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viernes, 6 de mayo de 2016

ORQUÍDEAS-TERCERA PARTE

8.-RIEGO
Las Orquídeas prefieren el agua de lluvia o agua destilada, a la del grifo, ya que no les gusta la cal. Si no se puede suministrar agua de lluvia, se puede añadir una cucharada de vinagre por cada 5 litros de agua, y luego regamos las plantas con esta mezcla.

El riego es otro aspecto muy importante en el cultivo de las orquídeas epifíticas. Estas plantas crecen sobre árboles u otras plantas en sus hábitats naturales, obtienen la humedad desde el aire y del agua de lluvia que escurre por la superficie de las ramas. Esto significa que las raíces de las orquídeas epifíticas no están nunca sumergidas en agua en su hábitat natural y que no deben estarlo nunca en la maceta, en la que crezca en su casa.

Nunca debemos  permitir que una Orquídea permanezca sumergida en el agua, ya que sus raíces se pudrirán irremisiblemente. La mezcla en la que estén creciendo, y que permite un fácil drenaje, ayuda a impedir este problema. Cuando se riegue una Orquídea epífita, debemos empapar bien la mezcla, asegurándonos de que el agua drene bien.

Luego dejamos la planta en su sitio, hasta que la mezcla comience a secarse antes de volver a regarla, esto significa que, robablemente, no se deberá regar más de una vez por semana.

Durante el período de reposo debemos regarla poco, suministrándole sólo el agua suficiente para que el compost y los pseudobulbos no se sequen.

Las plantas cultivadas en cestas o en trozos de corteza, pueden regarse sumergiéndolas durante algunos minutos en un recipiente con agua. Hay que asegurarse de que drenen bien, antes de volver a colocarlas en su posición habitual. No se vuelve a regar, hasta que la base del compost comience a secarse.

       9- REQUERIMIENTOS DE FERTILIZANTES.
Es importante recordar que las orquídeas epifíticas, las que crecen sobre las ramas de los árboles y no en la tierra (orquídeas

terrestres), obtienen los minerales necesarios para su normal crecimiento, a partir del agua de lluvia que escurre por las ramas de los árboles.

Esta agua de lluvia contiene concentraciones muy bajas de minerales, los que se diluyen en el agua de lluvia, a medida que ésta escurre por la corteza de los árboles, y por la materia orgánica acumulada sobre las ramas.

Debido a este hábito de crecimiento, las orquídeas no son plantas que requieran grandes cantidades de nutrientes minerales, y por lo tanto deben ser siempre fertilizadas, en forma adecuada. La regla debe ser siempre: fertilizar una vez a la semana, usando una solución muy diluida. Las orquídeas epifíticas son, por lo tanto, intolerantes al exceso de sales y de minerales.

TIPO DE FERTILIZANTE

Usar el tipo adecuado de fertilizante, es muy importante para el buen crecimiento y floración de las plantas de orquídea epifíticas. La mayoría de los sustratos usados para cultivar orquídeas, carecen de los nutrientes esenciales para el normal crecimiento y floración de la planta.

Los sustratos orgánicos (corteza y musgo) liberarán cantidades pequeñas de minerales, a medida que se descomponen, pero estos son insuficientes para una buena nutrición de la planta.

Todos los fertilizantes están constituidos por tres ingredientes principales:

- Nitrógeno (N), el que promueve el crecimiento general de la planta. 

Fósforo (P), el que promueve la floración. 

Potasio (K), el que promueve formación de raíces fuertes.

Estos ingredientes se mezclan en distintas proporciones, debido a que las plantas tienen diferentes necesidades a lo largo del año. La proporción en que se encuentran en un fertilizante comercial cualquiera, está indicada en la etiqueta por un código de tres números, en el cual el primer número corresponde al porcentaje de nitrógeno, el segundo número al porcentaje de fósforo y el tercer número al porcentaje de potasio.

Por ejemplo, un buen fertilizante balanceado, como uno con una proporción 7-9-5 (N-P-K), es adecuado para ser utilizado en cualquier tipo de sustrato, en el cual esté creciendo su planta de orquídea.

