El pepino es una planta
anual de porte herbáceo, cuyo nombre
genérico es Cucumis sativus.
Pertenece a las familias de las Cucurbitaceas.
El 95% de la producción del sureste español se destina a la exportación, sobre
todo a los países del norte de Europa.
Hemos abordado otros cultivos hortícolas,
pero vamos a ver en una serie de artículos un cultívo “altamente sensible” a
temperaturas, humedad, riego, virosis, fisiopatías, etc.
1.-
BOTÁNICA.
1.1.-Sistema
Radicular.
Su sistema
radicular es muy potente, lo cual es lógico si se
considera la enorme productividad de esta planta, y el equilibrio
que debe haber entre
parte aérea y parte subterránea.
Cuenta con una raíz
principal que se ramifica
rápidamente en raíces secundarias, se extienden
superficialmente, son muy alargadas y finas, presentando un color blanco. El pepino posee la facultad
de emitir raíces adventicias por encima del cuello.
1.2.-
Tallo.
El tallo es de porte
herbáceo, rastrero, trepador y espinoso. Tiene
formación de nudos, cuyo número
varía según la variedad, condiciones climáticas y de cultivo.
De cada nudo parte una
hoja y un zarcillo (se considera que los zarcillos son hojas modificadas y adaptadas, que favorecen la
función trepadora de la planta). En la axila de cada hoja se produce un brote
lateral y una o varias flores
femeninas o masculinas.
1.3.-
Hojas
Son alternas, con largo
peciolo, limbo acorazonado con tres
lóbulos más o menos pronunciados, siendo
más acentuado el central, que frecuentemente termina en punta. Su color es verde oscuro,
estando recubierta de un vello muy fino.
1.4.-Flores.
Aparecen en las axilas de
las hojas; poseen un corto pedúnculo y
el color de sus pétalos es de un
amarillo fuerte. En el pepino
pueden
existir flores hermafroditas y flores unisexuales.
Sin embargo en las variedades conocidas,
únicamente se encuentran flores masculinas y femeninas.
Los primeros cultivares
de pepino eran plantas monoicas, ya que en el mismo pie existían flores
masculinas y flores
femeninas. La flor femenina se diferencia de las
masculinas, en que es portadora de un
ovario ínfero claramente distinguible.
1.5.-
Fruto.
El fruto del pepino es un
pepónide, que al igual que el resto de la planta es áspero, aunque ahora
depende de la variedad. En cuanto al
color toma distintas tonalidades durante
su formación.
Al principio toma un
color verde claro para pasar luego a un verde oscuro, y al finalizar en amarillo cuando está totalmente maduro. Esta última fase no tiene lugar en
los pepinos cultivados, por que su recolección se realiza antes de su madurez fisiológica.
Imagen de Infoagro |
La pulpa tiene un color
blanquecino, siendo bastante acuosa, en su interior se encuentran las semillas, repartidas a lo largo del fruto. La piel es
bastante cerosa. Las semillas son
ovales, algo aplastadas y de color blanco–amarillento. La cantidad por fruto
depende de las variedades.
2.-
CLIMATOLOGÍA .
Para tener un buen
cultivo intensivo de pepino, es
importante controlar el clima, particularmente la temperatura y la humedad relativa (HR).
“Es una planta
que nota mucho los cambios climáticos y sobre todo
la falta de humedad”. En
estos casos aborta y dobla frutos y
salen pepinos curvados. Es decir perdemos calidad de producción.
Planta con déficit de humedad |
En términos generales se puede considerar que las temperaturas variables desde 20ºC a 30ºC durante el día, apenas tienen incidencia
sobre la producción.
Sí es verdad que a
mayor temperatura, hasta 25 ºC por el
día, se alcanza la máxima producción precoz. Ya por encima de los 30 ºC se
pueden observar desequilibrios en las plantas, y con temperaturas
nocturnas
iguales o inferiores a 17 ºC, han dado lugar a malformaciones de hojas y
frutos defectuosos.
