4.- ADULTOS.
Los machos, por lo general, constituyen una
proporción mucho menor
de la población y son más pequeños, pero son más ágiles
que éstas en sus movimientos. También tienen una coloración clara que las
hembras.
Los adultos y las larvas se pueden encontrar
en lugares similares.
Los adultos que aparecen tardan un
tiempo en iniciar la puesta, encontrando en el polen el alimento más adecuado
para asegurar buenos niveles de fecundidad.
Son insectos de tamaño pequeño (1 – 6
mm), lo normal es 1 – 3 mm, de forma cilíndrica, alargada y con el extremo
posterior muy agudo.
Son de color amarillo, castaño o
negro con bandas alternantes, claras y oscuras. Poseen aparato bucal raedor –
suctor con el cual raen y laceran la superficie del vegetal y luego succionan
los jugos derramados sorbiendo a través del canal alimenticio.
Sus antenas son muy cortas. Hay
especies ápteras (sin alas) y aladas. En este último caso las alas son muy
estrechas y rodeadas de unos filamentos (flecos) que les dan aspecto de plumas.
En general no son buenos voladores pero sí pueden saltar. El abdomen posee 11
segmentos.
5.-
FACTORES MEDIOAMBIENTALES.
La duración del ciclo biológico depende de la
temperatura, de la alimentación y de algunos elementos de ecología, sobre todo
durante el período de ninfosis.
En el siguiente cuadro se presentan los datos
relativos a la duración de las distintas fases del desarrollo y de algunos
parámetros relativos a la vida, para diferentes temperaturas constantes y
sustratos alimenticios distintos.
Por encima de 35°C la mortalidad de los estados
larvarios es elevada, reduciéndose enormemente el poder multiplicativo, pues la
fecundidad es muy baja.
Lo mismo ha ocurrido en los estados
ninfa que evolucionan al estado adulto.
La mortalidad larvaria es elevada a
estas temperaturas, y los adultos no realizan puesta, aunque son capaces de
soportarla durante largo tiempo. Estos también son capaces de soportar
temperaturas de 5°C sin que se produzcan importantes mortalidades.
La humedad relativa parece jugar un papel
importante en el desarrollo, siendo vital en los estados ninfales que no tienen
lugar sobre la planta. En
ambientes secos la mortalidad ninfal es muy elevada.
Los estados larvarios son muy activos
y muestran fototropismo negativo, localizándose en el envés de las hojas, las
axilas de éstas o las yemas; los otros dos estadios (proninfa y ninfa) son poco
móviles y se localizan en los primeros centímetros del suelo o protegidos bajo
restos vegetales. Los adultos tienen tendencia a colonizar las flores.
6.-
REPRODUCCIÓN.
La reproducción es bisexuada y partenogenética
de tipo arrenotóquico
(los huevos no fecundados originan machos haploides). La
proporción de machos en las poblaciones es variable, en cierto modo fluctuante
según las estaciones del año y siempre inferior a la de las hembras.
Es por ello que raramente la relación
machos/hembras es elevada, dado que la longevidad de los machos es
aproximadamente la mitad que la de las hembras.
La hembra inserta los huevos de forma
aislada dentro del tejido vegetal ayudándose para ello del oviscapto, a razón
de 1 a 2 por día.
La localización de las puestas puede variar,
encontrándose en hojas,
flores y frutos.
La fecundidad de las hembras a lo
largo de su vida es muy alta, pudiendo llegar hasta 30 huevos, aunque por
término medio se estiman unos 40 huevos.
El
tiempo de incubación es corto, variando según la temperatura, pero, como dato
estimativo, dura unos 4 días a 26º C.
Los huevos pueden tener una
mortalidad importante en caso de temperatura elevada y baja higrometría.
Del
huevo emergen las larvas neonatas, que comienzan en seguida su alimentación, en
el lugar donde se realizó la puesta. Con el desarrollo las larvas siguen su
alimentación ubicándose en lugares refugiados del vegetal,
en flores o en
hojas.
En los siguientes estados ninfales
dejan de alimentarse pasando a un estado e inmovilidad que se desarrolla sobre
el suelo.
Los
adultos desde su aparición empiezan a colonizar las partes superiores de las
plantas, teniendo una apetencia por las flores y el polen de las mismas, del
que se alimentan.
Los
trips se desarrollan más rápido a 30° C, mientras que por encima de 35° C no
hay desarrollo en absoluto. Por debajo de los 28° e hay una relación casi
lineal entre la temperatura y la duración del desarrollo y a 18° C el
desarrollo es dos veces más largo que a 25.5° C.
Poseen una gran velocidad de desarrollo, de
tal manera que a una temperatura de 25° C, el tiempo transcurrido en completar
un ciclo es de 13 a 15 días.
