8.- FISIOPATÍAS DEL
TULIPÁN.
1.- Falta de agua.
Puede originar que se
formen las hojas antes que las raíces, lo cual favorece al aborto de los
botones florales.
2.- Aborto de botones
florales.
Puede ser debido a la
falta de madurez del bulbo, al corto período de reposo de los mismos o a una
plantación tardía.
3.- Insolación o golpe de
calor.
Hace marchitarse y
secarse las flores, especialmente en tiempo seco.
4.- Exceso de nitrógeno.
Produce un desarrollo
exagerado de las hojas en perjuicio de las flores, en el caso de la producción
de flor cortada.
También puede favorecer la
aparición de puntos de hojas quemadas, reduciendo así la calidad de la flor.
5.- Vuelco.
Al formarse la flor, el
pedúnculo se dobla a la altura del cuello de la
planta.
Puede deberse a un
déficit de calcio, bajada de las temperaturas durante el almacenamiento,
oscilaciones de temperatura durante el cultivo o una elevada humedad ambiental.
Se presenta especialmente
en terrenos arcillosos.
6.- Aborto de la flor.
El botón floral se
atrofia, decolora y toma una textura coriácea.
Se debe a una falta de
maduración de los bulbos, bajas temperaturas durante el almacenamiento,
recalentamiento de los bulbos durante la conservación y déficit hídrico.
7.- Petrificación de los
bulbos.
Las escamas carnosas
externas de los bulbos almacenados toman un color blanquecino, esta zona se
endurece y aumenta de tamaño hasta alcanzar todo el bulbo.
Normalmente tiene lugar
sobre bulbos dañados o cosechados tardíamente.
8.- Puntas blancas de los
pétalos.
Tiene lugar durante la
brotación cuando se produce una falta de humedad en el suelo y exceso de calor.
9.- Rotura de la
epidermis.
La epidermis del envés de
las hojas se rompe transversalmente en
diferentes puntos.
La epidermis se enrolla
hacia afuera, quedando así el tejido expuesto.
Normalmente en estas
heridas se establecen microorganismos que provocan pudriciones.
8.- PROPAGACION DEL
TULIPÁN.
La propagación por
semillas es más bien utilizada en el
mejoramiento genético. La semilla sembrada
debe mantenerse a bajas temperaturas (5° a 8°C). La semilla germina y forma una
hoja cotiledonaria, una raíz primaria y un "dropper", que es una estructura
especial que contiene un pequeño bulbo en su interior, el cual requiere entre 4
y 5 temporadas para ser floral.
La propagación vegetativa
natural corresponde a la formación de bulbos a partir de yemas axilares de las
escamas. En
cada bulbo se encuentran dos a seis escamas, pero la tasa de propagación media
va de dos a tres.
Este tipo de propagación
vegetativa ha sido utilizada como método tradicional de propagación. Con este
método la introducción de un
nuevo cultivar de tulipán tarda 20 años.
Existe un método actual
en experimentación, en el cual se induce la formación de tallos a partir de
secciones de bulbos o esquejes de tallos. Con un tratamiento térmico se forman
bulbillos en esos tallos, los cuales son plantados y cultivados por varias
temporadas hasta alcanzar el tamaño comercial.
En la propagación in
vitro falta realizar más investigación para lograr un método óptimo. Como
explante se han utilizado yemas axilares y también trozos de escamas y
segmentos de tallos extraídos durante el almacenamiento de los bulbos; de estos
dos últimos explantes se induce la formación de yemas adventicias y bulbos.
9.- FASES DEL CRECIMIENTO
Y DESARROLLO DEL TULIPÁN.
En general se considera
que un bulbo comercial o floral de tulipán mide al menos seis a ocho cm de
circunferencia, con un peso de seis a
ocho gramos.
En un cultivo al aire
libre los bulbos son plantados en otoño, con temperaturas decrecientes. En ese
momento ocurre un rápido crecimiento de raíces y un lento crecimiento de la
yema apical.
A inicios de primavera
ocurre una rápida elongación del escapo y botón floral, y ocurre la antesis. El
bulbo de tamaño no floral produce sólo una hoja, sin flor
El bulbo comercial o
floral produce más de dos hojas y una flor. Existen algunos cultivares que
producen más de una flor por vara, pero
son escasas excepciones. En esta etapa,
el bulbo madre comienza a desaparecer y crecen los bulbos hijos.