Se considera el
umbral crítico nocturno, a las temperaturas
iguales o inferiores a 12 ºC. Cuando las temperaturas descienden más allá de 1 ºC, se produce la
helada en la planta, con su consiguiente muerte.
El empleo de
dobles cubiertas en invernaderos de tipo
parral , se ha revelado como un sistema útil para aumentar la temperatura y la producción de pepino, tanto en cantidad como en calidad.
El
cultivo del pepino bajo invernadero, se
caracteriza como una producción precoz en
su producción final.
El empleo de
sistemas para reducir la temperatura a base de evaporar agua no es fácil de
adaptar a las estructuras actuales, siendo
costoso. Además
incrementa el consumo de agua tan escasa
en estas áreas. La solución más empleada, el encalado de la cubierta, es hoy
práctica usual en muchas zonas durante épocas calurosas para reducir
temperaturas (y radiación) en invernadero. El empleo de mallas de sombreo es
poco usual, y más caro.
La escasa
ventilación es responsable de los excesos térmicos del invernadero, durante
el día. La ausencia de
ventilación cenital en invernaderos de tamaño grande, dificulta la renovación del
aire para reducir la temperatura interior.
El aumento de
temperaturas nocturnas comienza por la elección de
un plástico de P.E.
tritérmico normalmente. El empleo de pantallas
térmicas pueden aumentar las temperaturas mínimas de 2 a 3 ºC de noche, debiendo ser
móviles a ser posible, para retirarlas de día, a fin de no reducir radiación y dificultar la ventilación. Conjuntamente con la temperatura son de
importancia, la humedad del invernadero y la ventilación.
Respecto al grado
de humedad, se puede afirmar que los
requerimientos son bastante elevados durante todo el ciclo vegetativo. En
invernaderos tipo parral, los valores medios de humedad relativa del aire en ciclo de otoño-invierno,
oscilan en torno al 70%. Pero las variaciones del día y la noche son amplias
con valores del 100% en muchas noches y valores diurnos entorno al 40%. La
evolución de los valores de humedad relativa (HR) del aire, está estrechamente
ligada a la temperatura del aire.
Los valores de
humedad relativa están muy influidos por la
evapotranspiración (evaporación del agua del suelo y de las plantas). En
invernaderos sin calefacción, su
evolución hasta valores próximos al 100% durante la noche, genera condensación de vapor de agua en la cubierta, bandas, plantas y suelo del invernadero. Durante el día, al
subir la temperatura
bajará la humedad relativa (HR), de modo más acusado en épocas de calor, lo que
puede generar reducciones de producción.
La solución más simple, aunque no siempre suficiente para aumentar
la humedad relativa de día es
ventilar, al igual que para reducir los
excesos de humedad. El pulverizado de
agua es eficaz
para aumentar la humedad relativa del
aire, pero exige instalaciones
adecuadas y, en general, es poco
empleado.
La reducción de la
excesiva humedad relativa del aire calentando
el invernadero
(principalmente de noche) exige
disponer de instalaciones de calefacción muy poco frecuentes. Los excesos de
humedad durante el día pueden, al
reducir la transpiración (y en consecuencia la fotosíntesis), reducir la producción,
aunque ésta situación es infrecuente.
3.-
CONDICIONES EDÁFICAS.
En principio puede
cultivarse el pepino en cualquier clase de suelo,
siempre que su estructura y
su capacidad de retención de humedad sean óptimas.
La capa de suelo disponible
para el enraizamiento del pepino debe tener un espesor de 50 cm de profundidad,
lo cual quiere decir que debe tener una estructura suelta y contener suficiente materia orgánica.
Ø Si la concentración de sales en el suelo es demasiado elevada , las
plantas absorben con dificultad el agua de riego, el
crecimiento es más lento, el tallo se debilita, las hojas son menos frondosas y de
color oscuro y los frutos obtenidos serán torcidos.
