Continuamos hablando del
cultivo del almendro, y seguimos con los marcos de plantación.
En frutales se suelen
utilizar los siguientes marcos de plantación:
1 Marco real: Los
árboles se distribuyen en los vértices de cuadrados adosados de lado constante,
cuya medida es lo que se denomina marco de plantación. Para definir la
disposición, hay que dar el nombre y el valor del marco; como por ejemplo;
marco real de 5 m.
2 Marco rectangular: A veces se le llama también “en línea”. Los árboles se
disponen
ocupando los vértices de rectángulos adosados de medidas constantes. La medida
mayor se llama “calle “y la menor “entrelinea”. Para definirlo hay que dar la
denominación y ambas medidas, por ejemplo marco rectangular de 6x4 m.
Diferentes marcos de plantación |
Tresbolillo: Es una
distribución en la que los árboles ocupan los vértices de triángulos
equiláteros iguales adosados. El lado de los triángulos es en este caso el
marco de plantación. Al igual que en los casos anteriores, para definirlos hay
que dar el nombre y el valor del marco, como por ejemplo, tresbolillo de 3m.
Cinco de oros: Los árboles están dispuestos normalmente en un marco real, aunque
también pueden estar en un marco rectangular, pero con otro árbol colocado en
los centros geométricos de los cuadrados o rectángulos. La definición obliga a
dar el nombre y el marco base. Por ejemplo cinco de oros a 5 m.
5 Líneas pareadas: Los árboles ocupan 2 o 3 líneas al tresbolillo, con un
determinado
marco y con calles de separación a otro marco. Por ejemplo 2 líneas pareadas a
1 m. con calles intercaladas a 3 m.
En zonas llanas lo normal es el marco rectangular |
6 En bloques: arboles
dispuestos en varias filas al tresbolillo formando masas, con calles de separación
entre ellas.
Cuando la pendiente del terreno es más fuerte (> del 6%) o la
topografía es muy irregular, las disposiciones descritas no pueden utilizarse,
no cabe más alternativa que recurrir a disposiciones no geométricas, de las que
la más frecuente es la de curvas de nivel. En ella, los árboles ocupan
puntos equidistantes entre sí, dentro de cada curva de nivel. Por ejemplo,
curvas de nivel a 5 m. de marco.
En las zonas más tradicionales, lo más normal en almendro era hacerlo en
curvas de nivel, debido a topografía del terreno, con marcos de plantación de 8
por 9 o 7 por 8.
En regadío las plantaciones pueden ser más densas que en secano |
En las plantaciones nuevas ya si se
hacen marcos más rectangulares, para que la recolección y las labores se puedan
realizar de forma correcta. Los marcos de plantación más usuales suelen ser de 8
por 8, ya que el abanico de la máquina de recolección tiene un diámetro de seis
metros.
La
media de superficie de producción es de 10-12 hectáreas
No obstante, no puede indicarse un marco tipo, pues dependerá,
aparte de la disponibilidad de agua para riego, de las características del
suelo, del cultivo (labores, abonado, buena y apropiada poda, y tratamientos
fitosanitarios que se les vayan a hacer).
La disposición de los
almendros varía según el clima: en secano, y especialmente en las regiones más
áridas y secas, la plantación se efectúa a marco real o a tresbolillo regular;
en regadío, se hacen a marco real o a tresbolillo rectangular (donde la
distancia sobre la línea es menor que entre líneas).
La densidad de
la plantación no debe ser muy grande, ya que el almendro es una especie que
necesita de buena insolación, la densidad varía de la variedad a plantar,
fertilidad del suelo y pluviosidad de la zona).
-POLINIZADORES
Las flores del almendro, igual que las de todas las rosáceas, son
hermafroditas.
Debido a la autoesterilidad de los almendros, se debe recurrir a la
Las flores del almendro son genéticamente auotoincompatibles |
polinización cruzada. Las dos variedades receptora y polinizadora, deben
coincidir en época de floración y ser compatibles fisiológicamente.
Las flores son genéticamente incompatibles, por lo que requieren
polinización cruzada por insectos, principalmente abejas o de otro árbol que
sea compatible.
El período más adecuado para que la flor sea convenientemente
polinizada
Es conveniente utilizar colmenas cuando el almendro está en plena floración, como hacen en California |
es el de los tres días siguientes a su apertura.
Para que el trasporte de polen de flor a flor se lleve a cabo, se
precisa de los insectos, ya que la acción del viento es poco efectiva. Por
este motivo se colocarán colmenas entre los almendros en la época de floración,
puesto que estas se convertirán en agentes polinizadores.
7.- PLANTULAS
La antigua y clásica propagación del
almendro era por semilla; a causa de su propia esterilidad, las semillas
procedían de fecundación cruzada, lo que daba
como resultado que todas las
variedades de almendro cultivadas eran híbridas.
La antigua propagación era por semillas |
Además
el agricultor debía de esperar tres años a que el patrón creciera para poder
injertar y luego debía esperar otros tres años para poder recoger cosecha.