A finales de primavera
ocurre la senescencia de la parte aérea, cesa el crecimiento de los bulbos hijos
y comienza la diferenciación de las yemas florales y vegetativas.
Las etapas de desarrollo
del ápice de tulipán han sido descritas y se presentan a continuación.
ETAPAS DE DESARROLLO DEL
APICE DEL TULlPÁN
Los bulbos cosechados a
inicios de verano no poseen aún la flor. Con un tratamiento de temperaturas
altas se favorece la iniciación floral. Normalmente el estado G se alcanza en
febrero.
El estado G es de gran
importancia. El productor debe revisar los bulbos porque sólo después de
alcanzado el estado el estado G éstos deben ser tratados con frío (temperaturas
inferiores a 9ºC), de lo contrario puede ocurrir aborto de flores.
Para verificar que el
estado de desarrollo de los bulbos haya alcanzado el estado G, se toma un bulbo
con el plato basal hacia abajo, se corta su parte superior y de lado, cortando
más el lado redondo, y se
deja un cuadrado de unos 2,5 cm por lado.
Luego este cuadrado se
pone de lado y se cortan secciones finas, con bisturí, hasta ver partes de la
flor. Se puede observar un anillo amarillo externo, que corresponde al follaje,
y uno interno, que corresponde a la parte floral.
Para un mejor contraste
entre los distintos órganos florales se deja caer una gota de tinta, se seca
con papel y se observa a ojo desnudo o, mejor, con lupa de 10 aumentos o microscopio
binocular.
Si el bulbo no ha
alcanzado el estado G, éstos deben seguir almacenados a temperaturas de 17ºC hasta
alcanzar ese estado.
TRATAMIENTO DE FRÍO
La temperatura juega un
papel fundamental en el desarrollo del bulbo y el crecimiento de la planta. El
bulbo de tulipán requiere un tratamiento de frío, para un normal desarrollo y
alcanzar un largo de tallo aceptable.
El frío también acelera
la floración y la uniformiza. Se estima que el requerimiento de frío del bulbo
es de 9 a 12 semanas a 5ºC o 16 semanas a 9ºC.
El requisito real de frío
depende del cultivar. Al proporcionar un período más corto que el necesario, el
tallo de la planta resultante es más
corto.
Todo el frío necesario
puede ser recibido por los bulbos cultivados al aire libre, después de su
plantación en otoño, si la zona en que se cultiva es suficientemente fría. De
no ser así, que es lo usual, es necesario el uso de cámaras de frío para
proveer de forma parcial o total este requisito.
Según el método escogido,
el frío puede ser recibido por los bulbos ya plantados en el suelo, al aire
libre o bajo invernadero; en seco (sin tierra, en bandejas) y en cámara;
plantados en bandejas, dentro de la cámara; y parte del frío puede ser recibido
en seco y parte una vez
plantados.
En un cultivo al aire
libre no existe un control de la temperatura. En un cultivo forzado, todo el
tratamiento de frío es recibido por el bulbo en seco, se recomienda utilizar
temperaturas de 5ºC o 2°C.
Si el bulbo va a recibir
parte del frío en seco y parte después de su plantación en el suelo, la
temperatura de almacenamiento en seco recomendada es de 9ºC, con reducciones
graduales de temperatura hasta su plantación.
El cultivo en bandejas es
muy utilizado debido a que ofrece muchas ventajas, en especial por la
eficiencia de uso del espacio. En este caso, también se puede proporcionar
parte del frío al bulbo, antes de plantarlo en la bandeja con tierra, y en este
caso se recomienda una temperatura de 9ºC.
Para lograr una floración
tardía, por ejemplo, en otoño se puede utilizar el método "Ice
tulips". En este caso, se da un breve tratamiento de frío a 9ºC para
después mantener los bulbos a temperaturas de -2ºC por tiempo indefinido, y
luego se hacen florecer a temperaturas bajas.
MANEJO DE LOS BULBOS
ANTES DE PLANTAR
Si se desea adquirir
bulbos para plantar en otoño, existe la posibilidad de comprar en Nueva Zelanda
o en Holanda. Holanda, al ser el principal país productor de bulbos de tulipán,
posee una amplia
disponibilidad.
