8.-RIEGO
Las Orquídeas prefieren
el agua de lluvia o agua destilada, a la del grifo, ya que no les gusta la cal.
Si no se puede suministrar agua de lluvia, se puede añadir una cucharada de
vinagre por cada 5 litros de agua, y luego regamos las plantas con esta mezcla.
El riego es otro aspecto
muy importante en el cultivo de las orquídeas epifíticas. Estas plantas crecen
sobre árboles u otras plantas en sus hábitats naturales, obtienen la humedad
desde el aire y del agua de lluvia que escurre por la superficie de las ramas.
Esto significa que las raíces de las orquídeas epifíticas no están nunca
sumergidas en agua en su hábitat natural y que no deben estarlo nunca en la
maceta, en la que crezca en su casa.
Nunca debemos permitir que una Orquídea permanezca sumergida
en el agua, ya que sus raíces se pudrirán irremisiblemente. La mezcla en la que
estén creciendo, y que permite un fácil drenaje, ayuda a impedir este problema.
Cuando se riegue una Orquídea epífita, debemos empapar bien la mezcla, asegurándonos
de que el agua drene bien.
Luego dejamos la planta
en su sitio, hasta que la mezcla comience a secarse antes de volver a regarla,
esto significa que, robablemente, no se deberá regar más de una vez por
semana.
Durante el período de
reposo debemos regarla poco, suministrándole sólo el agua suficiente para que
el compost y los pseudobulbos no se sequen.
Las plantas cultivadas en
cestas o en trozos de corteza, pueden regarse sumergiéndolas durante algunos
minutos en un recipiente con agua. Hay que asegurarse de que drenen bien, antes
de volver a colocarlas en su posición habitual. No se vuelve a regar, hasta que
la base del compost comience a secarse.
9-
REQUERIMIENTOS DE FERTILIZANTES.
Es importante recordar
que las orquídeas epifíticas, las que crecen sobre las ramas de los árboles y
no en la tierra (orquídeas
terrestres), obtienen los minerales necesarios para
su normal crecimiento, a partir del agua de lluvia que escurre por las ramas de
los árboles.
Esta agua de lluvia
contiene concentraciones muy bajas de minerales, los que se diluyen en el agua
de lluvia, a medida que ésta escurre por la corteza de los árboles, y por la
materia orgánica acumulada sobre las ramas.
Debido a este hábito de
crecimiento, las orquídeas no son plantas que requieran grandes cantidades de
nutrientes minerales, y por lo tanto deben ser siempre fertilizadas, en forma
adecuada. La regla debe ser siempre: fertilizar una vez a la semana, usando una
solución muy diluida. Las orquídeas epifíticas son, por lo tanto, intolerantes
al exceso de sales y de minerales.
TIPO DE FERTILIZANTE
Usar el tipo adecuado de
fertilizante, es muy importante para el buen crecimiento y floración de las
plantas de orquídea epifíticas. La mayoría de los sustratos usados para
cultivar orquídeas, carecen de los nutrientes esenciales para el normal
crecimiento y floración de la planta.
Los sustratos orgánicos
(corteza y musgo) liberarán cantidades pequeñas de minerales, a medida que se
descomponen, pero estos son insuficientes para una buena nutrición de la
planta.
Todos los fertilizantes
están constituidos por tres ingredientes principales:
- Nitrógeno (N), el que promueve el
crecimiento general de la planta.
Fósforo (P), el que promueve la
floración.
Potasio (K), el que promueve
formación de raíces fuertes.
Estos ingredientes se
mezclan en distintas proporciones, debido a que las plantas tienen diferentes
necesidades a lo largo del año. La proporción en que se encuentran en un
fertilizante comercial cualquiera, está indicada en la etiqueta por un código
de tres números, en el cual el primer número corresponde al porcentaje de
nitrógeno, el segundo número al porcentaje de fósforo y el tercer número al
porcentaje de potasio.
Por ejemplo, un buen
fertilizante balanceado, como uno con una proporción 7-9-5 (N-P-K), es adecuado
para ser utilizado en cualquier tipo de sustrato, en el cual esté creciendo su
planta de orquídea.