Para ayudar a promover la floración de la planta, se puede utilizar un tipo especial de fertilizantes, llamados de "estimulación de la floración", cuya proporción sea más alta en fósforo, tal como 3-12-6. Este tipo de fertilizante debe ser aplicado antes de la formación de las yemas florales, lo que requiere que se conozca el ciclo anual de crecimiento y de floración de su planta de orquídea.

Algunos cultivadores de orquídeas recomiendan fertilizar

una vez a la semana, mientras que otros sugieren fertilizar semana por medio. Nosotros sugerimos fertilizar una vez cada dos semanas, ya que el agua pura usada para regar entre fertilizaciones, lavará el exceso de sales desde el sustrato de crecimiento, evitando los problemas de toxicidad de la planta por acumulación excesiva de sales.

Si es un principiante en el cultivo de orquídeas epifíticas, entonces es mejor que se utilice un fertilizante balanceado a lo largo de todo el año (ejemplo, 7-9-5). Si es un cultivador más experimentado, entonces utilice un fertilizante balanceado o rico en nitrógeno cuando la planta está creciendo vegetativamente característico de los Dendrobium.
   
         10.- ESPECIES.
Ofrecemos una guía de los cinco tipos más sencillos de cultivar y de mayor rendimiento. Entre ellos se incluyen Cattleyas, Brassias, Dendrobiums, Laelias, Miltonias y Vandas.

Ø Cattleya
         Es la reina de las orquídeas.

Hay aproximadamente 65 especies. Son originales de la América Central y América del Sur, concentradas principalmente en las regiones Andinas de Sudamérica del norte y occidental, y la más grande en Brasil, principalmente las regiones costeras.

Los colores de flor en Cattleya imitan el arco iris y están entre los más intensamente coloreados de todas las flores de orquídeas. Las Cattleyas híbridas o aquellas que se obtuvieron por el cruce entre especies, son fáciles de cultivar.

         El principiante casi siempre comienza su colección adquiriendo

Cattleyas híbridas y hasta hay quienes piensan que sólo las Cattleyas pertenecen a la gran familia de las Orquidaceaes, es decir se toma la palabra Cattleya como sinónimo de la propia palabra orquídea.

         Nuestro clima tiene condiciones ideales de luz, temperatura, humedad y lluvias; sin mucho esfuerzo y sin necesidad de poseer conocimientos de Botánica, se puede obtener éxito con las Cattleyas. Se las puede ubicar bajo un árbol, enramada, en un balcón, y cualquier otro lugar en donde se desenvuelvan y florezcan. Pero conviene tener en cuenta ciertas exigencias de estas plantas.

    1. La luz

         La luz es uno de los factores más importantes en el cultivo de

las Cattleyas. Necesitan recibir luz brillante durante la mayor parte del día, un mínimo de ocho a doce horas de luz, siempre es mejor el sol filtrado de la mañana, nunca el sol directo del verano porque las queman; en verano las plantas deben estar protegidas.

Se las ubica de Este a Oeste de manera que reciban la primera luz del día. La poca iluminación, es una de las causas más frecuentes

de la falta de floración de las orquídeas.

Los tallos y pseudobulbos deben crecer rectos y fuertes, sin necesidad de sujetarlos con estacas. El follaje de color verde oliva intermedio, nos indica que las plantas reciben suficiente iluminación. Lo contrario se observa en tallos y pseudobulbos caídos, hojas de coloración verde oscuro, abundante follaje y nula floración. Hojas amarillas indican exceso de luz solar, en este caso tampoco hay floración.

        2.- Temperatura

         En su hábitat natural reciben la influencia beneficiosa de los bosques, de las lluvias, de las condensaciones del rocío sobre las
hojas y de las corrientes de aire, que aminoran el calor de esas regiones, manteniéndose una temperatura media entre 25º a 30ºC durante el día, y 14º a 16ºC en las noches frescas, siempre con una alta humedad.


Estando en cultivo, podemos procurarles la misma temperatura, así en días de excesivo calor de verano, con más de 35ºC, se les aumenta la humedad ambiental mojando pisos, pasillos, mesas, paredes del orquidario y también dando aspersión a las hojas, e instalando depósitos con agua debajo de las plantas, para que su evaporación

llegue hasta las plantas. Nada mejor que instalar ventiladores y humificadores en el orquidario para mitigar el calor.