La época de venta de
bulbos holandeses no coincide con nuestro otoño, por lo que es recomendable
contactar al proveedor de bulbos con bastante antelación, para que los bulbos
reciban un tratamiento térmico especial, o para que el proveedor consiga bulbos
en otro país.
Al hacer el pedido, es
importante indicar si se desean bulbos con o sin tratamiento de frío. Es
posible transportar los bulbos por barco o vía aérea.
Una vez recibidos los
bulbos, es recomendable plantar lo antes
posible para prevenir un ataque de Penicillium.
Es importante evitar la
exposición de los bulbos a temperaturas altas (iguales o superiores a 30ºC)
después de formada la flor, ya que ésta sufre un daño irreversible, y también
debe evitarse en todo momento la exposición de los bulbos al etileno.
Esto último puede provocar
desde la producción de hojas y flores pequeñas, hasta la necrosis de la yema floral.
Se debe evitar toda fuente de etileno, como bulbos con ataque de Fusarium, tejidos dañados, gases
de motores
de combustión interna, se debe evitar almacenar los bulbos junto con flores que
liberen etileno (especialmente flores en senescencia) y frutas.
Es una práctica común la
desinfección de bulbos antes de plantar, aunque el proveedor los haya
desinfectado. Para ello se recomienda el uso de fungicidas (y en algunos casos,
también se incluye algún nematicida), ya sea en polvo o en solución.
Al preparar una solución
se pueden introducir los bulbos en una malla o saco y sumergirlos así en la
solución. También se pueden sumergir en la solución estando los bulbos dentro
de la bandeja en que llegaron si fueron comprados en Holanda.
Los bulbos de tulipán se
comercializan sin turba o serrín. Antes de plantar, algunos productores
remueven la túnica del bulbo en la zona donde se producirán las raíces.
Esta práctica permite,
entre otras cosas, detectar bulbos enfermos y favorecer un rápido y uniforme
crecimiento de raíces.
DISEÑO DE PLANTACION
La plantación puede ser
efectuada en caballones, en calles o mesas. En el primer caso, se pueden
utilizar distancias de 67 a 70 cm entre caballones, con una banda central de 20
a 25 cm de ancho en cada camellón, donde van ubicados los bulbos.
En el sistema de calles,
éstas pueden tener un ancho desde 1 m hasta 1,50 m, con pasillos de 30 a 40 cm.
La densidad de plantación depende principalmente del tamaño del bulbo y del
sistema de plantación.
PROFUNDIDAD DE PLANTACION
En un cultivo al aire
libre se recomienda que queden entre 10 y 15 cm desde la base del bulbo, a la
superficie del suelo. Los bulbos para forzado se suelen plantar más
superficiales.
RIEGO
Durante todo el período
de cultivo las plantas deben recibir un suministro adecuado de agua. Las deficiencias
de agua provocan:
§ Crecimiento retardado.
§ Reducción en el número, altura y
tamaño de las flores.
§ Disminución del área foliar.
§ Acortamiento del período vegetativo.
§ Menor rendimiento de bulbos.
Los métodos de riego más
empleados en el cultivo de tulipán para producción de bulbo o flor cortada son
el riego por aspersión y el riego por cintas de goteo.
En el cultivo de plantas
en maceta se utilizan diversos sistemas, incluyendo los métodos de subirrigación.
CONTROL DE MALEZAS
Al efectuar desinfección
de suelo se reduce la población de malezas que infestan el cultivo, en
comparación a un cultivo sin desinfección, y posteriormente en el cultivo son
necesarias algunas limpias manuales.
Continuamente se está
probando la eficacia de distintos productos, sobre el control de malezas y
fitotoxicidad del cultivo de tulipán.
RECOLECCIÓN DE FLORES
Al efectuar un cultivo al
aire libre con plantación en otoño, normalmente las flores son cosechadas entre
septiembre y noviembre,
dependiendo de la precocidad del cultivar y la
temperatura imperante.
El índice de madurez de
cosecha es con un 50% de color en las flores. Es recomendable realizar cosechas
dos veces al día, para cortar en el estado de madurez adecuado y para una mayor
duración.
