad en el medio radicular. Altas concentraciones de ion Na en la
disolución del suelo pueden limitar notablemente la absorción de Ca y en menor
medida la del K, ya que la absorción de este ion se efectúa a través de un
proceso altamente selectivo.
- También
parece existir una concentración óptima de nitratos en función del grado de
salinidad de la solución, más concretamente en función del nivel de cloruros
existente. Así pues, existe un claro antagonismo entre N03- y Cl-, de manera
que un incremento del primero se traduce en una disminución en la absorción del
segundo y a la inversa. Sin embargo, cuando la fuente nitrogenada está bajo
forma amoniacal, y esta no está sujeta a rápidos procesos de nitrificación
(caso de fertirrigación con riegos frecuentes), se produce una acumulación de
cloruro en la planta, con lo que podría agravarse más la situación.
4. El factor pH
Un pH adecuado nos
proporciona múltiples aspectos ventajosos, los dos principales se citan a continuación:
1.- pH óptimo para la disponibilidad de elementos
nutritivos
Influencia del pH en la absorción de nutrientes |
-
Cada uno de los elementos esenciales para las
plantas presentan un rango de pH, en el que las formas asimilables por los
cultivos, se encuentran a la mayor disponibilidad. Este rango de pH es variable
para cada uno los nutrientes esenciales, presentándose en torno a pH 6.5 la
mejor disponibilidad de la mayor parte de los elementos nutritivos. Por esta
razón, el pH de las soluciones nutritivas bajo fertirrigación en general, se
establece en torno a 5.5, este valor con los posteriores reequilibrios, generalmente
asciende hasta 6.0-6.5 a la salida del emisor.
- Existen además, unos valores de pH óptimos para la
absorción y funcionamiento radicular de cada especie. De esta forma, existen
plantas que se adaptan mejor a niveles bajos de pH (especies acidófilas) y otras
que, por el contrario, se desarrollan más adecuadamente en condiciones de pH
superiores (especies neutrófilas o basófilas). Este factor, aunque generalmente
muestra menor importancia que la disponibilidad de elementos nutritivos,
también conviene tenerlo en cuenta.
2.- Prevención y/o eliminación de obstrucciones y
depósitos en redes de riego y emisor
- Las obstrucciones de emisores y redes de riego
suceden fundamentalmente
por tres causas diferenciadas: físicas (sólidos en
suspensión), biológicas (bacterias y algas) y químicas (formación de
precipitados).
Gotero de una red de tuberías de riego |
- El carbonato cálcico es el constituyente más común
de las incrustaciones, generalmente en la forma mineral de calcita que se forma
a las temperaturas comunes dentro de los sistemas de fertirrigación.
- Resumiendo, el pH en las soluciones de
fertirrigación, debe ser tal que permita estar disueltos a la totalidad de los
nutrientes sin dañar las raíces, evitando de este modo la formación de
precipitados.
6.- ANALÍTICAS
Para hacer un buen plan de abonado en un cultivo intensivo bajo plástico son cuatro las ideas a tener en cuenta:
- Lo primero que habría que hacer es una toma de muestras del suelo
Toma de muestras de suelo |
antes de la plantación, para proceder al “análisis de caracterización” o “análisis de fertilidad” del suelo. A partir de estos datos evaluamos la cantidad de fertilizantes que nos va a equilibrar las arcillas del suelo.
- Después habría que hacer una “analítica de agua”, para saber de qué elementos nutritivos disponemos y en función de esta establecemos una solución nutritiva inicial.
- Con esta solución nutritiva al cabo de doce o catorce riegos realizamos un “análisis del extracto saturado” de ese suelo, que nos indica el comportamiento del suelo respecto a esa solución nutritiva inicial y de esa forma irla corrigiendo. Es decir cómo está absorbiendo los iones la planta y que correcciones debemos hacer en el abonado
- Además de estos tres aspectos anteriores, la “analítica foliar”
Toma de muestras para un análisis foliar |
periódica, que nos dice la eficiencia de capturación de los iones de la solución nutritiva. También nos indica que cada vez que hay alguna interpretación un poco compleja de alguna situación extraña que surja, nos va a revelar mucho de cómo se está comportando la planta.
