5.- CICLO DE VIDA.
1.- Germinación
Las semillas de las
orquídeas se consideraron estériles,
hasta que en
1804 se descubrió que podían
germinar. Durante muchos años,
los cultivadores de
orquídeas ornamentales, habían
llevado a cabo la
reproducción de estas plantas, sólo por vía vegetativa.
Las condiciones
suficientes que provocan
la germinación de la mayoría de las
plantas, como son, humedad,
calor y luz,
no bastan en el caso de las orquídeas.
Fue el
botánico francés “Noel
Bérnard”, en 1889, quien
descubrió las condiciones
necesarias, para que
se produzca la germinación
y el desarrollo de
estas plantas.
Para que la
germinación tenga lugar, es
necesario el concurso
de ciertos
hongos microscópicos del
suelo, generalmente del género
Rhizoctonia, con los
que las semillas
entablan una relación simbiótica, denominada micorrízica.
Muchas veces se
identifica el hongo como Rhizoctonia, por su aspecto vegetativo, pero se asigna
a otros géneros cuando se estudia
material fértil.
En la mayoría de las semillas, el embrión se encuentra
rodeado de un tejido nutritivo llamado
endospermo; en otros
casos, las sustancias de
reserva se almacenan
en órganos especiales llamados
cotiledones. Estas
sustancias de reserva
permiten que el diminuto
embrión, crezca y se desarrolle
hasta que la
joven plantita produzca
sus primeras hojas y raíces.
Las semillas de
las orquídeas, que sólo alcanzan unas
décimas de milímetro
de longitud, carecen casi por
completo de sustancias de reserva, y de
ahí la necesidad de un agente externo,
que aporte nutrientes
al embrión en desarrollo.
Si la especie apropiada
de hongo invade la semilla, se establece una relación micorrízica, quedando rodeada la semilla de una densa
maraña de hifas fúngicas. En
estas circunstancias, las hifas
del hongo aportan al embrión
los azúcares necesarios para
su crecimiento, funcionando como
pequeñas raíces que absorben las
sustancias nutritivas del medio.
Limodorum trabutianum |
Las micorrizas de las
orquídeas no sólo nutren
a los embriones en desarrollo,
sino que en diversas especies enteramente heterótrofas, como
Limodorum trabutianum, que no
produce clorofila, la
planta está permanentemente asistida
por un hongo micorrízico.
En las
orquídeas autótrofas, la planta
es capaz de
sintetizar suficiente cantidad
de hidratos de
carbono como para mantener una vida independiente de las micorrizas, sin
embargo, el hongo que invade el tejido embrionario a menudo queda asociado a la orquídea durante toda la vida de ésta.
embargo, el hongo que invade el tejido embrionario a menudo queda asociado a la orquídea durante toda la vida de ésta.
Las micorrizas de las
orquídeas son de tipo endótrofo, lo que significa que las hifas del hongo viven en el interior de las células y no sólo en los espacios
intercelulares. Se ha observado que las
hifas crecen formando
una especie de ovillo en el citoplasma de las células. El hongo se
comporta como parásito en las capas celulares externas de la corteza de las
raíces, mientras que en las internas, la orquídea digiere los ovillos y aprovecha las
sustancias nutritivas del hongo.
De este modo, la relación
se establece sobre la base de un equilibrio: el hongo no debe
invadir completamente los tejidos de la orquídea, ni ésta debe digerir todas
las hifas del hongo. La
resistencia de las orquídeas
a ser destruidas por los
hongos micorrízicos se lleva a cabo, al
menos parcialmente, mediante la síntesis de fitoalexinas, que inhiben el
crecimiento de los mismos.
2.- Protocormos
Las diminutas semillas de
las orquídeas constan de
una cubierta seca
y dura, la testa,
en cuyo interior
se encuentra el embrión.
Este embrión es extremadamente
pequeño, está poco diferenciado y consta de
unos cuantos cientos
de células solamente.
Durante la
germinación, el embrión
se hincha hasta alcanzar varias veces su volumen, forma
una protuberancia por
una hendidura de la testa y produce
largos pelos protocórmicos.
En esta etapa el embrión
es un cuerpo con
forma de peonza,
lustroso y casi transparente, de 0,25-0,33 mm
de longitud, que porta
una yema en el
extremo. El polo basal, es decir, la zona opuesta a la yema,
está cubierta en sus
2/3 partes de pelos protocórmicos, que
en ausencia de la radícula, tienen la misión de
absorber nutrientes del medio.
El término protocormo fue acuñado por el botánico francés
Bérnard, para designar ese estado
del desarrollo de los embriones de
las orquídeas.
El desarrollo
es muy lento.
Una semilla puede tardar varios
meses en alcanzar el estado de protocormo. A partir de este punto, el desarrollo
varía considerablemente de unas
especies a otras,
dependiendo, entre otras cosas,
del modo de
crecimiento adoptado por la
planta adulta.
En la plantas con rizoma
(Cephanlanthera, Epipactis, Limodorum), la yema del
protocormo produce un tallo subterráneo del
que nacerán raíces
carnosas en el segundo o tercer año
de crecimiento, luego, la planta
produce un tallo aéreo que porta hojas y eventualmente flores.
En las plantas
con tubérculos, durante
el primer año,
la yema terminal
produce una única
hojita verde. Simultáneamente se forma el primer tubérculo,
que quedará aislado al
final del primer periodo vegetativo
junto con la
yema terminal. En
este momento el protocormo no mide más que 2-3 mm.
En el segundo año,
el crecimiento continúa a partir
de la yema terminal. Esta yema produce
un corto rizoma,
en el que
aparecen las primeras raíces de la planta. El rizoma se une al protocormo mediante una ancha base. En el extremo del rizoma la yema terminal produce 1-2 hojitas, y bajo tierra se forma un segundo tubérculo más voluminoso.
aparecen las primeras raíces de la planta. El rizoma se une al protocormo mediante una ancha base. En el extremo del rizoma la yema terminal produce 1-2 hojitas, y bajo tierra se forma un segundo tubérculo más voluminoso.
Este segundo
tubérculo, también se separa de
la planta madre al final del periodo
vegetativo. Desde este
momento desaparece la yema terminal y el crecimiento continúa a partir de una yema axilar. Se establece así
un sistema de
ramificación simpódico, y el
crecimiento se sucede a lo largo de varios años.
En los primeros años, el tubérculo
nuevo se sitúa siempre a
mayor profundidad que el del año anterior.
Este mecanismo asegura que el tubérculo
y su yema durmiente, queden protegidos
de la intensa desecación que sufren las
capas más superficiales del suelo,
durante el verano.
3.- Floración
El tiempo
que requieren las
orquídeas para desarrollarse desde
la fase de
protocormo hasta el
estado reproductivo, es con frecuencia
dilatado. Las especies
de los géneros Orchis y Ophrys, suelen florecer a los 3-4 años de haberse producido la germinación.
En muchas
especies, la floración
raramente tiene lugar
dos años seguidos, sino que ocurre en años alternos. Probablemente ocurra así porque en el año en que florece la planta, gran parte de las sustancias nutritivas se emplean para producir el tallo floral y las semillas, con lo que el tubérculo formado ese año, no acumularía las reservas suficientes para dar lugar a un nuevo tallo floral en el año siguiente.
dos años seguidos, sino que ocurre en años alternos. Probablemente ocurra así porque en el año en que florece la planta, gran parte de las sustancias nutritivas se emplean para producir el tallo floral y las semillas, con lo que el tubérculo formado ese año, no acumularía las reservas suficientes para dar lugar a un nuevo tallo floral en el año siguiente.
Si exceptuamos a Spiranthes
spiralis, que abre sus flores
hacia octubre, las
demás orquídeas florecen entre enero
y julio. La
especie más temprana Orchis
olbiensis es Barlia robertiana, que algunos
años se encuentran en flor a
finales de diciembre.
4.- Polinización
En general,
las orquídeas son
plantas entomófilas, aunque no
faltan especies polinizadas por
pájaros, especialmente en zonas
tropicales. Familia de
aparición reciente, las orquídeas
evolucionaron en hábitats en los
que ya había numerosos insectos , a los que
se adaptaron con prontitud.
En relación
con la entomofilia
deben entenderse una serie de
adaptaciones, entre las que cabe
destacar:
1 1 1 La simetría
dorsiventral de las flores.
2 La presencia del labelo, que actúa como un posadero para los
insectos.
3 La producción de néctar, a veces almacenado a cierta profundidad en espolones o cavidades de la flor
4 La existencia de dibujos, manchas o marcas en las flores, especialmente en el labelo, llamadas "señales del néctar".
5 La producción de sustancias aromáticas, no siempre agradables para el hombre.
6 El atractivo óptico de las flores, basado en colores pertenecientes al espectro visual de los insectos.
2 La presencia del labelo, que actúa como un posadero para los
insectos.
3 La producción de néctar, a veces almacenado a cierta profundidad en espolones o cavidades de la flor
4 La existencia de dibujos, manchas o marcas en las flores, especialmente en el labelo, llamadas "señales del néctar".
5 La producción de sustancias aromáticas, no siempre agradables para el hombre.
6 El atractivo óptico de las flores, basado en colores pertenecientes al espectro visual de los insectos.
Las orquídeas tomas
formas y colores de lo más asombroso, para atraer o repeler ciertos insectos o
animales.
Los mecanismos señalados,
suelen actuar agrupados para
crear una relación
insecto-orquídea, de un alto grado de especificidad. La geometría
y disposición de
las piezas florales, no sólo
obligan al insecto a adoptar una posición que favorece su contacto
con el polen, sino que al
mismo tiempo
determinan que únicamente los insectos dotados de una determinada estructura corporal, puedan llevar a cabo la polinización.
determinan que únicamente los insectos dotados de una determinada estructura corporal, puedan llevar a cabo la polinización.
Otros mecanismos de especificidad, están basados en
la fisiología sensorial
de los insectos. Así, la
composición química de los azúcares del néctar de cada especie, responde a las
preferencias de sus insectos
polinizadores.
Por otro lado, cada tipo de aroma puede atraer a ciertos insectos y rechazar a otros. Las
señales del néctar y el colorido de las flores, responden también a la capacidad visual de determinados
insectos. Las abejas, que no pueden
percibir el rojo puro,
son capaces de ver el
ultravioleta cercano.
La especificidad es particularmente necesaria en las orquídeas, si consideramos que el polen de estas plantas,
se transmiten en masa y debe asegurarse,
que esta enorme cantidad de granos de polen llegue a su destino.
v
Mecanismo
de polinización.
a.- Sección transversal
de la flor.
b.- Una abeja explora el
espolón buscando néctar. Durante esta
operación, los polinios se adhieren al clípeo.
operación, los polinios se adhieren al clípeo.
c.- Una vez que la abeja
abandona la flor, los polinios se curvan hacia adelante.
d.- La abeja
deposita los polinios en el estigma de
otra flor.
e.- Detalle de la zona estigmática de Dactylorhiza elata.
Las flores presentan una
coloración variable, aunque predominan los colores rosa,
rojo, violeta y blanco. Todas las flores muestran la zona central y la boca del espolón
moteadas de púrpura. Se piensa que
estas marcas son guías de
néctar, es decir, señales que
indican a los insectos la presencia
de néctar.
5.- Fecundación
Una vez que
los polinios están en
contacto con el estigma,
la masa de polen
se divide en tétradas, y los granos de polen
germinan. Miles de tubos polínicos inician su crecimiento. El líquido estigmático contiene lípidos y carbohidratos, que nutren los tubos polínicos en desarrollo. La germinación del polen es un proceso rápido, y suele durar 5-6 días en Orchis y 9-10 en Ophrys.
germinan. Miles de tubos polínicos inician su crecimiento. El líquido estigmático contiene lípidos y carbohidratos, que nutren los tubos polínicos en desarrollo. La germinación del polen es un proceso rápido, y suele durar 5-6 días en Orchis y 9-10 en Ophrys.
Los tubos
polínicos crecen a
través del ginostemo entre
tejidos especiales, adaptados a su conducción. Por el tubo polínico viajan dos células espermáticas masculinas, que junto con el plasma y el núcleo del tubo polínico se hallan constantemente en el extremo, pues las partes más viejas del tubo polínico están vacías, separadas a menudo por tapones de calosa.
tejidos especiales, adaptados a su conducción. Por el tubo polínico viajan dos células espermáticas masculinas, que junto con el plasma y el núcleo del tubo polínico se hallan constantemente en el extremo, pues las partes más viejas del tubo polínico están vacías, separadas a menudo por tapones de calosa.
Una vez formado
el embrión, las capas
externas del primordio
seminal se secan y
forman una cubierta
dura, la testa.
A continuación, la cápsula se
abre por fisuras longitudinales, y el
menor soplo de
viento arrastra y dispersa las diminutas semillas.
6.- Dispersión de las semillas
Gracias a
su peso, que
oscila entre 0,3 y 0,15
microgramos y a su pequeño
tamaño, las semillas de las orquídeas pueden
desplazarse grandes distancias arrastradas por el viento.
desplazarse grandes distancias arrastradas por el viento.
Se admite, que
las semillas de las
orquídeas pueden desplazarse
cientos de kilómetros
arrastradas por corrientes de
aire a gran altura. En estas corrientes
las semillas permanecen secas, a
baja temperatura, tal
vez heladas. Estas condiciones facilitan su conservación, pues es sabido que las semillas de las orquídeas pierden pronto su viabilidad, cuando se encuentran en un ambiente húmedo y cálido.
vez heladas. Estas condiciones facilitan su conservación, pues es sabido que las semillas de las orquídeas pierden pronto su viabilidad, cuando se encuentran en un ambiente húmedo y cálido.
También pueden
dispersarse por medio de
corrientes de agua,
ya que manifiestan una gran
flotabilidad. Aunque es
poco probable que las semillas individuales sean dispersadas por el agua marina, a causa de la toxicidad de las sales, sí es posible que sean las cápsulas maduras las que viajen por este medio.
poco probable que las semillas individuales sean dispersadas por el agua marina, a causa de la toxicidad de las sales, sí es posible que sean las cápsulas maduras las que viajen por este medio.
En las zonas
continentales, la dispersión
puede tener lugar a lo largo de los ríos,
o a favor de la dirección
predominante de los vientos.
El número de semillas por cápsula es muy variable:
Cypripedium alcanza unas 50.000
semillas/cápsula, y algunas especies
de Cattleya tienen de 250.000 a un millón.
6.-
CLASIFICACIÓN
SISTEMÁTICA DE LAS ORQUÍDEAS
La familia puede dividirse en cinco subfamilias. A
continuación se especifican
las características principales una, y se nombran todos los géneros
presentes en Europa. Las
categorías taxonómicas por debajo
del nivel de subfamilia, sólo se nombran si incluyen géneros representados en Europa.
Perianto casi regular; 2-3 estambres fértiles; filamentos de los estambres casi libres; polen en mónadas; ausencias de polinios; 3 estigmas fértiles.
Plantas terrestres, autótrofas,
confinadas en el espacio indomalayo. 2
géneros, 20 especies.
II SUBFAMILIA
CYPRIPEDIOIDEAE
Perianto zigomorfo; 2 estambres fértiles y 1 estaminodio
terminal; fusión casi total de los filamentos; polen en tétradas; ausencia de polinios; tres estigmas fértiles. Plantas terrestres, raramente epifitas, autótrofas, distribuidas por ambos hemisferios, tanto en zonas templadas como tropicales. 4 géneros, 115 especies. En Europa se encuentra representada por el género Cypripedium.
terminal; fusión casi total de los filamentos; polen en tétradas; ausencia de polinios; tres estigmas fértiles. Plantas terrestres, raramente epifitas, autótrofas, distribuidas por ambos hemisferios, tanto en zonas templadas como tropicales. 4 géneros, 115 especies. En Europa se encuentra representada por el género Cypripedium.
III SUBFAMILIA
NEOTTIOIDEAE
Perianto zigomorfo; 1
estambre fértil; fusión total de los
filamentos; polen en tétradas o en mónadas; 2-4 polinios, generalmente sin caudícula, unidos por su extremo superior, raramente séctiles, con retináculo en la mayoría de los casos; 2 estigmas fértiles.
filamentos; polen en tétradas o en mónadas; 2-4 polinios, generalmente sin caudícula, unidos por su extremo superior, raramente séctiles, con retináculo en la mayoría de los casos; 2 estigmas fértiles.
Plantas terrestres,
raramente epifitas, auto o heterótrofas. 90 géneros, 1.600 especies.
Epipactis,
Cephalanthera, Limodorum, Spiranthes, Epipogium, Neottia, Listera y Goodyera.
IV SUBFAMILIA
ORCHIDOIDEAE
Perianto zigomorfo, 1
estambre fértil; fusión completa de los filamentos; polen en tétradas; 2-4
polinios séctiles, unidos por la base, con caudículas y retináculo, pero sin estípite;
2-3 estigmas confluentes.
Plantas terrestres,
raramente epifitas, auto o heterótrofas, distribuidas por ambos hemisferios.
70 géneros y 1.900
especies.
V. SUBFAMILIA
EPIDENDROIDEAE
Perianto zigomorfo, 1 estambre
fértil; fusión completa de los
filamentos; polen en tétradas; 2-12 polinios duros, cerosos o córneos, raramente séctiles, con o sin caudículas, con retináculo, con o sin estípite; 2 estigmas confluentes. Plantas epifitas, raramente terrestres, auto o heterótrofas, principalmente tropicales y subtropicales.
filamentos; polen en tétradas; 2-12 polinios duros, cerosos o córneos, raramente séctiles, con o sin caudículas, con retináculo, con o sin estípite; 2 estigmas confluentes. Plantas epifitas, raramente terrestres, auto o heterótrofas, principalmente tropicales y subtropicales.
500-600 géneros y 16.000-21.000
especies.
Corallorhiza,
Calypso y Liparis.
7.- REQUERIMIENTOS
MEDIOAMBIENTALES.
TEMPERATURA.
Las temperaturas que se
encuentran normalmente al interior de una casa son adecuadas para cultivar bien
los tipos más comunes de orquídeas epifíticas (Cattleya, Phalaenopsis, Phaphiopedilum, Oncidium, Miltonia, etc.).
En general, si la temperatura es confortable para una persona, estas
plantas también lo estarán. Temperaturas diurnas de 18,3°C y 26,7°C y temperaturas nocturnas entre 12,8°C y 23,9°C son las más adecuadas.
plantas también lo estarán. Temperaturas diurnas de 18,3°C y 26,7°C y temperaturas nocturnas entre 12,8°C y 23,9°C son las más adecuadas.
Algunas orquídeas, como
las Phalaenopsis, requieren la
existencia de períodos con diferencias marcadas de temperatura entre el día y
la noche, para iniciar su floración. De esta forma, si la temperatura de la
casa es constante habrá problemas para estimular la floración, en algunos tipos
de orquídeas epifíticas.
Sin embargo, muchas
orquídeas son suficientemente resistentes, para vivir fuera de los rangos
ideales de temperatura,
aunque pueden ver su crecimiento y floración afectados.
aunque pueden ver su crecimiento y floración afectados.
En su hábitat original,
las Orquídeas prefieren una luz brillante, pero filtrada. Necesitan buena luz
para desarrollar las flores, pero jamás deben ser expuestas directamente a la
luz del sol, aunque sea a través del cristal de una ventana.
La solución consiste en
protegerlas con cortinas claras y colocarlas, idealmente, cerca de una ventana
orientada correctamente.
En invierno, disponer de
una buena luz, es lo más
importante para las plantas que están a punto de florecer. A menos que se pueda proporcionar unas 10 horas de luz por día (y preferiblemente 12), no se tendrá garantías de un buen cultivo.
importante para las plantas que están a punto de florecer. A menos que se pueda proporcionar unas 10 horas de luz por día (y preferiblemente 12), no se tendrá garantías de un buen cultivo.
Para crecer y florecer
con éxito, las Orquídeas también necesitan suficiente (pero no excesivo) calor
y humedad. Aunque conseguir la temperatura exacta hasta el último grado, no es
crucial.
Las
Orquídeas se incluyen dentro de categorías de temperatura, pero la mayoría de
aquellas que presentamos en este artículo, disfrutan de condiciones de temperatura
que van desde frescas a intermedias. Y, aunque también requieren de un poco de
aire fresco,
son reacias a las corrientes de aire.
son reacias a las corrientes de aire.
Si están colocadas en el
alféizar de una ventana, hay que asegurarse de que la ventana esté bien
ajustada, y aparte las plantas de ese lugar en las heladas noches de invierno.
Durante los meses de
verano, cuando la tempera exterior es regular, hay que abrir las ventanas, o
colocar las orquídeas en el exterior, durante algunas horas, y en un lugar
protegido del sol. Una atmósfera húmeda es vital siempre.
Rociar la planta con un
vaporizador, también ayudará a mantener la atmósfera húmeda, y la mayoría de
las orquídeas se beneficiará de tener sus hojas húmedas, durante la estación de
crecimiento, cuando la temperatura es más elevada.
HUMEDAD RELATIVA.
La mayoría de las
orquídeas epifíticas, se desarrollan mejor en ambientes donde la humedad
relativa del aire está entre 60% y
80%. Sin embargo, el aire al interior de una casa normalmente tiene una humedad relativa entre 30% y 40%. Una casa con calefacción, con muchas alfombras y cortinas, podría llegar a tener una humedad tan baja como del 5%, lo que es inadecuado para cultivar orquídeas.
80%. Sin embargo, el aire al interior de una casa normalmente tiene una humedad relativa entre 30% y 40%. Una casa con calefacción, con muchas alfombras y cortinas, podría llegar a tener una humedad tan baja como del 5%, lo que es inadecuado para cultivar orquídeas.
No se requiere un
equipamiento sofisticado, para mejorar la humedad del aire al interior de una
casa. Bandejas de tamaño adecuado, llenas con agua y grava, serán suficientes
para mejorar la humedad del aire en torno a sus plantas de orquídeas. El agua
que se evapore de la bandeja será suficiente para mejorar el ambiente seco de
su casa. Sin embargo, hay que asegurarse de que la base de la maceta o las
hojas de la planta, no estén en contacto directo con el agua de la bandeja.
MOVIMIENTO DE AIRE.
Para la mayoría de las
orquídeas epifíticas es fundamental que exista un buen movimiento del aire en
torno a ellas. En sus hábitats naturales, la mayoría de las orquídeas
epifíticas están expuestas a brisas constantes.
El aire en movimiento es
benéfico para la salud general de
la planta de orquídea. Ayuda a prevenir diversos problemas de enfermedades y evita la formación de manchas debido a frío o calor excesivos, cuando las plantas están expuestas a condiciones adversas de temperatura.
la planta de orquídea. Ayuda a prevenir diversos problemas de enfermedades y evita la formación de manchas debido a frío o calor excesivos, cuando las plantas están expuestas a condiciones adversas de temperatura.
Se notará que un
ventilador pequeño ubicado cerca del área de crecimiento de las orquídeas,
entregará condiciones de crecimiento mucho mejores para sus plantas. Sus
plantas responderán con un mejor y mayor crecimiento.
LUZ.
En general, las orquídeas
epifíticas no toleran el sol directo sobre sus hojas. Sin embargo, este es el
factor crucial en determinar si la planta de orquídea florecerá o no.
Se requiere una cantidad
adecuada de luz, para asegurar un buen desarrollo de la planta y una buena
acumulación de nutrientes de almacenamiento. Si la planta no se encuentra en un
ambiente con una cantidad adecuada de luz, entonces no podrá producir alimentos
suficientes (azúcares), para ser utilizados en un ciclo de floración (si no tiene
suficiente luz) o será quemada por el sol, y desecada o transformada en corcho
por la excesiva transpiración (si tiene demasiada luz).
Generalmente, se puede
saber cuánta luz necesita una planta de orquídea, simplemente observando su
follaje. Para la mayoría de las orquídeas, se debe esperar hojas de color verde
claro.
Al estar expuestas a una
cantidad adecuada de luz, las hojas oscurecen un poco su follaje, debido a la
mayor fabricación de pigmentos rojizos, que protegen a las hojas de la luz.
Esto significa que la planta está funcionando bien y se está protegiendo de las
quemaduras en sus hojas. Esta es la situación ideal, para que una planta de
orquídea florezca.
Si la orquídea no tiene suficiente luz, entonces los síntomas visibles son:
o La planta presenta hojas
verde-esmeralda obscuras y sin
brillo, pero con un sistema de raíces sano.
brillo, pero con un sistema de raíces sano.
- o Cada brote nuevo es más pequeño que el anterior.
- o Las hojas son laceas y la planta tiene un aspecto débil.
- o No florece o produce muy pocas flores.
Algunos consejos para mejorar la
iluminación natural:
- § Mover la planta a un lugar con una mejor fuente de luz natural, como una ventana más iluminada.
- § Abrir las cortinas de las ventanas cercanas, al lugar donde tenga su planta.
Sin embargo, hay que
tener mucho cuidado al cambiar su planta a un ambiente con mayor luminosidad,
porque una planta que ha estado expuesta a poca iluminación, por un período
largo de tiempo tendrá hojas delicadas, y más sensibles a la luz, las que
pueden quemarse fácilmente.
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