Para ayudar a promover la
floración de la planta, se puede utilizar un tipo especial de fertilizantes,
llamados de "estimulación de la floración", cuya proporción sea más
alta en fósforo, tal como 3-12-6. Este tipo de fertilizante debe ser aplicado
antes de la formación de las yemas florales, lo que requiere que se conozca el
ciclo anual de crecimiento y de floración de su planta de orquídea.
Algunos cultivadores de
orquídeas recomiendan fertilizar
una vez a la semana, mientras que otros
sugieren fertilizar semana por medio. Nosotros sugerimos fertilizar una vez
cada dos semanas, ya que el agua pura usada para regar entre fertilizaciones,
lavará el exceso de sales desde el sustrato de crecimiento, evitando los
problemas de toxicidad de la planta por acumulación excesiva de sales.
Si es un principiante en
el cultivo de orquídeas epifíticas, entonces es mejor que se utilice un
fertilizante balanceado a lo largo de todo el año (ejemplo, 7-9-5). Si es un
cultivador más experimentado, entonces utilice un fertilizante balanceado o
rico en nitrógeno cuando la planta está creciendo vegetativamente característico
de los Dendrobium.
10.- ESPECIES.
Ofrecemos una guía de los
cinco tipos más sencillos de cultivar y de mayor rendimiento. Entre ellos se
incluyen Cattleyas, Brassias,
Dendrobiums, Laelias, Miltonias y Vandas.
Ø Cattleya
Es la reina de las orquídeas.
Hay aproximadamente 65
especies. Son originales de la América Central y América del Sur, concentradas
principalmente en las regiones Andinas de Sudamérica del norte y occidental, y
la más grande en Brasil, principalmente las regiones costeras.
Los colores de flor en Cattleya imitan el arco iris y están
entre los más intensamente coloreados de todas las flores de orquídeas. Las Cattleyas
híbridas o aquellas que se obtuvieron por el cruce entre especies, son
fáciles de cultivar.
El principiante casi siempre
comienza su colección adquiriendo
Cattleyas
híbridas y hasta hay quienes piensan que sólo las Cattleyas pertenecen a la gran familia de las Orquidaceaes, es decir se toma la palabra Cattleya como sinónimo de la propia palabra orquídea.
Nuestro clima tiene
condiciones ideales de luz, temperatura, humedad y lluvias; sin mucho esfuerzo
y sin necesidad de poseer conocimientos de Botánica, se puede obtener éxito con
las Cattleyas. Se las puede ubicar
bajo un árbol, enramada, en un balcón, y cualquier otro lugar en donde se
desenvuelvan y florezcan. Pero conviene tener en cuenta ciertas exigencias de
estas plantas.
1.
La luz
La luz es uno de los factores
más importantes en el cultivo de
las Cattleyas.
Necesitan recibir luz brillante durante la mayor parte del día, un mínimo de
ocho a doce horas de luz, siempre es mejor el sol filtrado de la mañana, nunca
el sol directo del verano porque las queman; en verano las plantas deben estar
protegidas.
Se las ubica de Este a
Oeste de manera que reciban la primera luz del día. La poca iluminación, es una
de las causas más frecuentes
de la falta de floración de las orquídeas.
Los tallos y pseudobulbos
deben crecer rectos y fuertes, sin necesidad de sujetarlos con estacas. El
follaje de color verde oliva intermedio, nos indica que las plantas reciben
suficiente iluminación. Lo contrario se observa en tallos y pseudobulbos
caídos, hojas de coloración verde oscuro, abundante follaje y nula floración.
Hojas amarillas indican exceso de luz solar, en este caso tampoco hay
floración.
2.-
Temperatura
En su hábitat natural reciben
la influencia beneficiosa de los bosques, de las lluvias, de las condensaciones
del rocío sobre las
hojas y de las corrientes de aire, que aminoran el calor de
esas regiones, manteniéndose una temperatura media entre 25º a 30ºC durante el
día, y 14º a 16ºC en las noches frescas, siempre con una alta humedad.
Estando en cultivo,
podemos procurarles la misma temperatura, así en días de excesivo calor de
verano, con más de 35ºC, se les aumenta la humedad ambiental mojando pisos,
pasillos, mesas, paredes del orquidario y también dando aspersión a las hojas,
e instalando depósitos con agua debajo de las plantas, para que su evaporación
llegue hasta las plantas. Nada mejor que instalar ventiladores y humificadores
en el orquidario para mitigar el calor.
