TRANSLATOR

CLICK THE BUTTON BELOW THAT SAYS "Seleccionar idioma" TO SELECT THE LENGUGE

ENCAJAR EL TEXTO

¡ A partir de Noviembre DE 2019 vamos a impartir Clases de Informática "On-LINE", informate en VIDEOFOTOIMAGINACION.COM!

Select language

etiquets

etiquets

viernes, 4 de septiembre de 2015

CULTIVO DE PIMIENTO EN INTENSIVO-SEGUNDA PARTE

1.- CONDICIONES GENERALES DE CLIMA Y SUELO.
Ø TEMPERATURA
Es una especie sensible al frío, que requiere temperaturas más
elevadas que otros cultivos, como por ejemplo el tomate.
Durante el desarrollo del botón floral, si las temperaturas son bajas, las flores que se forman son morfológicamente diferentes, a las producidas a altas temperaturas y en
la mayoría de los casos, presentan alguna/s de las anomalías siguientes:
·                                Acortamiento de estambres y pistilo.

·         Engrosamiento del ovario y pistilo. En muchos casos, éste
engrosamiento provoca que el pistilo sobresalga por encima de los pétalos, cuando éstos están aún cerrados.

·                       Alteración de los pétalos. Algunos quedan curvados y sin desenrollar.

·       Formación de ovarios adicionales, que pueden crecer formando pequeños frutos alrededor del fruto principal.

La temperatura ideal para el desarrollo del cultivo de pimiento es de 20ºC a 25ºC por el día, y 16ºC a 18ºC por la noche, aunque la floración es mejor con temperaturas nocturnas mayores a las expuestas. Con temperaturas nocturnas
comprendidas entre 8°C - 10ºC, el polen se hace inviable para la fecundación.
La temperatura media mensual que debe existir para conseguir una cosecha abundante, en este cultivo, tiene que ser de 18ºC a 22ºC; con temperaturas más bajas a las
dadas, el desarrollo vegetativo de esta planta se paraliza o apenas evoluciona.
Con temperaturas más elevadas que éstas, la planta vegeta exageradamente. Pero puede ocurrir que la producción sea menor, si no se equilibra esa alta temperatura con
factores como la luminosidad y la humedad, al mismo tiempo puede aumentar la incidencia de Blossom.

Ø HUMEDAD
El pimiento admite más humedad en el ambiente del invernadero que el tomate; su óptimo  está comprendido entre el 50%-70%. Si la
humedad es más alta y la vegetación es exuberante, el cultivo se expone a fuertes ataques de Botrytis y otras enfermedades, además de que la fecundación de las flores se ve bastante dificultada.
Si la humedad es baja y la temperatura es elevada, se origina una caída de flores y de frutos recién cuajados.

Ø LUMINOSIDAD
Esta Solanácea es muy exigente en luminosidad, tanto en su
desarrollo vegetativo, principalmente  cuando es joven, como en la floración; esta planta admite temperaturas más elevadas, cuando aumenta la luminosidad.
En el momento en haya muy poca luz ocasionada por periodos nubosos, por el uso de dobles techos y/o encalados de las cubiertas, los entrenudos de los tallos de pimiento se alargan demasiado y quedan muy débiles para soportar una cosecha óptima de frutos. En estas condiciones la planta florece menos y las flores son más débiles.

Ø ANHÍDRIDO CARBÓNICO.
En todos los ensayos realizados, se ha podido ver la respuesta
positiva del pimiento a la fertilización carbónica. Un manejo racional de los invernaderos, proporciona los niveles adecuados para un perfecto funcionamiento del cultivo.
Pero las aportaciones  adicionales de este gas requieren instalaciones costosas y sofisticadas, que todavía no acaban de convencer a muchos agricultores. Mi opinión particular es favorable, ya que hay que fijarse en el otro lado de la balanza, y es que incrementa producciones.

Ø EXIGENCIAS DE SUELO
Para este cultivo van bien los suelos areno-limosos: no son convenientes arcillosos, aunque en los terrenos enarenados los admite bien.
El pimiento teme los suelos húmedos, exigiendo un buen drenaje de
los mismos. El pH óptimo de este cultivo varía entre 6,5 a 7; en suelos de cultivo enarenado, vegeta perfectamente con un pH de 7 a 8.
El pimiento es menos resistente a la salinidad del suelo y agua de riego que el tomate; con salinidad en el suelo y en el agua de riego, la planta desarrolla se desarrolla poco, el fruto que se obtiene es de menor tamaño, así como la producción total del cultivo es menor.
En algunas comarcas oscila entre los 4 a 5 kg/m2, debido a la baja calidad de las agua de riego, con conductividades que oscilan entre 2,500 dS/m y 4,000 dS/m.
La deficiencia de calcio aumenta la sensibilidad a enfermedades vasculares. En suelos ricos en magnesio, éste interfiere en la asimilación del calcio, y por ello aumenta el riesgo de ataque de enfermedades fúngicas.

