1.- CONDICIONES GENERALES DE CLIMA Y SUELO.
Ø TEMPERATURA
Es una especie sensible al frío, que
requiere temperaturas más
elevadas que otros cultivos, como por ejemplo el
tomate.
Durante el desarrollo del botón
floral, si las temperaturas son bajas, las flores que se forman son
morfológicamente diferentes, a las producidas a altas temperaturas y en
la mayoría de los casos, presentan alguna/s de las anomalías siguientes:
la mayoría de los casos, presentan alguna/s de las anomalías siguientes:
· Acortamiento de estambres y pistilo.
· Engrosamiento del ovario y pistilo.
En muchos casos, éste
engrosamiento provoca que el pistilo sobresalga por
encima de los pétalos, cuando éstos están aún cerrados.
· Alteración de los pétalos. Algunos
quedan curvados y sin desenrollar.
· Formación de ovarios adicionales, que
pueden crecer formando pequeños frutos alrededor del fruto principal.
La temperatura ideal para el
desarrollo del cultivo de pimiento es de 20ºC a 25ºC por el día, y 16ºC a 18ºC por la noche, aunque la floración es mejor con temperaturas nocturnas mayores
a las expuestas. Con temperaturas nocturnas
comprendidas entre 8°C - 10ºC, el
polen se hace inviable para la fecundación.
La temperatura media mensual que debe
existir para conseguir una cosecha abundante, en este cultivo, tiene que ser de
18ºC a 22ºC; con temperaturas más bajas a las
dadas, el desarrollo vegetativo de esta planta se paraliza o apenas evoluciona.
dadas, el desarrollo vegetativo de esta planta se paraliza o apenas evoluciona.
Con temperaturas más elevadas que
éstas, la planta vegeta exageradamente. Pero puede ocurrir que la producción
sea menor, si no se equilibra esa alta temperatura con
factores como la luminosidad y la humedad, al mismo tiempo puede aumentar la incidencia de Blossom.
factores como la luminosidad y la humedad, al mismo tiempo puede aumentar la incidencia de Blossom.
Ø HUMEDAD
El pimiento admite más humedad en el
ambiente del invernadero que el tomate; su óptimo está comprendido entre el 50%-70%. Si la
humedad es más alta y la vegetación es exuberante, el cultivo se expone a fuertes ataques de Botrytis y otras
enfermedades, además de que la fecundación de las flores se ve bastante dificultada.
Si la humedad es baja y la
temperatura es elevada, se origina una caída de flores y de frutos recién
cuajados.
Ø LUMINOSIDAD
Esta Solanácea es muy exigente en
luminosidad, tanto en su
desarrollo vegetativo, principalmente cuando es joven, como en la floración; esta
planta admite temperaturas más elevadas, cuando aumenta la luminosidad.
En el momento en haya muy poca luz
ocasionada por periodos nubosos, por el uso de dobles techos y/o encalados de
las cubiertas, los entrenudos de los tallos de pimiento se alargan demasiado y
quedan muy débiles para soportar una cosecha óptima de frutos. En estas condiciones
la planta florece menos y las flores son más débiles.
Ø ANHÍDRIDO CARBÓNICO.
En todos los ensayos realizados, se
ha podido ver la respuesta
positiva del pimiento a la fertilización carbónica. Un
manejo racional de los invernaderos, proporciona los niveles adecuados para un
perfecto funcionamiento del cultivo.
Pero las aportaciones adicionales de este gas requieren instalaciones
costosas y sofisticadas, que todavía no acaban de convencer a muchos
agricultores. Mi opinión particular es favorable, ya que hay que fijarse en el
otro lado de la balanza, y es que incrementa producciones.
Ø EXIGENCIAS DE SUELO
Para este cultivo van bien los suelos
areno-limosos: no son convenientes arcillosos, aunque en los terrenos
enarenados los admite bien.
El pimiento teme los suelos húmedos,
exigiendo un buen drenaje de
los mismos. El pH óptimo de este cultivo varía
entre 6,5 a 7; en suelos de cultivo enarenado, vegeta perfectamente con un pH
de 7 a 8.
El pimiento es menos resistente a la
salinidad del suelo y agua de riego que el tomate; con salinidad en el suelo y
en el agua de riego, la planta desarrolla se desarrolla poco, el fruto que se
obtiene es de menor tamaño, así como la producción total del cultivo es menor.
En algunas comarcas oscila entre los
4 a 5 kg/m2, debido a la baja calidad de las agua de riego, con conductividades
que oscilan entre 2,500 dS/m y 4,000 dS/m.
La deficiencia de calcio aumenta la
sensibilidad a enfermedades vasculares. En suelos ricos en magnesio, éste
interfiere en la asimilación del calcio, y por ello aumenta el riesgo de ataque
de enfermedades fúngicas.
2.- FERTIRRIGACIÓN.
Como norma general la cantidad
de agua
que se gasta en una plantación normal de pimiento plantado a mediados de junio,
y terminada a últimos de enero, es de
4.000 - 5.000 m3/ha repartidos
racionalmente durante todo el
cultivo.