         La diferencia de temperatura entre el día y la noche, es esencial para la salud de las orquídeas cultivadas, sea en la casa o en un orquidario se necesitan 3º a 4ºC de
variación entre el día y la noche.

         Las Cattleyas nativas provienen de regiones húmedas, en donde la humedad relativa es bastante alta, entre 60 a 80%. Las lluvias tropicales son frecuentes y bien distribuidas durante el año, con unos 2 o 3 meses de sequía, pero durante ese tiempo se mantiene la humedad en los bosques, y un rocío denso cubre las plantas. Durante el día desciende algo la humedad, a causa de los vientos y vuelve a aumentar por las noches.

          3.- La circulación del aire

         La circulación del aire es también un factor muy importante. Necesitan aire puro en movimiento, para evitar enfermedades y

plagas que afectan a nuestras orquídeas. El aire debe estar circulando continuamente alrededor de las plantas, especialmente en días de mucho calor y alta humedad.

         En la naturaleza, las Cattleyas se instalan en las ramas más altas de gigantescos árboles, donde la ventilación es abundante, así como la cantidad de luz que les llega.

            4.- Riego

         Es un requisito importante en el cultivo de las Cattleyas.

Recordemos que estas plantas no gustan de encharcamiento, debido a excesivos riegos, a la falta de drenaje en las macetas y al sustrato en malas condiciones.

En sus hábitats en la naturaleza, las lluvias tropicales mojan las plantas pero las brisas las secan, permaneciendo las raíces secas durante la noche.

En épocas de sequías, cuentan con recursos, como sus hojas suculentas, gruesas raíces y pseudobulbos, constituyendo un

almacén de nutrientes y agua que las plantas los utilizan. Son regiones en las que existe un régimen de lluvia con dos o tres meses de sequía.

          La cantidad y frecuencia de riego depende de varios factores como: del clima, de la estación del año, de la cantidad de luz del día, del medio en que están sembradas y de la circulación del aire. Además no existen reglas rígidas al respecto, y cada cultivador de orquídeas es dueño de aplicar sus propias experiencias. No se puede repetir el cultivo de otra persona al pie de la letra.
        
Una falta que frecuentemente cometen los principiantes es el excesivo riego, para mantener húmedas sus plantas. En invierno hay poca evaporación, y por consiguiente el riego se hará en forma más espaciada, manteniendo el sustrato apenas húmedo.


    En días de excesivo calor, con poca humedad ambiental, el riego será diario y en las primeras horas de la mañana, antes que caliente el sol, pues el agua que queda sobre las hojas las queman. En esta época del año las plantas se secan rápidamente, especialmente si hay mucha circulación del aire, en este caso se riegan por aspersión las hojas varias veces en el día, para evitar la

deshidratación.


      Se recomienda un buen riego abundante, hasta que el agua salga por los agujeros de la base de la maceta, dos o tres veces en la semana; en esta forma se limpiarán las sales tóxicas acumuladas entre las raíces y el sustrato, residuos de los productos químicos aplicados con los fertilizantes y pesticidas.

            Las orquídeas sembradas en troncos pequeños y placas de xaxí, necesitan riegos frecuentes, porque el agua se escurre más rápidamente; no así las que están en macetas con xaxí o sphagnum; el agua permanece en ellas por más tiempo. Pero las que tienen como sustrato carbón o trozos de pino, retienen el agua de riego por poco tiempo.
        

Conviene un sustrato poroso, de fácil escurrimiento del agua de riego, en donde las raíces encuentren suficiente circulación de aire.

         Durante el crecimiento vegetativo de la planta, que se conoce por las nuevas raicillas que asoman en su parte delantera y por los nuevos brotes, el riego debe ser más frecuente; pero se limita en el momento en el que entran en reposo, cuando la planta completó su desarrollo y floración.

        Es importante conocer la calidad del agua que utilizamos para el riego. El agua del grifo suele contener mucha cantidad de sales disueltas. Una de ellas, muy dañina para las orquídeas, es el cloro siempre unido al sodio, que al evaporarse queda este último

elemento tóxico para nuestras plantas, queda acumulado entre las raíces.

   Son buenas las aguas carbonatadas, con alto contenido de carbonato de Calcio y de Magnesio.

         Si utilizamos agua de pozo, se hace necesario analizarlo para conocer su pH, o sea el grado de acidez y alcalinidad. Lo ideal es con un pH 5,5 o 5,7.  Las orquídeas rechazan las aguas con un pH bajo, por ejemplo 4 y también por encima de 6.

         El agua de lluvia es excelente para el riego, contiene elementos nutritivos que la planta necesita. Puede instalarse un aparato de intercambio iónico, remueve las sales obteniendo agua casi parecida a la de lluvia.

    5.- Siembra y materiales de siembra: sustrato; macetas; ganchos; varillas de bambú.
        

Da excelentes resultado cultivar Cattleyas en árboles del jardín, en donde no necesitan cuidados especiales de trasplantes y riegos, y donde florecen estupendamente bien, pues aprovechan el rocío de las noches y las aguas de lluvia son sus nutrientes.

El inconveniente para quienes persiguen fines comerciales, es que las flores se deterioran en poco tiempo a causa de las lluvias, el viento y el sol. Prefieren árboles de corteza rugosa o corchosa, para que las raíces se fijen y encuentren aireación.

No existen orquídeas parásitas, sólo utilizan al árbol como morada. Al colocarlas en árboles, deben mirar del lado en donde

sale el sol con la parte delantera o de crecimiento para arriba.

Nunca sujetarlas con alambre, utilizar hilos de rafia, sisal o tiras de medias de nylon. Rechazan árboles resinosos y de corteza lisa, como coníferas, eucaliptus, guayabos y mango. Este último debido al follaje tupido que no deja pasar el sol. Son buenos el cocotero, palmeras, citrus y otros árboles, pero deben estar sanos, libres de plagas que puedan transmitir a sus huéspedes. Aunque las orquídeas no sean parásitas, responden mejor cuando se las cultiva en árboles vivos.

         Con unas 50 plantas de Cattleyas ya puede destinarse un lugar del jardín para el orquidario. El techo puede cubrirse con "sarán", una tela plástica especial que deja pasar la luz filtrada, con la graduación necesaria, 50% para Cattleyas adultas.

         El sustrato más utilizado es el xaxí, nombre con el que se conoce en todos los países, por facilitar el trasplante, además proporciona nutrientes a las raíces. Se dice que el mejor abono para las orquídeas, es el xaxí nuevo. Se utiliza desmenuzado o desfibrado, cortado en trocitos, limpio de polvo o
impurezas.

         También se utiliza como sustrato la corteza de pino, mezclada con isopor, éste para facilitar al drenaje. El sphagnum y trocitos de carbón es otro medio de siembra. Toda persona que cultiva orquídeas encontrará el sustrato, con el que obtenga resultados satisfactorios.

         Las Cattleyas exigen medios esponjosos en donde las raíces se extiendan con facilidad, que encuentren aireación y que el agua de riego se escurra.

         El sustrato viejo, degradado, pierde su porosidad se vuelve compacto y como consecuencia retiene la humedad, disminuyendo la indispensable aireación de las raíces.

         Son recomendados las macetas de cerámica, de paredes gruesas, con los agujeros de drenaje en la base, pues mantienen

frescas las raíces; las que llevan los agujeros laterales dejan escapar el agua de riego con mucha facilidad.

    Las de plástico son livianas y fáciles de transportarlas, mantienen el sustrato húmedo por más tiempo, además al hacer el trasplante, las raíces no quedan adheridas a sus paredes.

           Referente a la necesidad de cambiar el sustrato envejecido cabe aquí una pregunta...

         ¿Por qué en la naturaleza las orquídeas viven muchos años en

el mismo sustrato sin los problemas mencionados?.

         Parece que las grandes lluvias tienen un importante papel en la protección del medio. A esto se agregan los fuertes rayos del sol. Las neblinas nocturnas y centenares de otras condiciones, que escapan de nuestra percepción. Uno de los factores más importantes, es el hecho que las raíces viven libres, recibiendo mucho oxígeno y alimentos en dosis moderadas.

    Una planta de Cattleya necesita cambio de sustrato, cuando sus nuevos brotes se retrasan en el crecimiento, las raíces están podridas y hay falta de floración o floración pobre.


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