Es decir las analíticas son fundamentales a la hora de hacer una buena programación de nutrición vegetal, y hay que distinguir si en cultivo está sobre suelo o sobre sustrato inerte.
Como hemos comentado anteriormente antes de poner la plantación se realiza lo que se conoce como “análisis de fertilidad” que consiste en tomar quince tomas de suelo, a lo largo del invernadero y en zigzag, y de forma aleatoria, apartando la arena y el horizonte orgánico previamente con una azada, y realizar la toma con un tubo metálico adaptado a esta función, con una profundidad siempre fija, al igual que la muestra de suelo que se toma es siempre en la misma cantidad.
Cuando las muestras se analizan, podemos corregir el suelo con un abonado de fondo.
La toma de muestras se puede realizar también con una azada, pero hay tres diferencias con respecto a la barra:
- Una barra nos permite tomar un horizonte del suelo de una forma muy homogénea, sin que haya mayor o menor presencia de las capas superiores e inferiores sobre las demás.
- En segundo lugar la facilidad. Con una azada como hay que tomar quince muestras, nos llevaría más tiempo.
- Y en tercer lugar con una barra la profundidad de la muestra es misma en todas las zonas, lo cual no ocurriría con una azada.
El análisis del extracto saturado sigue el mismo método de obtención de muestras, pero con una diferencia y es que el punto de toma de muestra tiene que ser en un punto geométricamente situado entre dos plantas y dos goteros.
Seguidamente todas las muestras se vierten a una bolsa que es llevada al laboratorio.
En cuanto al análisis foliar son también quince las muestras a tomar y la hoja que se elige es siempre la primera bien formada empezando por arriba. Al igual que en el caso del suelo las vamos recogiendo en una bolsa. Hay que despreciar las jóvenes y las muy maduras y es simplemente por método, el estándar e internacionalmente está admitido que es elegir la primera la primera hoja bien formada empezando por arriba.
Y en cuanto al análisis de agua hay que tomar una serie de precauciones:
- El recipiente debe de estar limpio y debe de ser de plástico o de vidrio.
- El tapón debe ser también de plástico o vidrio esmerilado y no puede ser de chapa.
- Y en tercer lugar hay que tomar medio litro de agua, como cantidad mínima a recoger.
- Es fundamental recoger el agua que esté cayendo a la balsa y no la que está almacenada en la balsa.
- Y si se toma desde el mismo pozo hay que esperar un tiempo a que el pozo se equilibre y transcurridos quince o veinte minutos es cuando hay que hacer la toma.
Es importante que las muestras sean representativas de toda la finca y que pase el menor tiempo posible, entre la toma de las muestras y el análisis, para evitar alteraciones en la composición.
Posteriormente nos trasladamos a la consultoría, para conocer la metodología a seguir en las distintas analíticas, y para ello nos trasladamos al primer laboratorio donde se reciben las muestras.
Lo primero que realizan al recibir las muestras es el secado del suelo, para ello las muestras se vierten en bandejas de plástico y se deja un tiempo hasta
que quede a un equilibrio con la humedad medioambiental.
Secado de las muestras de suelo |
El color del suelo no te indica el grado de humedad. Donde realmente nos debemos de fijar es en la textura; que a la hora del tacto si te manchas los dedos al cogerlo, con un aspecto pulverulento o pegajoso cuando lo tocas.
Una vez que la bandeja con la muestra del suelo está seca es el tamizado de la tierra para obtener la fracción más fina de la tierra. Todas las muestras se analizan sobre la fracción más fina
del suelo, por debajo de dos milímetros de diámetro de los gránulos.
De la fracción fina se obtienen dos
submuestras con el objetivo de
separar la analítica del suelo en dos partes:
con una se hace el extracto saturado del suelo y con la otra obtener todos los
parámetros de fertilidad del suelo. Esto se hace en unas tarrinas de plástico.