Al cosechar en un estado
muy inmaduro se acorta la duración de
las flores y no se desarrolla bien el
color. En Holanda existe la práctica de cosechar las flores con bulbo, el cual
se corta posteriormente.
Una ventaja de este
sistema está en que se obtiene una mayor longitud de vara.
El principal problema en
postcosecha es la elongación del tallo bajo la flor. Los tulipanes cortados
aumentan en longitud después de corte, aún en el florero. Es por esto que
después de cosechados, no se recomienda dejarlos en agua por más de 1 o 2 días,
y los arreglos en las florerías deben mantenerse permanentemente refrigerados.
La temperatura de
almacenamiento no debe exceder los 2ºC. Se
recomienda mantener las flores a
temperaturas entre 0 y 2ºC, y 90 a 95% de humedad.
Al estar con el bulbo,
las flores se pueden mantener verticales y en seco hasta 2 a 3 semanas. Sin el
bulbo, se forman ramos firmemente envueltos, se recorta la base de los tallos y
se ponen mínimo 1/2 a 1 hora en agua fría (2 - 5ºC) en cámara a 2- 5ºC.
Los ramos firmemente
envueltos, pueden mantenerse en seco en forma horizontal dentro de cámara fría,
por un período de hasta una semana.
Los tulipanes son muy
sensibles al etileno, por lo cual es esencial mantener buena circulación de
aire y evitar fuentes de ese gas.
RECOLECCIÓN DE BULBOS
Algunas semanas después
de floración, se inicia la senescencia de
las hojas. Se deja de regar en ese
momento. Cuando el follaje está completamente seco, se pueden cosechar los
bulbos.
Existe maquinaria que es
capaz de recolectar los bulbos. Al no disponer de esta maquinaria, se puede
utilizar laya para soltar los bulbos, y luego con ayuda de un pequeño rastrillo
se pueden ir sacando del suelo.
Después de cosechados se
lavan con agua, se desinfectan con fungicida, se secan y se seleccionan por calibre.
En otros países se utilizan máquinas que seleccionan por tamaño. En general se
considera que los bulbos de calibre inferior a 6-8 cm de circunferencia, no son
florales.
ALMACENAMIENTO DE LOS BULBOS
Las temperaturas óptimas
de almacenamiento de los bulbos no florales no están muy claras.
Se puede empezar con
temperaturas de 30ºC por las primeras 4 a 6
semanas después de cosechar, para
luego ir disminuyendo las temperaturas hasta la plantación.
En Holanda se recomiendan
inicialmente temperaturas de 23 a 25ºC, según el cultivar, por las primeras 3 a
4 semanas, para luego ir disminuyendo hasta temperaturas de 15 a 17ºC.
Producto de investigación
realizada en Holanda, para cada cultivar se ha establecido el tratamiento
térmico que deben seguir los bulbos florales para forzado, antes y después de
su plantación, según la fecha deseada de floración y el sistema de cultivo.
En términos generales, en
forzado para floración temprana, los
bulbos se tratan por 1 semana a 34°C. Luego
se ponen a 17 -20ºC hasta que alcancen el Estado G, después se tratan a
temperaturas de 7- 9ºC por 6 semanas (en seco) y se plantan.
Se enraízan a 9ºC y luego
el resto del requerimiento de bajas temperaturas se proporciona a 5ºC. Después
se cultivan en invernadero a 18ºC de temperatura nocturna.
Para floración de media
estación, los bulbos se tratan inmediatamente después de cosechados a
temperaturas de 17 a 20ºC hasta alcanzar el Estado G, luego reciben el frío y
se plantan a 17ºC.
Para forzado tardío, se
cosechan los bulbos y se almacenan a 23ºC por varias semanas, luego a 20ºC y
finalmente a 17ºC, para luego recibir el frío y plantarse a 17°C.
Establecer normas de
fertilización para cualquier especie vegetal, debe responder a tres preguntas
básicas:
1) Cuánto fertilizar
2) Qué fuente o tipo de fertilizante usar
3) Cómo y cuándo
fertilizar.
La alta incidencia de la fertilización
en la productividad de flores ornamentales, conduce a la necesidad de
desarrollar un método cuantitativo, para calcular las dosis de fertilización,
especialmente para nitrógeno.
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