Concentración de sales elevada |
Ø Si la concentración
de sales esdemasiado baja, tendremos el
resultado contrario, ya que las plantas serán más frondosas. Estas plantas son
más propicias a ser atacadas por diversas enfermedades como
Botrytis, Sclerotinia,
Mycospharella y Pseudoperonospora.
Concentración de sales baja |
El pH ideal
depende de la clase de tierra y el porcentaje de humus. Por regla general el pH
del suelo debe situarse entre 5,5 y 7. Para tierras turbosas el valor será de
5,5, las tierras arcillosas pueden alcanzar valores entre 5,5 y 7, con lo cual
los valores bajos de pH tienen alto contenido
en materia orgánica (15-25%). El
pH de tierras arcillosas con un porcentaje de materia orgánica por de bajo del
5% pueden estar entre un 6,5 y 7.
La mayoría de las
tierras arenosas llegan a un pH entre 5,7 y 6.
Temperatura
del suelo
La
temperatura del suelo, en
invernadero es más alta que la
temperatura que hay en el exterior,
especialmente por el efecto de
pantalla
del material de cubierta sobre la radiación térmica del suelo.
Los valores medios
de temperatura del suelo a 30 cm de
profundidad, en suelo enarenado, oscilan entre 18 ºC y 25 ºC (octubre y
mayo), con medias máximas entre 19 y 26
ºC y medias de mínimas entre 17 y 24 ºC.
A esa profundidad,
los valores más altos se alcanzan por la
tarde y
los valores más bajos poco después del amanecer, lo que indica cesión
de calor del suelo al invernadero por la
noche.
Las temperaturas
de suelo sobre los 20 ºC a 15 y 20 cm de profundidad, han puesto de manifiesto un efecto muy positivo sobre el desarrollo del
cultivo.
3.-
ELECCIÓN DE LA VARIEDAD.
No vamos a entrar en variedades
comerciales, pero si en las características principales que debe de tener un
buena variedad.
Los aspectos más
importantes que se tienen en cuenta para
seleccionar una variedad son principalmente:
• Producción. La más alta posible, pero siempre considerando la
producción
comercial.
• Vigor de planta. Un buen vigor permite un ciclo largo y una buena
tolerancia a las bajas temperaturas, así
como al acortamiento de los días.
• Un buen nivel de resistencia. Es muy importante
las variedades resistentes al Mildiu, al Oidio y otros tipos de
enfermedades, sobre todo virosis.
• Longitud de fruto. Que la variedad sea Standard (mínima de 30 cm y máxima
de 38 cm) y que sean estables en las diferentes condiciones de cultivo.
• Uniformidad. Que tenga escaso o nulo porcentaje de frutos no
comerciales.
• Firmeza y conservación. Que permita un transporte y una estancia suficiente en el mercado, en óptimas condiciones ya que es
un fruto de exportación.
Otros aspectos para la
elección de una variedad podrían ser la precocidad, y diferentes características
del fruto (longitud, color, estrías e inserción del fruto, etc).
4.-
TIPOS DE PEPINOS
Las variedades
cultivadas de pepino son en su mayoría
híbridos, habiéndose demostrado que en
pepino, éstos son mucho más productivos que los no híbridos. El material
vegetal responde a los siguientes tipos:
Ø 1.-
PEPINO CORTO Y PEPINILLO (TIPO “ESPAÑOL”)
Vulgarmente
conocido como “Subnormal”, este grupo incluye
todas las variedades de pepino
pequeño, de piel verde y rayada de amarillo o blanco.
No sobrepasan los
15 cm de longitud. Se utilizan para el consumo en fresco o para encurtido
recolectándolos más pequeños. En este grupo existen variedades monoicas,
ginoicas con polinizador y ginoicas partenocárpicas.
Ø 2.-
PEPINO MEDIO LARGO (TIPO “FRANCÉS”)
Este grupo incluye
variedades de longitud media, entre
20-25 cm. Al
igual que el grupo de los pepinillos, existen variedades monoicas
y ginoicas.