De la fracción fina del suelo se obtienen dos submuestras |
En cuanto al análisis del extracto
saturado lo que hacemos es simplemente saturar el suelo con agua, hasta
conseguir una pasta sin que haya agua en esceso en la muestra. Es decir
simplemente que el suelo haya absorbido toda el agua que pueda absorber.
El objetivo de esta pasta es que todos
los iones del suelo pasen a la fracción de disolución del suelo, para luego
hacer el análisis en sí, y saber qué tipo de sales y en qué cantidad se han
acumulado en ese suelo.
Posteriormente
se pasa la pasta saturada a un filtro Bulnes que extrae la
fracción líquida del
suelo mediante vacío. Lentamente van cayendo las gotas del extracto saturado
del suelo y simplemente con una pequeña cantidad ya se puede realizar la
analítica, ya que posteriormente se añade un poco de agua porque el agua
inicial llevaría mucha concentración de iones.
Filtro Bulnes |
Luego
ya en laboratorio se analiza igual que si fuese una muestra de agua.
Una vez que se han preparado convenientemente
las muestras, e identificadas en las bases de datos informáticas, procedemos a realizar los análisis de las
distintas muestras, en el laboratorio.
De la tarrina que se ha obtenido una
muestra de suelos sólida, se hacen varias determinaciones: la textura que se
realiza mediante un método basado en la sedimentación; cogemos una muestra de
suelo, le añadimos agua y mediante una fórmula matemática calculamos la
textura.
Con otra muestra sólida con una serie
de reactivos se determina el fósforo, materia orgánica y todos los parámetros
de un análisis de fertilidad como son la capacidad de cambio, carbonatos
totales, carbonato cálcico, etc.
Para ello previamente se añade agua a
la muestra de suelo en proporción uno-dos, es decir una parte de suelo por cada
dos de agua: por ejemplo diez mililitros de agua por cada cinco miligramos de
suelo.
En la probeta medimos pH y CE |
En esta probeta es donde medimos pH y
conductividad eléctrica, y en función de esos valores se hace o no un extracto
saturado según criterios químicos.
Si la conductividad sobrepasa unos
valores altos, se prevé que en ese suelo hay un acúmulo de sales y se hace un
extracto saturado para ver qué tipo de sales se han acumulado.
De la muestra que hemos obtenido por
vacío en función de su pH y conductividad haremos una disolución, porque se prevé
que los elementos nutritivos van a estar muy concentrados en un principio.
Una vez que la muestra se ha diluido se
analizan cationes y aniones. Los cationes se determinan mediante un
espectrofotómetro de absorción atómica y los aniones mediante cromatografía
iónica. Esto se realiza automáticamente cargando en cada caso cien submuestras
de suelo.
En un análisis de agua los parámetros
iónicos van a ser los mismos: pH, conductividad, cationes y aniones, pero que
en este caso se analizan también microelementos que se encuentran en menor
proporción en el agua y el boro.
Y el análisis foliar el tratamiento
previo de la muestra es una digestión ácida, para conseguir que esa muestra
sólida se convierta en una disolución. Después medimos cationes y aniones de
esta disolución con técnicas parecidas a las de un análisis de suelo y luego se
analiza el nitrógeno total que es un parámetro muy importante en análisis
foliares, que se hace con un valorador Yezdal.
Todas estas analíticas se pasan al
técnico que lleva la finca y le hace el informe adecuado: mejora del suelo,
enmiendas o abonado de fondo y todo lo que haga falta en función de ese
análisis.
7.- ELABORACIÓN DE LA SOLUCIÓN NUTRITIVA
Posteriormente,
los datos de los análisis de suelos, de agua y foliares, pasan al gabinete
técnico, en cual analiza la situación de la explotación y realiza el plan de
abonado, mediante un programa informático que ha diseñado la misma empresa.
Un buen programa informático ahorra
mucho tiempo a la hora de
elaborar la solución nutritiva. Podemos hacer una
solución nutritiva en diez o quince segundos, y esto es muy importante cuando
se está dando asesoramiento técnico a cientos de hectáreas. Si lo hiciésemos a
mano tardaríamos en cada solución entre quince y veinte minutos, e incluso
algunos un poco más complicados nos llevaría más tiempo (alrededor de tres
cuartos de hora).