La
duración del ciclo completo (de huevo a adulto) es en condiciones favorables de
unos días 26° C, inferior a la duración del período de puesta de la hembra, por
lo que existe solapamiento de generaciones muy numerosas en las condiciones del
invernadero.
La
duración de los distintos estadios del ciclo biológico del insecto es variable,
dependiendo de la temperatura.
La
temperatura óptima de desarrollo y el óptimo biótico se sitúa entre 22 y 28°C.
En estas condiciones las generaciones
se solapan, pues la longevidad de las hembras es mayor que la duración del
ciclo biológico.
En las regiones tropicales o
subtropicales cálidas el insecto se multiplica de forma constante a lo largo de
todo el año. En regiones frías pasa el invierno en forma de hembra adulta.
7.- DAÑOS.
Los daños producidos por las larvas y los
adultos al alimentarse son similares, a los que origina T. tabaci y su manifestación no difiere, sea cual fuere el órgano
afectado.
Sin embargo, F. occidentalis puede ocasionar daños al realizar la puesta en los
frutos pequeños. La hembra introduce el oviscapto en el tejido vegetal y deja
el huevo con el polo anterior justo al nivel de la epidermis.
El huevo está envuelto en una
sustancia mucilaginosa, la cual puede difundirse a través de las células próximas.
Los daños de puesta sobre el fruto se
manifiestan en forma de un punto necrótico, correspondiente al punto de
inserción, y un halo blanquecino alrededor.
Los daños alimentarios en las hojas se
manifiestan, tanto en el haz como
en el envés, en forma de placas plateadas o
de zonas necróticas, que se hacen más patentes en las hojas ya formadas. Cuando
la hoja es tierna las placas necróticas originan deformaciones al
desarrollarse. Aparecen manchas negras (excrementos) y se reduce la producción
de la planta
Se alimenta del polen de las flores,
incidiendo negativamente en la polinización por desecación de las mismas, y
provocando aborto de flores.
En los frutos las picaduras
nutricionales se traducen en plateados más o menos extensos, siendo debajo de
los sépalos donde se localizan preferencialmente los daños.
En los frutos se pueden producir
ataques en forma de picaduras al fruto por las larvas, que producen el
pardeamiento de la piel, aunque es un daño menos grave.
En frutos como pepino su picadura
provoca una cicatriz, que provoca que el fruto se curve,
En cultivos hortícolas, además de los
daños directos, el principal daño que produce es indirecto al ser un importante
transmisor del virus del bronceado del tomate (TSWV) el cual provoca daños
severos especialmente en tomate y pimiento.
El virus principal que transmite el
trips es el Spotted, y su sintomatología es muy variable. Desde las típicas
líneas sinuosas sobre las
hojas, a manchas necróticas, necrosis y muerte
apical.
Normalmente se suelen observar en las hojas
una serie de puntos oscuros, que se rodean por un círculo amarillento.
El
primer síntoma de ataque de este virus, aparece en las hojas de la parte apical
de la planta, abarquillándose la hoja y reduciéndose el crecimiento de la
planta.
El
virus de las manchas bronceadas del tomate o Spotted, se transmite mediante trips.
En los frutos de pimiento, aparecen manchas de color amarillento o
verduzco, aisladas o confluentes de forma circular, que tienen un diámetro de
unos dos centímetros. Con frecuencia los frutos presentan dimensiones reducidas
y vistosas deformaciones
El mecanismo de transmisión y las
etapas del proceso son los mismos, a los que describen en T. tabaci.
La larva, al alimentarse en tejido virosado
ingiere partículas virales, que pasan al tubo digestivo. A la altura del
intestino medio las partículas pasan a la cavidad general donde se replican.
Las larvas están obligadas a alimentarse
durante todo el desarrollo en
material vegetal virosado, una gran mayoría (más
del 80%) mueren antes de pasar a proninfa.
A través del hemocele las partículas
virales llegan a las glándulas salivares. Cuando el insecto se alimenta inyecta
saliva y con ella partículas virales. Para que los adultos resulten infectivos
el virus debe ser adquirido en el estado de larva.
El tiempo medio de latencia, es decir
el que se necesita para que las partículas virales lleguen a las glándulas
salivares, es variable con la temperatura y la estirpe o aislado del virus.
Si el adulto ingiere partículas virales al
alimentarse no es capaz de transmitirlo, pues las partículas se degradan en el
intestino medio, no llegando a pasar a la cavidad general. El período mínimo de
alimentación para la adquisición del virus se estima en 15-30 minutos,
8.-
MÉTODOS DE CONTROL DE TRIPS
Antes de establecer la estrategia de
lucha contra la plaga en sí, enumeraremos algunas de las causas que le han dado
a los trips la categoría de plaga en los cultivos hortícolas:
Ø Gran facilidad de dispersión a través
del material vegetal y por el viento debido a su pequeño tamaño y poco peso.
