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martes, 13 de octubre de 2015

ZAMIOCULCA

1.- BOTÁNICA.
La zamioculca ( Zamioculca zamicifolia) es una planta de interior
muy resistente y poco exigente en cuanto a cuidados se refiere.

Es una planta vivaz de porte arborescente, perteneciente a la familia de las Araceas. Originaria de la isla de Zanzíbar y también de Tanzania, tiene un gran parecido con las cycas y resiste bien las plagas. Su altura suele rondar los 40 cm., llegando a alcanzar el metro en condiciones favorables.

Su follaje es muy persistente, de gruesas y carnosas hojas verdes, alternas y elípticas, con tallos oscuros engrosados en la base para almacenar agua.

Sus hojas son muy persistentes, gruesas y carnosas hojas verdes, alternas y elípticas, con tallos oscuros engrosados en la base. La planta suele echar dos o tres hojas al año, consiguiendo una apariencia bastante elegante.

Son pinnadas de 40-60 cm de longitud con 6-8 pares de hojas laterales de 7-15 cm de longitud, son brillantes de color verde oscuro y dentadas.

Estas plantas exóticas tienden a acumular agua en sus tallos y en sus hojas gruesas, así pueden recurrir a esa reserva de agua en caso de necesidad, por lo que pueden estar un periodos prolongados sin ser regadas.

La belleza ornamental de la Zamioculca reside casi en exclusividad
en sus hojas y su estructura en su desarrollo. Sus brillantes y turgentes hojas simulan una ‘artificialidad’ fuera de lo común. Sin embargo, es una planta que florece, aunque es bastante extraño el darse cuenta de ello.

Esta curiosa especie se ha introducido en el mercado hace relativamente poco. Está bien considerada como planta de interior, tanto por su buena presencia como por su resistencia a las condiciones adversas y su belleza de sus
hojas.

Serán pocas las atenciones que le prestemos y muchos los resultados que obtengamos. Lo que más llama la atención de ella son sus brillantes hojas verdes  de grandes dimensiones. Suele echar dos o tres hojas al año, consiguiendo una apariencia bastante elegante.

 Su crecimiento es muy lento, tiene que pasar mucho tiempo para que notemos variaciones en la zamioculca. A pesar de ello es una especie de apreciado valor ornamental.

También destaca en esta  planta, el tubérculo que produce, que en ocasiones puede incluso romper la maceta, al alcanzar gran tamaño. Muchas personas lo comparan con el cerebro humano.

Como decimos, su floración es de escaso interés ornamental y aparece raramente cuando se encuentra viviendo como planta de interior. Su rareza es tal, que en la mayoría de casos pasa desapercibida.

Estas flores de Zamioculcas son flores unisexuadas con espata muy parecida a la del Anthurium o Spathiphyllum. Son de color amarillo brillante, de entre cuatro a siete centímetros, y se desarrollan parcialmente ocultos entre las bases de sus hojas. Esta floración se suele dar entre los meses de mayo hasta octubre, según la climatología y edad de la planta. Su duración es de varias semanas.

Las flores de Zamioculcas emergen a nivel del suelo de forma
individual. Al hacerlo, salen como un tallo con su extremo engrosado, aspecto que de entrada y se diferencian notablemente por la forma de sus largos tallos de hojas, a los que nos tienen acostumbrados.

Al alcanzar unos diez o quince centímetros de longitud y a la vez en
que se abre su flor, esta se dobla hacia abajo llegando incluso a tocar el substrato. Por ello, solo apreciaremos su presencia si miramos con curiosidad la base de esta planta de vez en cuando.

Esta planta es originaria de la isla de Zanzíbar y de Tanzania, tiene un gran parecido con las cycas y resiste bien las plagas. Su altura suele rondar los 40 cm., llegando a alcanzar el metro en condiciones favorables.



2.- CUIDADOS .
Son pocas las atenciones que le debemos prestar y muchos los resultados que obtengamos. Lo que más llama la atención de ella son sus
brillantes hojas verdes de grandes dimensiones. Su crecimiento es muy lento, aunque este vivero en seis meses puede tener una planta comercializable.

La zamioculca es una planta bastante resistente que no requiere de atenciones muy estrictas. Esto no quiere decir que debamos dejarla olvidada, sino que hay que prestarle unos cuidados básicos para obtener unos resultados gratificantes.
Lo primero es situarla en un lugar luminoso, aunque evitando los rayos directos del sol, que pueden quemar sus hojas.

Las zamioculcas no son muy exigentes en cuanto a la luz, pero crecen bien incluso en aquellos lugares donde no hay mucha luz natural, pero con suficiente suplemento de luz artificial. Sin embargo, para potenciar un correcto desarrollo agradece una posición luminosa pero sin incidencia del sol directo. De esta forma conseguiremos que los nuevos brotes sean compactos y de color verde oscuro.

La temperatura ideal para su correcto mantenimiento oscila entre
los 10 y 15 ºC. En verano podremos sacarlas al exterior. Es bueno que haya cierta humedad ambiental, y si no es así, deberemos pulverizar sus hojas con relativa frecuencia.

Es una planta que no necesita grandes cantidades de agua, aunque siempre la usaremos no calcárea. Lo mejor es espaciar los riegos de manera que la capa superior de la tierra llegue a secarse. En el invierno bastará con pulverizarla.

Los riegos han de ser moderados, dejando secar la tierra entre riego y riego. Durante el invierno es importante reducir los riegos, y al inicio de la primavera añadiremos abono líquido mensualmente al agua del riego. Tolera perfectamente los ambientes secos, por lo que no requiere pulverizaciones de follaje.