Lógico es pensar que, en principio y cuando la
planta es pequeña, necesita menos, agua que cuando la planta está cuajando, y
con fruto.
También es lógico pensar, que se
necesite regar más en septiembre y octubre, que en diciembre y enero.
Durante los 50 días primeros de
cultivo, el
gasto de agua por semana sería de 60 m3 por ha, y en los 90 días siguientes coincidiendo con los meses de septiembre, octubre, noviembre, que es cuando la planta está cargada de fruto
, los riegos serán de 180-230 m3 por semana y hectárea, para ir bajando después en diciembre y enero, cuando la planta está con cierta parada invernal, a100 m3 por semana y ha.
gasto de agua por semana sería de 60 m3 por ha, y en los 90 días siguientes coincidiendo con los meses de septiembre, octubre, noviembre, que es cuando la planta está cargada de fruto
, los riegos serán de 180-230 m3 por semana y hectárea, para ir bajando después en diciembre y enero, cuando la planta está con cierta parada invernal, a100 m3 por semana y ha.
En
cuanto a lo que al manejo
del riego,
después del trasplante,
nos interesa un buen enraizamiento y un desarrollo no demasiado
abundante de la parte aérea, ya suficientemente favorecida por las cálidas y la
relativa falta de luz, que entraña el blanqueo.
Para lograr un
enraizamiento idóneo, los riegos se distanciarán lo máximo posible, para forzar
a la planta a extender sus raíces, en busca de zonas más profundas y
húmedas. Este cultivo precisa un especial control en los suministros de agua, pues necesita una uniformidad en la humedad de suelo durante,
húmedas. Este cultivo precisa un especial control en los suministros de agua, pues necesita una uniformidad en la humedad de suelo durante,
todo su desarrollo
vegetativo.
Cuando las plantas inician la
floración, es conveniente que no haya exceso de humedad en el suelo, para evitar
que haya aborto de flores. El turno y número de riegos que se dan a este
cultivo, lógicamente dependen de las características del suelo, y de la época
estacional en que se cultive.
Y en cuanto a la nutrición mineral el pimiento es exigente en abonos
nitrogenados, y responde favorablemente cuando éstos se dosifican
equilibradamente.
Tiene mayor necesidad de absorción de
todos fertilizantes, desde
que inicia el desarrollo vegetativo, aproximadamente al
mes del trasplante, hasta que está en plena producción de frutos.
Desde el principio del cultivo hasta
que la planta empieza a tener
bastante fruto en formación, puede ser peligroso
un exceso de
nitrógeno. Después, cuando ha cuajado una cantidad suficiente de
fruto, el empleo de fertilizantes nitrogenados tiene menos inconvenientes,
ayudando a conseguir, por otra parte, una mayor producción. Para ello los
niveles de nitratos del extracto
saturado del suelo, deben oscilar entre 7,0-8,0 meL-1, en plena
producción.
En el inicio de la floración, se
consideran valores adecuados 4,0-6,0
meL-1 y una relación N/K entre
2,2-2,4, que se elevará a 3,0-3,2 en producción.
Excesos en la fertilización
nitrogenada, asociados al sombreo del invernadero en la época estival, pueden originar
diversas fisiopatías en los frutos.
El cultivo de pimiento no es
demasiado exigente en fósforo, en comparación con otros cultivos de huerta. Una
carencia de este elemento, da lugar a que la lignificación de los tejidos de
los tallos no se haga correctamente y se quiebren bastantes ramas.
El pimiento agradece las aportaciones
de abonos potásicos;
reacciona rápidamente con un mejor cuajado de frutos. El
potasio actúa favorablemente en la formación y desarrollo de los frutos,
adelantando su maduración y dándoles mejor sabor.
Con el potasio, las hojas y los frutos en la madurez
toman un color metálico brillante muy vistoso; los tallos lignifican bien. En
los inicios de la plantación se mantendrán valores de 1,5 meL-1 en
el extracto saturado, que se irán aumentando conforme se desarrolla la planta,
hasta llegar a 2,5 meL-1 en plena producción.
3.- PODAS Y ENTUTORADO.
La
poda de formación es una práctica cultural frecuente y útil que mejora las
condiciones de cultivo en invernadero, y como consecuencia la obtención de
producciones de una mayor calidad comercial. Con la poda
se obtienen plantas
equilibradas, vigorosas y aireadas, para que los frutos no queden ocultos entre
el follaje, a la vez que protegidos por él de insolaciones.
Se
delimita el número de tallos con los que se desarrollará la planta (normalmente
2 o 3). En los casos necesarios se realizará una limpieza de las hojas y brotes,
que se desarrollen bajo la cruz.
El
entutorado es una práctica imprescindible, para mantener la planta erguida, ya
que los tallos del pimiento se parten con mucha facilidad.
Las
plantas en invernadero son más tiernas y alcanzan una mayor altura, por ello se
emplean tutores que faciliten las labores de cultivo y aumente la ventilación.
Pueden
considerarse dos modalidades dos modalidades de entutorado:
Entutorado tradicional: consiste en colocar hilos
de polipropileno
(rafia) o palos en los extremos de las líneas de cultivo de
forma vertical, que se unen entre sí mediante hilos horizontales pareados,
dispuestos a distintas alturas, que sujetan a las plantas entre ellos. Estos
hilos se apoyan en otros verticales, que a su vez están atados al emparrillado
a una distancia de 1,5 a 2 m, y que son los que realmente mantienen la planta
en posición vertical.
Entutorado holandés: cada uno de los tallos dejados a partir de la
poda
de formación, se sujeta al emparrillado con un hilo vertical que se va liando a
la planta conforme va creciendo. Esta variante requiere una mayor inversión en
mano de obra con respecto al entutorado tradicional, pero supone una mejora de
la aireación general de la planta y favorece el aprovechamiento de la radiación
y la realización de las labores culturales (destallados, recolección, etc.), lo
que repercutirá en la producción final, calidad del fruto y control de las
enfermedades.
Es
recomendable ir eliminando las hojas
senescentes, con objeto de facilitar la aireación y mejorar el color de los
frutos, como en hojas enfermas, que deben sacarse inmediatamente del
invernadero, eliminando así la fuente de inóculo.
Normalmente
es recomendable eliminar el fruto que se forma en la primera cruz, con el fin
de obtener frutos de mayor calibre, uniformidad y precocidad, y así como
mayores rendimientos.
En
plantas con escaso vigor o endurecidas por el frío, una elevada salinidad o
condiciones ambientales desfavorables en general, se producen frutos muy
pequeños y de mala calidad, que deben ser eliminados mediante aclareo.
4.- FISIOPATÍAS EN LOS FRUTOS.
Puede haber distintos problemas fisiopatías del fruto, como
el Stip que es una mancha
característica que aparece al madurar el fruto, por condiciones de alta humedad
relativa. Está relacionado con problemas de
movilidad de calcio en la planta, y
es poco frecuente.
Cracking |
Más
frecuente es el agrietado del fruto o cracking,
que son ligeras estrías en la piel, normalmente en invierno, que después
cicatrizan. Se ve favorecido por bajas temperaturas y cambios bruscos de
humedad. Está relacionado con la variedad. En general a mayor grosor de pared,
hay más sensibilidad a las bajas temperaturas, y por tanto, a diversas
deformaciones del fruto.
Blossom end rot o peseta del fruto. Es una carencia de calcio
del fruto. Puede estar provocado por una carencia real de calcio, exceso de
salinidad o riego insuficiente que impide su movilidad. Se manifiesta por
manchas más o menos grandes de tejidos necrosado en el fruto. El problema se presenta
con temperatura altas, agravado con problemas de salinidad (agua y/o suelo) y
mala regulación de suelos. También hay algunas variedades más sensibles que
otras.
5.-
RECOLECCIÓN Y MANIPULACIÓN DEL PIMIENTO.
El pimiento se debe recolectar cuando
alcanza su completo desarrollo, en función de la forma y color del fruto o
baya. Así, el calibre
mínimo suele ser de 50 mm, si el pimiento es de forma
cuadrada y de 30 mm si es puntiagudo.
Aplicando el análisis químico, se
sabe que un pimiento con menos del 1 % de azúcares reductores, no tendrá ni
aroma ni sabor, y se pudrirá sin alcanzar las características gustativas
normales.
normales.
Los pimientos dulces no deben tener
más del 90% de acidez libre en ácido cítrico, que es cuando están en viraje, y
el 70% cuando maduros. Los sólidos solubles para pimiento verde, deben ser superiores
a 4,8 y para rojo 6,5 grados Brix.
La recolección debe ser cuidadosa,
realizada a tijera, cortando por encima del fruto para dejar un pedúnculo,
aunque en la actualidad existe una tendencia a la recolección del fruto con la
totalidad del pedúnculo. Asimismo, el fruto debe ser tratado con cuidado en los
envases de campo
para evitar magulladuras y heridas.
El fruto una vez recolectado, es
aconsejable someterlo a una prerrefrigeración, logrando así, en el menor tiempo
posible (hora y media), bajar los 25ºC del fruto a menos de 12ºC.
La selección o tría debe ser
rigurosa, normalmente con cintas sencillas y calibrado a mano, tanto para
envasar a granel en cajas, como para
hacerla ordenadamente en bolsas, mallas o bandejas de poliestireno expandido,
posteriormente filmadas con plástico permeable.
El sureste español produce el 65 por ciento de la producción de
pimiento a nivel nacional, lo que supone
155 millones de kilos, pero tenemos una asignatura pendiente. Debemos de ir
tecnificando en estos años más las explotaciones, para por lo menos conseguir la
mitad de los cerca de 30 kilos por metro cuadrado, que producen en el norte de
Europa.
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