Ø Capacidad para invadir todo tipo de
cultivo o malas hierbas; las invasiones desde éstos también resulta muy rápida.
Ø Ciclo de reproducción muy corto
provocando el solapamiento de generaciones, y puestas de huevos se hace de
forma continua a lo largo de la vida de los adultos.
Ø Gran adaptabilidad a todo tipo de
cultitos,
Ø Su ciclo de vida es favorecido por
las condiciones ambientales de los cultivos protegidos en invernaderos.
Ø En los inicios de la invasión, la
plaga es difícil de detectar con niveles bajos de población y los daños no
resultan apreciables inmediatamente.
Ø Dificultad en el control químico de
las formas móviles, por la dificultad de alcanzarlo, ya que se refugia en las
hendiduras, lugares inaccesibles y en las flores.
En
cuanto a métodos de control enumeramos los siguientes:t
La eliminación de malas hierbas
multiplicadoras del trips y que sirven de reservorio del virus, es algo
recomendado realizar, tanto antes de implantar el cultivo como a lo largo de su
realización.
o
La
eliminación de las plantas infectadas, sobre todo al principio del cultivo,
reduce el nivel de la incidencia de la virosis al final.
o
La
implantación de material vegetal sano y limpio es de gran importancia, con el
fin de reducir el número de focos primarios de diseminación del vector y de la
enfermedad.
t El seguimiento de las poblaciones del
trips por métodos indirectos, sobre todo para detectar su presencia, parece de
gran utilidad a la hora de
tomar decisiones o establecer estrategias de
control. F. occidentalis es capturado
en mayores cuantías en trampas cromotrópicas de color azul claro aunque también
resulten efectivas las de color amarillo.
o
Estas
últimas son habitualmente empleadas para detectar otras plagas que afectan al
cultivo. Las placas deben colocarse en posición vertical, justo por encima de
la altura del cultivo. En cultivos realizados en invernadero pueden situarse en
la proximidad o en las aperturas de ventilación, para detectar (a veces para
disminuir) la inmigración de trips infectivos.
La disposición de mallas densas en
las aperturas de ventilación de los
invernaderos, actuando de barreras físicas,
reduce de forma notable la inmigración de poblaciones infectivas del trips y la
incidencia de la virosis.
Esta reducción es total cuando,
además, se efectúan intervenciones químicas sobre el cultivo.
En determinados momentos esta
práctica puede crear dificultades en el cuajado, al modificar las condiciones
ambientales en el interior del invernadero, con un aumento de la humedad
relativa.
También puede dificultar el control
de algunas enfermedades fúngicas
de evolución aérea (Ej.- Botrytis) obtienen una reducción de las poblaciones del trips y de
la incidencia de TSWV cuando, al aire libre, se utiliza un acolchado plástico
de color aluminio.
En muchas ocasiones la reducción
obtenida resulta insuficiente, pues las pérdidas originadas por TSWV siguen
siendo demasiado elevadas. Los autores coinciden en señalar que estos medios
deben ser complementados con otros, que en cultivos al aire libre son,
mayoritaria mente, químicos.
En F. occidentalis y en menor cuantía en T. tabaci son frecuentes los casos de resistencia a determinadas
materias activas.
Los productos a utilizar deberán ser
eficaces por contacto o con acción de penetración en los tejidos. Las
aplicaciones se deben realizar mojando bien y alternando materias activas en
sucesivas intervenciones.
En cuanto a la lucha biológica
algunos ácaros fitoseidos (Amblyseius
cucumeris, A. barkeri, A. californicus, A. degenerans y A. bibisci) son
activos consumidores de larvas de trips, preferencial mente en el primer
estadío.
Pero sobre todo los Antocóridos y concretamente el Orius laevigatus es el
que presenta
mayor efecicacia.
La ventaja del Orius laevigatus es que no es una especie rara que haya que
introducir en nuestros cultivos, ya que se encuentra establecida de por sí
siempre que haya un equilibrio de poblaciones (en muchos casos no sucede así
por el uso desproporcionado de insecticidas).
Normalmente se produce la suelta
cuando comienza la floración del cultivo. Si inspeccionamos detenidamente una
flor se puede llegar a ver como Orius depreda trips (o lo persigue). Por contra,
es sensible a aplicaciones insecticidas comunes que se realizan en los
cultivos, como la materia activa imidacloprid.
No obstante existen otros Orius como
el O.
albidipennis, O. insidiosus, O. majusculus, O. niger, O. tricolor, O.
liticollis, O. limbatus y Anthocoris nemoralis que se alimentan de los diferentes
estados del trips.
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