           2.- FERTIRRIGACIÓN.
Como norma general  la cantidad de agua que se gasta en una plantación normal de pimiento plantado a mediados de junio, y terminada  a últimos de enero, es de 4.000 - 5.000 m3/ha repartidos
racionalmente durante todo el cultivo.
 Lógico es pensar que, en principio y cuando la planta es pequeña, necesita menos, agua que cuando la planta está cuajando, y con fruto.
También es lógico pensar, que se necesite regar más en septiembre y octubre, que en diciembre y enero.
Durante los 50 días primeros de cultivo, el
gasto de agua por semana sería de 60 m3 por ha, y en los 90 días siguientes coincidiendo con los meses de septiembre, octubre, noviembre, que es cuando la planta está cargada de fruto
, los riegos serán de 180-230 m3 por semana y hectárea, para ir bajando después en diciembre y enero, cuando la planta está con cierta parada invernal, a100 m3 por semana y ha.
           En cuanto a lo que al manejo del riego, después del trasplante,
nos interesa un buen enraizamiento y un desarrollo no demasiado abundante de la parte aérea, ya suficientemente favorecida por las cálidas y la relativa falta de luz, que entraña el blanqueo.
Para lograr un enraizamiento idóneo, los riegos se distanciarán lo máximo posible, para forzar a la planta a extender sus raíces, en busca de zonas más profundas y
húmedas. Este cultivo precisa un especial control en los suministros de agua, pues necesita una uniformidad en la humedad de suelo durante,

todo su desarrollo vegetativo


Cuando las plantas inician la floración, es conveniente que no haya exceso de humedad en el suelo, para evitar que haya aborto de flores. El turno y número de riegos que se dan a este cultivo, lógicamente dependen de las características del suelo, y de la época estacional en que se cultive.
Y en cuanto a la nutrición mineral el pimiento es exigente en abonos nitrogenados, y responde favorablemente cuando éstos se dosifican equilibradamente.
         Tiene mayor necesidad de absorción de todos fertilizantes, desde
que inicia el desarrollo vegetativo, aproximadamente al mes del trasplante, hasta que está en plena producción de frutos.
Desde el principio del cultivo hasta que la planta empieza a tener
bastante fruto en formación, puede ser peligroso un exceso de

nitrógeno. Después, cuando ha cuajado una cantidad suficiente de fruto, el empleo de fertilizantes nitrogenados tiene menos inconvenientes, ayudando a conseguir, por otra parte, una mayor producción. Para ello los niveles de nitratos del  extracto saturado del suelo, deben oscilar entre 7,0-8,0 meL-1, en plena producción.

           En el inicio de la floración, se consideran valores adecuados 4,0-6,0
meL-1 y una relación N/K entre 2,2-2,4, que se elevará a 3,0-3,2 en producción.
Excesos en la fertilización nitrogenada, asociados al sombreo del invernadero en la época estival, pueden originar diversas fisiopatías en los frutos.
El cultivo de pimiento no es demasiado exigente en fósforo, en comparación con otros cultivos de huerta. Una carencia de este elemento, da lugar a que la lignificación de los tejidos de los tallos no se haga correctamente y se quiebren bastantes ramas.
El pimiento agradece las aportaciones de abonos potásicos;
reacciona rápidamente con un mejor cuajado de frutos. El potasio actúa favorablemente en la formación y desarrollo de los frutos, adelantando su maduración y dándoles mejor sabor.
Con el  potasio, las hojas y los frutos en la madurez toman un color metálico brillante muy vistoso; los tallos lignifican bien. En los inicios de la plantación se mantendrán valores de 1,5 meL-1 en el extracto saturado, que se irán aumentando conforme se desarrolla la planta, hasta llegar a 2,5 meL-1 en plena producción.

           3.- PODAS Y ENTUTORADO.   
La poda de formación es una práctica cultural frecuente y útil que mejora las condiciones de cultivo en invernadero, y como consecuencia la obtención de producciones de una mayor calidad comercial. Con la poda
se obtienen plantas equilibradas, vigorosas y aireadas, para que los frutos no queden ocultos entre el follaje, a la vez que protegidos por él de insolaciones.
      Se delimita el número de tallos con los que se desarrollará la planta (normalmente 2 o 3). En los casos necesarios se realizará una limpieza de las hojas y brotes, que se desarrollen bajo la cruz.
El entutorado es una práctica imprescindible, para mantener la planta erguida, ya que los tallos del pimiento se parten con mucha facilidad.
Las plantas en invernadero son más tiernas y alcanzan una mayor altura, por ello se emplean tutores que faciliten las labores de cultivo y aumente la ventilación.
Pueden considerarse dos modalidades dos modalidades de entutorado:
Entutorado tradicional: consiste en colocar hilos de polipropileno
(rafia) o palos en los extremos de las líneas de cultivo de forma vertical, que se unen entre sí mediante hilos horizontales pareados, dispuestos a distintas alturas, que sujetan a las plantas entre ellos. Estos hilos se apoyan en otros verticales, que a su vez están atados al emparrillado a una distancia de 1,5 a 2 m, y que son los que realmente mantienen la planta en posición vertical.