Programa informático para elaborar la solución nutritiva |
Con un buen programa informático además
se pueden obtener gráficos de las distintas necesidades nutritivas según
especies y variedades, y podemos llegar a detalles de nutrición por ejemplo
para un pimiento cuya maduración es en rojo o un pimiento cuya maduración es en
amarillo, o es california o tipo lamuyo. A este nivel de precisión solo se
puede llegar cuando hay una base de datos histórica con un buen programa
informático.
Para manejar grandes superficies de
terreno se ha diseñado un programa donde colocamos los parámetros del agua en
una fila, el pH y conductividad y a partir de aquí calculamos los milimhos que
necesitamos para abonar.
Si por ejemplo la planta necesita 11
milimhos de nitratos y el agua tiene cero, se aportan los once con el abonado.
Si necesita seis de potasio la planta y el agua tuviese 0,29 milimoles por
litro se aportan 5,71 que sería la diferencia.
Estos
cálculos lo hace automáticamente el programa informático e incluso elige los
abonos a aplicar. Puedes tener la opción de utilizar un abono o no.
Reparto de los 18 milimhos de nitrato |
Así
observamos como los dieciocho milimhos por litro que necesita la planta, el
programa los aporta mediante 4,3 de ácido nítrico, 5,3 de nitrato de cal, 5,7 de nitrato potásico y 2,7 de nitrato
amónico, pero hay que tener en cuenta que en hidropónico el nitrato amónico no
se puede utilizar, y se usa es a muy pocas concentraciones, por lo que el
programa tiene la elección de coger un determinado abono o no.
Luego
en la parte de debajo de la hoja de cálculo, el programa informático reparte los
abonos en los distintos tanques. El programa te dice el caudal que tiene que
salir de cada uno de los tanques y el porcentaje a la cual tenemos que poner la
máquina de riego para que salga la solución nutritiva que nosotros queremos.
Se
puede incluso cambiar la superficie del terreno, por ejemplo podemos marcar
cinco mil metros cuadrados de superficie, con lo que se modifican los caudales
pero los porcentajes se mantienen constantes, ya que no depende de la
superficie.
Lo
podemos diseñar también para dos tanques de abono. Así el nitrato potásico se
puede combinar con el calcio y con el fósforo, pero hay algunos abonos que no
se pueden mezclar porque pueden precipitar dentro del tanque.
De
esta forma con el nitrato potásico podemos equilibrar el peso entre los dos
tanques, para que el volumen de abono en cada uno de los dos tanques sea
aproximadamente el mismo.
Hacemos
esto, porque si un tanque estuviese mucho más cargado que el otro, aunque le
pongamos a la máquina porcentajes del 50 por ciento en cada tanque, va a notar
diferencias de conductividad en cada uno de los tanques. Es decir, al
equilibrar la cantidad de abono en cada uno de los tanques, la máquina trabaja
mucho mejor.
El programa informático aborda también la
típica abonadora, donde
marcamos por ejemplo cuarenta minutos de riego a una
superficie de dos mil metros cuadrados y te da un abonado por kilos de cada
abono.
Reparto de abonos en una abonadora |
Desde que se llevan programando las
mejoras en nutrición vegetal, ya nadie vuelve al sistema de equilibrios de
abonados que antes se hacía. Se ha visto que las plantas son más vigorosas, más
resistentes frente a plagas y enfermedades, y sobre todo más productivas. Al
igual que pasa en humanos, ya que las plantas no dejan de ser seres vivos, un
buen sistema inmunológico les crea mayor resistencia frente a plagas y
enfermedades. Hay tratados y tesis que hablan de esta relación. Lógicamente
habría que hacer un buen tratamiento fitosanitario, porque todo va unido, a la
hora del buen funcionamiento de la planta. Todo es como un gran engranaje donde
si se rompe alguna pieza, no llegamos al éxito final.