Su periodo vegetativo se encuentra entre marzo y septiembre, en este momento la planta necesitará más abono, al menos una vez al mes.

Es decir pueden pasar temporadas en el exterior cuando no hay
problemas con el frio. Se ha de cultivar en tierras muy nutritivas como la turba y bien drenadas ya que la humedad excesiva puede provocar podredumbre.

El agua no ha de tener cal y se ha de regar solo cuando la tierra esté bien seca. Si la casa tiene un ambiente muy seco, es conveniente pulverizar las hojas con cierta frecuencia.

No obstante, puede sobrevivir sin ser regada durante 3 a 4 meses. La tolerancia a la sequía es probablemente debido a sus hojas cerosas,
brillantes y carnosos tallos, que tienen tasas extremadamente bajas de transpiración, y sus rizomas gruesos, que almacenan agua.

 Además, algunas enfermedades o plagas y trastornos fisiológicos se han encontrado en esta planta en la producción y jardines interiores. La zamioculca es la única variedad reconocida en el género, con estas características.

Las hojas se deben tener limpias y para ello lo mejor es un paño

húmedo, hay que evitar los remedios caseros de aceite, leche o abrillantadores de hojas. En Primavera y cada mes o mes y medio, se puede aportar abono.

La Zamioculca es probablemente la planta menos exigente de todas, pero al mismo tiempo te proporcionará una enorme belleza junto con el máximo disfrute.

Es muy recomendable como planta de interior y no parece verse

afectada por plagas. Es mejor no regarla que regar en exceso (el sustrato encharcado es la mejor forma de matarla). Si las hojas se le ponen amarillas y blandas, suele ser de exceso de agua.

Las hojas tienen bastante brillo por sí solas, por lo que no será necesario usar ningún producto abrillantador. Para limpiarlas bastará con pasarle un paño húmedo.

El sustrato en el que debemos plantar la zamioculca tiene que ser

rico en humus y drenado. Lo mejor será una mezcla de mantillo enriquecido, tierra de jardín y arena. Si prestamos atención a todos estos detalles disfrutaremos de nuestra planta mucho tiempo.

Es decir, a modo de resumen:
Ø Crecerá rápidamente, siempre y cuando se la coloque a una temperatura ambiente, con un riego ligero de agua tibia, a la que se le añade un poco de fertilizante una vez al mes.
Ø No es exigente con la luz, por lo que crecerá bien tanto si está a la luz como a la sombra.

3.- MULTIPLICACIÓN.
La multiplicación de esta planta se realiza por esqueje de hoja,

donde se van cogiendo cada una de las hojas individualmente, y posteriormente se colocan en el sustrato de la maceta que se ha humedecido el día anterior. No se entierra muy profundamente para no pudrir la hoja.
Para la producción de plantas ornamentales,  es recomendable tener un buen control climático del invernadero.

Los viveros de plantas ornamentales disponen de calefacción,  tanto por agua como por aire, con lo que el porcentaje de enraizamiento de las distintas plantas,  aumenta.
Como sustrato se utilizará una mezcla de turba con algún sustrato aireado como fibra de coco, perlita, vermiculita, etc.,

4.- CONTROL CLIMÁTICO.
Posteriormente se debe controlar también el nivel de luminosidad,  tanto por pantallas como mediante la colocación de diversas lámparas.
Cuanto más grande sea el tiesto o la maceta, más crecerá, y podrá convertirse en una planta más grande y completa.
 Pero si lo que se pretende es una planta más pequeña, sencillamente se deberá mantenerla en una maceta pequeña y conseguirá que se mantenga dentro de los límites establecidos. Si la colocamos en una maceta grande ocurrirá lo contrario,
Es recomendable ir girando la planta hacia la luz de vez en cuando,
para que goce de un crecimiento más uniforme. Es una planta que se puede ubicar en cualquier rincón y que requiere de muy pocos cuidados, y a cambio, proporcionará un gran bienestar.
Se suele aumentar también el nivel de humedad mediambiental,  mediante diversos sistemas de nebulización, que consisten en la pulverización de pequeñas gotas de agua que se evaporan en el ambiente del invernadero.

5.-CUESTIÓN DE GENES
La razón la supervivencia del Zamioculcas se encuentra en los

genes de esta planta. Cualquier persona que quiera sobrevivir en las tierras bajas rocosas o en los pies de las montañas de Kenia, Zimbabwe, Tanzania o Malawi, donde el agua nunca es abundante sino más bien escasa, es condición adaptarse indispensable sobrevivir.
En estas condiciones las Zamioculcas puede darle incluso una agradable sorpresa, si uno con los mismos medios y  cuidados necesarios, se encuentra con la posibilidad de que  existe la posibilidad, que esta planta pueda producir flores.
6.- NO HAY PRETEXTOS
La Zamioculca es una planta que siendo ligeramente cuidada te recompensará con creces. Ella crecerá rápidamente, siempre y cuando
se encuentre a una temperatura ambiente, con un riego ligero de agua tibia, a la que se le añade un poco de fertilizante una vez al mes.

No es exigente con la luz, así crecerá bien tanto esté a la luz como en la sombra. Cuanto más grande es el tiesto o la maceta, más crecerá, y en una planta más grande y completa se convertirá.
Pero si quiere una planta más pequeña, sencillamente deberá mantenerla en una maceta pequeña, así de esta forma la Zamioculca se mantendrá dentro de los límites establecidos.


Es recomendable ir girando la planta hacia la luz de vez en cuando, para que así goce de un crecimiento más uniforme. La Zamioculca nunca falla, es una planta que se puede ubicar en cualquier rincón y que requiere de muy pocos cuidados, y a cambio, le proporcionará un gran bienestar.

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