Dentro de estas últimas se diferencian las
variedades cuyo frutos tienen espinas y las de piel lisa o minipepinos, de floración totalmente partenocárpica, estos últimos son
similares al “tipo Almería” pero más corto.
Ø 3.-
PEPINO LARGO (TIPO “ALMERÍA”)
A este grupo
pertenecen las variedades cuyo frutos superan los 25 cm de longitud. Todas
lisas, son ginoicas, de frutos totalmente
parternocárpicos y de piel más o
menos asurcada. El tamaño de las hojas
es mucho más grande.
Este es el tipo
más cultivado de los tres con mucha diferencia, y se destina principalmente al
extranjero.
5.-
SIEMBRA.
El
suelo debe de estar suelto, con bastante
materia orgánica,
(enarenado o
no), y bien equilibrado de abonos minerales. El riego por goteo es
importantísimo, debe ser uniforme, es decir, que la uniformidad de los goteros
sea máxima para así poder cubrir las necesidades hídricas sin problemas.
La
calidad del agua debe ser lo mejor posible, teniendo en cuenta que este cultivo obtiene sus mejores
resultados, en aguas que no sobrepasan 1 gramo de sal por litro de agua, los
rendimientos van bajando proporcionalmente a medida que la sal aumenta, y a
partir de los 2 gramos las producciones son generalmente muy bajas.
La ubicación del
invernadero es también muy
importante. Existen
algunos parajes
que por
sus especiales características climatológicas podrían
presentar problemas en plantaciones tardías, con una producción de invierno muy
reducida y difícil de obtener.
La
preparación del suelo es
relativamente fácil, con tal que
existan una sanidad aceptable (limpieza de restos del cultivo
anterior, malas hierbas, etc) y si se
sospecha que la tierra puede tener nematodos, desinfectar.
Es
conveniente el análisis para
aportar lo necesario en prevención
de carencias o bloqueos. Siempre es aconsejable la
abundante
presencia de materia orgánica bien hecha y fermentada.
También se
recomienda que la tierra se haya humedecido previamente, y si el terreno está
enarenado, se debe llegar a la tierra, sin escarbarla, dejando la semilla
encima, y tapándola con un poco de arena o turba. Si se trata de tierra sin
enarenar, se debe hacer un pequeño hoyo,
donde se sitúa la semilla, y se tapa con un poco de tierra o turba.
En el caso de que
pudiera haber peligro de pérdidas en nascencia a consecuencia de la presencia
de topos, ratones, pájaros u otros, es recomendable llevar la semilla a un semillero y plantarlas con cepellón
con 2 o 3 hojas verdaderas.
El trasplante se
efectúa directamente al suelo, en la proximidad del gotero para mantener la
humedad lo más estable posible, que con las temperaturas normales de estas fechas, producen una
nascencia muy alta a los 3 días, y a lo 5 días prácticamente está nacida toda la semilla.
Ø MARCO
DE PLANTACIÓN
En función del ciclo de cultivo que se quiera hacer, varía el marco de plantación. Así, para
cultivos tempranos con intención de quitarlos pronto del suelo, para buscar un cultivo temprano de
primavera, los marcos suelen ser más pequeños para dar mayor densidad al
cultivo. En general se siembra a 1,5 m entre calles y a 0,4 m entre plantas, o
bien a 2 m entre líneos y 0,5 m entre
plantas, dando una densidad aproximada a
10 a 15.000 plantas/ha.
Cuando el cultivo
es más tardío, o está el objetivo de llegar produciendo a pleno invierno, la densidad es menor para
evitar la competencia de luz en las fechas con días más cortos, además de proporcionar mayor ventilación que redundará
en un cultivo de menos problemas en la producción, con frutos de buena
calidad.
Los marcos en general son de 2 m entre líneas y 0,4 ó 0,5 m
entre plantas, o bien 1,5 m y 0,5 ó 0,6 m,
lo que significa de 10.000 a
12.000 plantas/ha.
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