La
aparición en el mercado de los automatismos de riego y su posterior desarrollo,
está permitiendo la implantación de sofisticadas técnicas de nutrición vegetal,
que multiplican la productividad de los cultivos y consiguen una mayor
eficiencia, en los demás factores de producción.
8.- MARGINALIDAD DE LA NUTRICIÓN VEGETAL
En un principio unas hojas
divulgadoras de Extensión Agraria, hace ya muchos años se recomendaban unos
abonados por mil metros cuadrados por superficie y riego a manta, con unos
fertilizantes orientativos a través del riego por goteo.
El inicio de la nutrición vegetal con
aquella base dio lugar a una especie de “marginalidad” de la nutrición vegetal.
El sector agrícola en Almería fue evolucionando, mientras que la nutrición
vegetal como otras cosas, no han tenido en este campo el desarrollo que
deberían de tener.
El campo almeriense se ha
desarrollado de una forma digamos un “poco curiosa” donde ha tenido mucha
importancia los temas comerciales y la nutrición vegetal ha sido un aspecto de
la nutrición en que difícilmente es vendible un “insumo”; son fertilizantes con
unos rendimientos económicos no muy grandes comparados con los fitosanitarios
por ejemplo.
El tema de la nutrición vegetal es
importantísimo en cualquier país, incluso menos desarrollados económicamente
que España. La bomba de succión, los tensiómetros, etc., son de uso común.
Bomba extractora de solución del suelo |
En Méjico por ejemplo, la toma de
disolución del suelo con bombas extractoras se hace con carácter diario o cada
dos días y la lectura de los tensiómetros se hace diariamente, y los técnicos o
los empleados de las fincas deben de anotar las lecturas en unas hojas
específicas. En el sureste español, esto no se hace o no es frecuente. No
sabemos a ciencia cierta la razón, ya que si se hiciese los incrementos de
producción ya hemos comentado al principio que serían del orden del 20 al 30
por ciento.
9.- ABONADO DE FONDO
El abonado de fondo, aunque apenas se
hace en los cultivos intensivos del sureste español, es fundamental, ya que es
una base para el futuro éxito de la plantación.
Antiguamente se hacía un abonado de
fondo con lo que conocía la gente como supe amoníaco de fondo y potasa, sin
saber exactamente por qué se metía esto y era simplemente por tradición.
El abonado de fondo “pretende
equilibrar las arcillas o el complejo arcilloso-húmico, antes de la
plantación”, para que cuando apliquemos los abonados cuando ya está la planta,
los cationes no se queden retenidas en las
arcillas y estén a disposición de la
planta.
Abonado de fondo |
Una vez que ha terminado una campaña
el suelo quedará de una determinada forma, en función de las arcillas que
contenga ese suelo. Las arcillas o el complejo de cambio tiene carga negativa,
luego tiende a captar a los cationes: calcio, magnesio, sodio y potasio,
principalmente.
Un abonado de fondo nos dice que
grado de saturación o de falta de bases de cambio tiene ese suelo, para
equilibrarlas, con abonados de liberación lenta.
Así un déficit de nitrógeno en un
abonado de fondo se corregiría con un sulfato amónico del 21 por ciento. Un
déficit de calcio con sulfato cálcico que se conoce como yeso agrícola, o si
hace falta también fósforo, con superfosfato de cal, un déficit de magnesio se
corregiría con sulfato de magnesio y de potasio con sulfato potásico.
Si logro equilibrar las arcillas en
un principio y hagamos el trasplante, la solución nutritiva, teóricamente la
interferencia que vamos a tener con las arcillas va a ser menor que si no lo
hiciésemos como hemos comentado anteriormente, con lo que garantizo aún más la
correcta nutrición.
Para realizar un abonado de fondo,
primero arrancamos el cultivo, limpiamos todo el sistema de riego con una serie
de productos como el ácido nítrico o el ácido sulfúrico diluido y después se
hay que tomar una serie de muestras del suelo, como hemos visto anteriormente.
El problema que tienen los técnicos
es que cuando la planta está recién trasplantada se debe de aplicar una
solución nutritiva sin saber si es la adecuada.
10.- METODOLOGÍA DEL PLAN
DE ABONADO
A través de la experiencia de los
técnicos de nutrición vegetal y los datos que te ofrece sobre la absorción de
elementos nutritivos que te puede facilitar el centro de investigación de
semillas que ha obtenido esa variedad, se calcula una solución nutritiva
inicial que se “cree” que es la idónea y se aplica durante 20 o 25 días.
Después hacemos el extracto saturado
y vemos si el error que hemos cometido (que siempre se comete un error), se
corrige y entonces ya se establece una solución nutritiva ideal. De esta forma
se continua con esta solución nutritiva durante un mes o mes y medio, y
volvemos a hacer otro análisis del extracto saturado. También se va corrigiendo
a medida que va creciendo la planta a lo largo de sus distintos estados
fenológicos: enraizamiento, fase vegetativa, floración, cuaje, fructificación,
desarrollo del fruto, maduración del fruto, fase degenerativa, etc.
11.- ABONOS
Pero una planta no solamente necesita
lo que se denominan como macroelementos: nitrógeno, fósforo, potasio, azufre,
magnesio y calcio, sino que necesitan también de microelementos que capturan en
menores cantidades que son: manganeso, molibdeno, zinc, boro, hierro y cobre.
Cuando se habla de abonados muchas
veces se recurre al término de unidades fertilizantes.
Una unidad
fertilizante se corresponde a un kg puro de un elemento elemento nutritivo.
Abonos sólidos |
Calcular el número
de unidades fertilizantes es muy sencillo. Por ejemplo: si utilizamos un
compuesto 8-24-16 NPK, por cada 100 kg de producto estamos aplicando: 8
unidades fertilizantes de nitrógeno, 24
de fósforo y 16 de potasio.
Pero esto se ha
quedado un poco desfasado ya que cada vez se utilizan menos los abonos
cristalinos con tres macroelementos, y más los abonos con dos, y las unidades
fertilizantes no dejan de ser unidades comerciales y no son unidades de captura
de elementos nutritivos por parte del vegetal.
Los cálculos que
se deben de hacer en nutrición vegetal no se deben de basar en unidades
fertilizantes, sino en los iones disociados en agua.
En los sistemas de riego localizado y
los equipos de automatismos de riego que ya están establecidos en el sureste
español, es impensable utilizar cualquier fertilizante que no sea de alta
solubilidad.
En cuanto a los abonos líquidos y
sólidos, ambos pueden convivir perfectamente en el campo, y realmente donde hay
que fijarse es en el grado de riqueza y disolución de los abonos.
Dependiendo de distintos abonos
solubles de distintas empresas, vienen con más o menos impurezas que esto produce
posibles obturaciones en los goteros, en los sistemas de filtrado.
Los abonos líquidos lógicamente dan
una mayor comodidad al agricultor
porque se llenan los tanques son soluciones
definitivas, son abonos que en la mayoría de las ocasiones vienen ácidos con lo
cual el mantenimiento de las instalaciones de riego es más óptimo. En aguas
salinas son abonos fácilmente utilizables.
Abonos líquidos |
Los abonos sólidos de alta
solubilidad, con los tanques de abonos de mezcla que se utilizan son altamente
disociables y nos permiten concentraciones distintas, cosa que en los abonos
líquidos te tienes que adaptar a la concentración de abono previa del
fabricante.
En fin, que son muchos factores pero
que conviven perfectamente unos con otros.
Una consultoría dedicada a la
nutrición vegetal debe estructurarse como un grupo de empresas y para la
nutrición vegetal deben disponer de un laboratorio de análisis agrícolas, luego
está el departamento de informático implicado en el desarrollo de softwares y
todo lo relacionado con mejoras y avances tecnológicos dedicados a mejoras de
los cálculos nutritivos, y luego está la consultora con todo el equipo técnico
que asesora a los agricultores sobre la nutrición vegetal y los planes de
abonados para sus fincas.
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