La diferencia de temperatura
entre el día y la noche, es esencial para la salud de las orquídeas cultivadas,
sea en la casa o en un orquidario se necesitan 3º a 4ºC de
variación entre el
día y la noche.
Las Cattleyas nativas provienen de regiones húmedas, en donde la
humedad relativa es bastante alta, entre 60 a 80%. Las lluvias tropicales son
frecuentes y bien distribuidas durante el año, con unos 2 o 3 meses de sequía,
pero durante ese tiempo se mantiene la humedad en los bosques, y un rocío denso
cubre las plantas. Durante el día desciende algo la humedad, a causa de los
vientos y vuelve a aumentar por las noches.
3.-
La circulación del aire
La circulación del aire es
también un factor muy importante. Necesitan aire puro en movimiento, para
evitar enfermedades y
plagas que afectan a nuestras orquídeas. El aire debe
estar circulando continuamente alrededor de las plantas, especialmente en días
de mucho calor y alta humedad.
En la naturaleza, las Cattleyas se instalan en las ramas más
altas de gigantescos árboles, donde la ventilación es abundante, así como la
cantidad de luz que les llega.
4.-
Riego
Es un requisito importante en
el cultivo de las Cattleyas.
Recordemos que estas plantas no gustan de encharcamiento, debido a excesivos
riegos, a la falta de drenaje en las macetas y al sustrato en malas
condiciones.
En sus hábitats en la
naturaleza, las lluvias tropicales mojan las plantas pero las brisas las secan,
permaneciendo las raíces secas durante la noche.
En épocas de sequías,
cuentan con recursos, como sus hojas suculentas, gruesas raíces y pseudobulbos,
constituyendo un
almacén de nutrientes y agua que las plantas los utilizan. Son
regiones en las que existe un régimen de lluvia con dos o tres meses de sequía.
La cantidad y frecuencia de riego depende de
varios factores como: del clima, de la estación del año, de la cantidad de luz
del día, del medio en que están sembradas y de la circulación del aire. Además
no existen reglas rígidas al respecto, y cada cultivador de orquídeas es dueño
de aplicar sus propias experiencias. No se puede repetir el cultivo de otra
persona al pie de la letra.
Una falta que frecuentemente
cometen los principiantes es el excesivo riego, para mantener húmedas sus
plantas. En invierno hay poca evaporación, y por consiguiente el riego se hará
en forma más espaciada, manteniendo el sustrato apenas húmedo.
En días de excesivo calor, con poca humedad
ambiental, el riego será diario y en las primeras horas de la mañana, antes que
caliente el sol, pues el agua que queda sobre las hojas las queman. En esta
época del año las plantas se secan rápidamente, especialmente si hay mucha
circulación del aire, en este caso se riegan por aspersión las hojas varias
veces en el día, para evitar la
deshidratación.
Se recomienda un buen riego abundante, hasta
que el agua salga por los agujeros de la base de la maceta, dos o tres veces en
la semana; en esta forma se limpiarán las sales tóxicas acumuladas entre las
raíces y el sustrato, residuos de los productos químicos aplicados con los
fertilizantes y pesticidas.
Las orquídeas sembradas en troncos pequeños
y placas de xaxí, necesitan riegos frecuentes, porque el agua se escurre más
rápidamente; no así las que están en macetas con xaxí o sphagnum; el agua permanece
en ellas por más tiempo. Pero las que tienen como sustrato carbón o trozos de
pino, retienen el agua de riego por poco tiempo.
Conviene un sustrato poroso,
de fácil escurrimiento del agua de riego, en donde las raíces encuentren
suficiente circulación de aire.
Durante el crecimiento
vegetativo de la planta, que se conoce por las nuevas raicillas que asoman en
su parte delantera y por los nuevos brotes, el riego debe ser más frecuente;
pero se limita en el momento en el que entran en reposo, cuando la planta
completó su desarrollo y floración.
Es importante conocer la calidad del
agua que utilizamos para el riego. El agua del grifo suele contener mucha
cantidad de sales disueltas. Una de ellas, muy dañina para las orquídeas, es el
cloro siempre unido al sodio, que al evaporarse queda este último
elemento
tóxico para nuestras plantas, queda acumulado entre las raíces.