Entutorado holandés: cada uno de los tallos dejados a partir de la
poda de formación, se sujeta al emparrillado con un hilo vertical que se va liando a la planta conforme va creciendo. Esta variante requiere una mayor inversión en mano de obra con respecto al entutorado tradicional, pero supone una mejora de la aireación general de la planta y favorece el aprovechamiento de la radiación y la realización de las labores culturales (destallados, recolección, etc.), lo que repercutirá en la producción final, calidad del fruto y control de las enfermedades.
Es recomendable ir eliminando  las hojas senescentes, con objeto de facilitar la aireación y mejorar el color de los frutos, como en hojas enfermas, que deben sacarse inmediatamente del invernadero, eliminando así la fuente de inóculo.
Normalmente es recomendable eliminar el fruto que se forma en la primera cruz, con el fin de obtener frutos de mayor calibre, uniformidad y precocidad, y así como mayores rendimientos.
En plantas con escaso vigor o endurecidas por el frío, una elevada salinidad o condiciones ambientales desfavorables en general, se producen frutos muy pequeños y de mala calidad, que deben ser eliminados mediante aclareo.

4.- FISIOPATÍAS EN LOS FRUTOS.
           Puede haber distintos problemas fisiopatías del fruto, como el Stip que es una mancha característica que aparece al madurar el fruto, por condiciones de alta humedad relativa. Está relacionado con problemas de
Cracking
movilidad de calcio en la planta, y es poco frecuente.
Más frecuente es el agrietado del fruto o cracking, que son ligeras estrías en la piel, normalmente en invierno, que después cicatrizan. Se ve favorecido por bajas temperaturas y cambios bruscos de humedad. Está relacionado con la variedad. En general a mayor grosor de pared, hay más sensibilidad a las bajas temperaturas, y por tanto, a diversas deformaciones del fruto.

Blossom end rot o peseta del fruto. Es una carencia de calcio del fruto. Puede estar provocado por una carencia real de calcio, exceso de salinidad o riego insuficiente que impide su movilidad. Se manifiesta por manchas más o menos grandes de tejidos necrosado en el fruto. El problema se presenta con temperatura altas, agravado con problemas de salinidad (agua y/o suelo) y mala regulación de suelos. También hay algunas variedades más sensibles que otras.
           5.- RECOLECCIÓN  Y MANIPULACIÓN  DEL PIMIENTO.
El pimiento se debe recolectar cuando alcanza su completo desarrollo, en función de la forma y color del fruto o baya. Así, el calibre
mínimo suele ser de 50 mm, si el pimiento es de forma cuadrada y de 30 mm si es puntiagudo.
Aplicando el análisis químico, se sabe que un pimiento con menos del 1 % de azúcares reductores, no tendrá ni aroma ni sabor, y se pudrirá sin alcanzar las características gustativas
normales.
Los pimientos dulces no deben tener más del 90% de acidez libre en ácido cítrico, que es cuando están en viraje, y el 70% cuando maduros. Los sólidos solubles para pimiento verde, deben ser superiores a 4,8 y para rojo 6,5 grados Brix.
La recolección debe ser cuidadosa, realizada a tijera, cortando por encima del fruto para dejar un pedúnculo, aunque en la actualidad existe una tendencia a la recolección del fruto con la totalidad del pedúnculo. Asimismo, el fruto debe ser tratado con cuidado en los envases de campo
para evitar magulladuras y heridas.
El fruto una vez recolectado, es aconsejable someterlo a una prerrefrigeración, logrando así, en el menor tiempo posible (hora y media), bajar los 25ºC del fruto a menos de 12ºC.
La selección o tría debe ser rigurosa, normalmente con cintas sencillas y calibrado a mano, tanto para envasar a granel  en cajas, como para hacerla ordenadamente en bolsas, mallas o bandejas de poliestireno expandido, posteriormente filmadas con plástico permeable.

El sureste español produce el  65 por ciento de la producción de pimiento  a nivel nacional, lo que supone 155 millones de kilos, pero tenemos una asignatura pendiente. Debemos de ir tecnificando en estos años más las explotaciones, para por lo menos conseguir la mitad de los cerca de 30 kilos por metro cuadrado, que producen en el norte de Europa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario