1.- BOTÁNICA.
La zamioculca ( Zamioculca zamicifolia) es
una planta de interior
muy resistente y poco exigente en cuanto a cuidados se
refiere.
Es una planta vivaz de porte arborescente,
perteneciente a la familia de las Araceas. Originaria de la isla de Zanzíbar y
también de Tanzania, tiene un gran parecido con las cycas y resiste bien las
plagas. Su altura suele rondar los 40 cm., llegando a alcanzar el metro en
condiciones favorables.
Su follaje es muy persistente, de gruesas
y carnosas hojas verdes, alternas y elípticas, con tallos oscuros engrosados en
la base para almacenar agua.
Sus hojas son muy persistentes, gruesas y
carnosas hojas verdes, alternas y elípticas, con tallos oscuros engrosados en
la base. La planta suele echar dos o tres hojas al año, consiguiendo una
apariencia bastante elegante.
Son pinnadas de 40-60 cm de longitud
con 6-8 pares de hojas laterales de 7-15 cm de longitud, son brillantes de
color verde oscuro y dentadas.
Estas plantas exóticas tienden a acumular
agua en sus tallos y en sus hojas gruesas, así pueden recurrir a esa reserva de
agua en caso de necesidad, por lo que pueden estar un periodos prolongados sin
ser regadas.
La belleza ornamental de la Zamioculca
reside casi en exclusividad
en sus hojas y su estructura en su desarrollo. Sus
brillantes y turgentes hojas simulan una ‘artificialidad’ fuera de lo común. Sin
embargo, es una planta que florece, aunque es bastante extraño el darse cuenta
de ello.
Esta curiosa especie se ha introducido en
el mercado hace relativamente poco. Está bien considerada como planta
de interior, tanto por su buena presencia como por su resistencia a
las condiciones adversas y su belleza de sus
hojas.
Serán pocas las atenciones que le
prestemos y muchos los resultados que obtengamos. Lo que más llama la atención
de ella son sus brillantes hojas verdes de
grandes dimensiones. Suele
echar dos o tres hojas al año, consiguiendo una apariencia bastante elegante.
Su
crecimiento es muy lento, tiene que pasar mucho tiempo para que notemos
variaciones en la zamioculca. A pesar de ello es una especie de apreciado valor
ornamental.
También destaca en esta planta, el tubérculo que produce, que en ocasiones puede incluso romper la maceta, al alcanzar gran tamaño. Muchas
personas lo comparan con el cerebro humano.
Como decimos, su floración es de escaso
interés ornamental y aparece raramente cuando se encuentra viviendo como planta
de interior. Su rareza es tal, que en la mayoría de casos pasa desapercibida.
Estas flores de Zamioculcas son flores
unisexuadas con espata muy parecida a la del Anthurium o Spathiphyllum. Son de
color amarillo brillante, de entre cuatro a siete centímetros, y se desarrollan
parcialmente ocultos entre las bases de sus hojas. Esta floración se suele dar
entre los meses de mayo hasta octubre, según la climatología y edad de la
planta. Su duración es de varias semanas.
Las flores de Zamioculcas emergen a nivel
del suelo de forma
individual. Al hacerlo, salen como un tallo con su extremo
engrosado, aspecto que de entrada y se diferencian notablemente por la forma de
sus largos tallos de hojas, a los que nos tienen acostumbrados.
Al alcanzar unos diez o quince centímetros
de longitud y a la vez en
que se abre su flor, esta se dobla hacia abajo
llegando incluso a tocar el substrato. Por ello, solo apreciaremos su presencia
si miramos con curiosidad la base de esta planta de vez en cuando.
Esta planta es originaria de la isla de
Zanzíbar y de Tanzania, tiene un gran parecido con las cycas y resiste bien las
plagas. Su altura suele rondar los 40 cm., llegando a alcanzar el metro en
condiciones favorables.
2.- CUIDADOS .
Son pocas las atenciones que le debemos
prestar y muchos los resultados que obtengamos. Lo que más llama la atención de
ella son sus
brillantes hojas verdes de grandes dimensiones. Su crecimiento es
muy lento, aunque este vivero en seis meses puede tener una planta
comercializable.
La zamioculca es una planta bastante
resistente que no requiere de atenciones muy estrictas. Esto no quiere decir
que debamos dejarla olvidada, sino que hay que prestarle unos cuidados básicos
para obtener unos resultados gratificantes.
Lo
primero es situarla en un lugar luminoso, aunque evitando los rayos directos del
sol, que pueden quemar sus hojas.
Las zamioculcas no son muy exigentes en
cuanto a la luz, pero crecen bien incluso en aquellos lugares donde no hay
mucha luz natural, pero con suficiente suplemento de luz artificial. Sin
embargo, para potenciar un correcto desarrollo agradece una posición luminosa
pero sin incidencia del sol directo. De esta forma conseguiremos que los nuevos
brotes sean compactos y de color verde oscuro.
La temperatura ideal para
su correcto mantenimiento oscila entre
los 10 y 15 ºC. En
verano podremos sacarlas al exterior. Es bueno que haya cierta humedad
ambiental, y si no es así, deberemos pulverizar sus hojas con relativa
frecuencia.
Es una planta que no necesita grandes
cantidades de agua, aunque siempre la usaremos no calcárea. Lo mejor es
espaciar los riegos de manera que la capa superior de la tierra llegue a
secarse. En el invierno bastará con pulverizarla.
Los riegos han de ser moderados, dejando
secar la tierra entre riego y riego. Durante el invierno es importante reducir
los riegos, y al inicio de la primavera añadiremos abono líquido mensualmente
al agua del riego. Tolera perfectamente los ambientes secos, por lo que no
requiere pulverizaciones de follaje.
Su periodo vegetativo se encuentra entre
marzo y septiembre, en este momento la planta necesitará más abono, al menos
una vez al mes.
Es decir pueden pasar temporadas en el
exterior cuando no hay
problemas con el frio. Se ha de cultivar en tierras muy
nutritivas como la turba y bien drenadas ya que la humedad excesiva puede
provocar podredumbre.
El agua no ha de tener cal y se ha de
regar solo cuando la tierra esté bien seca. Si la casa tiene un ambiente muy
seco, es conveniente pulverizar las hojas con cierta frecuencia.
No obstante, puede sobrevivir sin ser
regada durante 3 a 4 meses. La tolerancia a la sequía es probablemente debido a
sus hojas cerosas,
brillantes y carnosos tallos, que tienen tasas
extremadamente bajas de transpiración, y sus rizomas gruesos, que almacenan
agua.
Además, algunas enfermedades o plagas y
trastornos fisiológicos se han encontrado en esta planta en la producción y
jardines interiores. La zamioculca es la única variedad reconocida en el género,
con estas características.
Las hojas se deben tener limpias y para
ello lo mejor es un paño
húmedo, hay que evitar los remedios caseros de aceite,
leche o abrillantadores de hojas. En Primavera y cada mes o mes y medio, se
puede aportar abono.
La Zamioculca es probablemente la planta menos
exigente de todas, pero al mismo tiempo te proporcionará una enorme belleza
junto con el máximo disfrute.
Es muy recomendable como planta de
interior y no parece verse
afectada por plagas. Es mejor no regarla que regar
en exceso (el sustrato encharcado es la mejor forma de matarla). Si las hojas
se le ponen amarillas y blandas, suele ser de exceso de agua.
Las hojas tienen bastante brillo por sí
solas, por lo que no será necesario usar ningún producto abrillantador. Para limpiarlas bastará con pasarle un paño húmedo.
El sustrato en el que
debemos plantar la zamioculca tiene que ser
rico en humus y drenado. Lo mejor
será una mezcla de mantillo enriquecido, tierra de jardín y arena. Si
prestamos atención a todos estos detalles disfrutaremos de nuestra planta mucho
tiempo.
Es
decir, a modo de resumen:
Ø Crecerá
rápidamente, siempre y cuando se la coloque a una temperatura ambiente, con un
riego ligero de agua tibia, a la que se le añade un poco de fertilizante una
vez al mes.
Ø No
es exigente con la luz, por lo que crecerá bien tanto si está a la luz como a
la sombra.
3.- MULTIPLICACIÓN.
La
multiplicación de esta planta se realiza por esqueje de hoja,
donde se van
cogiendo cada una de las hojas individualmente, y posteriormente se colocan en
el sustrato de la maceta que se ha humedecido el día anterior. No se entierra
muy profundamente para no pudrir la hoja.
Para la
producción de plantas ornamentales, es
recomendable tener un buen control climático del invernadero.
Los viveros
de plantas ornamentales disponen de calefacción, tanto por agua como por aire, con lo que el
porcentaje de enraizamiento de las distintas plantas, aumenta.
Como
sustrato se utilizará una mezcla de turba con algún sustrato aireado como fibra
de coco, perlita, vermiculita, etc.,
4.-
CONTROL CLIMÁTICO.
Posteriormente
se debe controlar también el nivel de luminosidad, tanto por pantallas como mediante la
colocación de diversas lámparas.
Cuanto más
grande sea el tiesto o la maceta, más crecerá, y podrá convertirse en una
planta más grande y completa.
Pero si lo que se pretende es una planta más
pequeña, sencillamente se deberá mantenerla en una maceta pequeña y conseguirá
que se mantenga dentro de los límites establecidos. Si la colocamos en una
maceta grande ocurrirá lo contrario,
Es
recomendable ir girando la planta hacia la luz de vez en cuando,
para que goce
de un crecimiento más uniforme. Es una planta que se puede ubicar en cualquier
rincón y que requiere de muy pocos cuidados, y a cambio, proporcionará un gran
bienestar.
Se suele
aumentar también el nivel de humedad mediambiental, mediante diversos sistemas de nebulización,
que consisten en la pulverización de pequeñas gotas de agua que se evaporan en
el ambiente del invernadero.
5.-CUESTIÓN
DE GENES
La razón la
supervivencia del Zamioculcas se encuentra en los
genes de esta planta.
Cualquier persona que quiera sobrevivir en las tierras bajas rocosas o en los
pies de las montañas de Kenia, Zimbabwe, Tanzania o Malawi, donde el agua nunca
es abundante sino más bien escasa, es condición adaptarse indispensable
sobrevivir.
En estas
condiciones las Zamioculcas puede darle incluso una agradable sorpresa, si uno
con los mismos medios y cuidados
necesarios, se encuentra con la posibilidad de que existe la posibilidad, que esta planta pueda
producir flores.
6.- NO HAY PRETEXTOS
La
Zamioculca es una planta que siendo ligeramente cuidada te recompensará con
creces. Ella crecerá rápidamente, siempre y cuando
se encuentre a una
temperatura ambiente, con un riego ligero de agua tibia, a la que se le añade
un poco de fertilizante una vez al mes.
No
es exigente con la luz, así crecerá bien tanto esté a la luz como en la sombra.
Cuanto más grande es el tiesto o la maceta, más crecerá, y en una planta más
grande y completa se convertirá.
Pero
si quiere una planta más pequeña, sencillamente deberá mantenerla en una maceta
pequeña, así de esta forma la Zamioculca se mantendrá dentro de los límites
establecidos.
Es
recomendable ir girando la planta hacia la luz de vez en cuando, para que así
goce de un crecimiento más uniforme. La Zamioculca nunca falla, es una planta
que se puede ubicar en cualquier rincón y que requiere de muy pocos cuidados, y
a cambio, le proporcionará un gran bienestar.
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