Son buenas las aguas
carbonatadas, con alto contenido de carbonato de Calcio y de Magnesio.
Si utilizamos agua de pozo, se
hace necesario analizarlo para conocer su pH, o sea el grado de acidez y
alcalinidad. Lo ideal es con un pH 5,5 o 5,7.
Las orquídeas rechazan las aguas con un pH bajo, por ejemplo 4 y también
por encima de 6.
El agua de lluvia es excelente
para el riego, contiene elementos nutritivos que la planta necesita. Puede
instalarse un aparato de intercambio iónico, remueve las sales obteniendo agua
casi parecida a la de lluvia.
5.-
Siembra y materiales de siembra:
sustrato; macetas; ganchos; varillas de bambú.
Da excelentes resultado
cultivar Cattleyas en árboles del
jardín, en donde no necesitan cuidados especiales de trasplantes y riegos, y
donde florecen estupendamente bien, pues aprovechan el rocío de las noches y
las aguas de lluvia son sus nutrientes.
El inconveniente para
quienes persiguen fines comerciales, es que las flores se deterioran en poco
tiempo a causa de las lluvias, el viento y el sol. Prefieren árboles de corteza
rugosa o corchosa, para que las raíces se fijen y encuentren aireación.
No existen orquídeas
parásitas, sólo utilizan al árbol como morada. Al colocarlas en árboles, deben
mirar del lado en donde
sale el sol con la parte delantera o de crecimiento
para arriba.
Nunca sujetarlas con
alambre, utilizar hilos de rafia, sisal o tiras de medias de nylon. Rechazan
árboles resinosos y de corteza lisa, como coníferas, eucaliptus, guayabos y
mango. Este último debido al follaje tupido que no deja pasar el sol. Son
buenos el cocotero, palmeras, citrus y otros árboles, pero deben estar sanos,
libres de plagas que puedan transmitir a sus huéspedes. Aunque las orquídeas no
sean parásitas, responden mejor cuando se las cultiva en árboles vivos.
Con unas 50 plantas de Cattleyas ya puede destinarse un lugar
del jardín para el orquidario. El techo puede cubrirse con "sarán",
una tela plástica especial que deja pasar la luz filtrada, con la graduación
necesaria, 50% para Cattleyas
adultas.
El sustrato más utilizado es
el xaxí, nombre con el que se conoce en todos los países, por facilitar el trasplante,
además proporciona nutrientes a las raíces. Se dice que el mejor abono para las
orquídeas, es el xaxí nuevo. Se utiliza desmenuzado o desfibrado, cortado en
trocitos, limpio de polvo o
impurezas.
También se utiliza como
sustrato la corteza de pino, mezclada con isopor, éste para facilitar al
drenaje. El sphagnum y trocitos de carbón es otro medio de siembra. Toda
persona que cultiva orquídeas encontrará el sustrato, con el que obtenga
resultados satisfactorios.
Las Cattleyas exigen medios
esponjosos en donde las raíces se extiendan con facilidad, que encuentren
aireación y que el agua de riego se escurra.
El sustrato viejo, degradado,
pierde su porosidad se vuelve compacto y como consecuencia retiene la humedad,
disminuyendo la indispensable aireación de las raíces.
Son recomendados las macetas
de cerámica, de paredes gruesas, con los agujeros de drenaje en la base, pues
mantienen
frescas las raíces; las que llevan los agujeros laterales dejan
escapar el agua de riego con mucha facilidad.
Las de plástico son livianas y fáciles de
transportarlas, mantienen el sustrato húmedo por más tiempo, además al hacer el
trasplante, las raíces no quedan adheridas a sus paredes.
Referente a la necesidad de cambiar el
sustrato envejecido cabe aquí una pregunta...
¿Por qué en la naturaleza las
orquídeas viven muchos años en
el mismo sustrato sin los problemas mencionados?.
Parece que las grandes lluvias
tienen un importante papel en la protección del medio. A esto se agregan los
fuertes rayos del sol. Las neblinas nocturnas y centenares de otras condiciones,
que escapan de nuestra percepción. Uno de los factores más importantes, es el
hecho que las raíces viven libres, recibiendo mucho oxígeno y alimentos en
dosis moderadas.
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