Actualmente con los nuevos patrones GF-677, en tres años ya tenemos un almendro
en producción.
La
propagación por semilla llevaba además, una serie de inconvenientes asociados:
lenta adaptación al trasplante, tardío inicio de la producción, poco aptos para
terrenos demasiado húmedos o mal drenados, y poco resistentes a enfermedades de
las raíces.
Actualmente
la forma de multiplicación del almendro consiste en la formación en viveros,
donde a los portainjertos, se les injerta la variedad de almendro que se quiere
cultivar.
Almendro Guara de tres años injertado sobre GF-677 |
En necesario que estos planteles estén sanos para garantizar una buena
cosecha, es decir, deben estar injertados con yemas sanas y plantas en suelos
desinfectados. El arranque del plantel se realiza lo antes posible a partir de
la caída de la hoja.
El almendro una vez arrancado del vivero si no se planta a los pocos
días, pierde rápidamente parte de la humedad y son causa de malograrse muchos
árboles en las plantaciones o de frenar su desarrollo en el principio, siendo
muy conveniente después de limpiadas todas las raíces de magullamientos o
heridas
8.-PODA
Poda de formación:
- En el primer invierno,
se practica una poda de rebaje que consiste en cortar las ramas principales al
mismo nivel, a unos 60 cm. El corte se efectúa por encima de la yema.
- En el segundo invierno
se eligen, de entre las ramas que hayan alcanzado
Poda de formación |
más de 40 cm, 3 ramas de buen
tamaño y grosor; éstas constituirían las 3 ramas madres del árbol, por lo tanto
deben escogerse las más sanas, lo más alto posible sobre el plantón, dejando
entre ellas una separación de 10 a 15 cm y formando un ángulo entre sí de 120°.
- En el tercer invierno,
se efectúa la poda por aclareo: se cortan las ramas internas y prolongaciones,
y se suprimen los chupones. En este año vamos eligiendo ramificaciones
secundarias, jerarquizadas una en cada sentido.
- En el cuarto invierno,
se eligen las ramas secundarias y se efectúa la poda por aclareo.
En las variedades
tempranas, al tener poco vigor, simplemente se eliminaban los chupones, y se despuntaban
las ramas. Con las variedades de floración tardía al tener más vigor debemos de
hacer la poda como se ha indicado anteriormente.
Poda de producción:
A partir del cuarto año
se efectúan podas para eliminar las ramas sobrantes y dejar las productoras de
frutos. Para practicar esta poda, cada invierno se realizará lo siguiente:
- Se suprimen los
chupones del centro del árbol.
- Se despejan las
prolongaciones para asegurar una buena iluminación del centro del árbol.
- Solo se suprime la
quinta parte de las ramas fructíferas para asegurar la renovación de las
restantes. Para ello solo se cortarán las ramas pequeñas que tengan de 1.5 a 3
cm de diámetro.
- Se intentará mantener
el mayor número posible de ramilletes de mayo y ramos mixtos por ser los
más fructíferos.
En cuanto a los tipos de
ramas a podar se hará lo siguiente:
-Ramo de madera
Es un brote
lignificado de 70-100 cm y un diámetro superior a 1 cm, que solo posee yemas de
madera. Son predominantes en nuevas plantaciones y con la edad su número se
reduce.
Sus alternativas de poda son
muy simples; así, si aparecen como
prolongaciones de ramas estructurales, se
despuntan a 30-40 cm sobre su yema bien situada, para que sirvan de guía de la
rama correspondiente, aplicando los criterios ya indicados en poda de
formación. Pero en el caso de que aparezcan en otras partes del árbol,
mezclados con ramos mixtos, lo mejor es eliminarlos totalmente si hay
suficientes ramos mixtos, ya que conservarlos es inútil. En caso de que la vegetación parezca escasa,
se pueden acortar a las dos yemas más
bajas, para provocar la brotación de éstas en nuevos ramos mixtos.
-Ramo mixto
Ramo algo
menos vigoroso que el de madera, con yemas laterales tanto de
madera como de flor, siendo la terminal siempre de madera. Tiene un
diámetro superior a 1 cm y es la formación característica de frutales de hueso.
Teniendo en cuenta su morfología, en
condiciones normales, si dejásemos al ramo mixto evolucionar sin poda, se
formarían frutos a todo lo largo del mismo, acompañados de nuevos ramos mixtos,
lógicamente más cortos y débiles,
originados de algunas yemas laterales y también de la terminal, quedando casi
siempre las yemas de la base latentes, sin desarrollarse.
Ello supone una garantía de cosecha, pero no
de disponer de un buen ramo de reemplazo que nos asegure la renovación
necesaria para el año siguiente; además, el esqueleto inerte del árbol se
alarga, y tiende a una forma aparasolada, con la producción localizada en zonas cada vez más periféricas.
Por ello, la poda del ramo mixto, que
lógicamente es el tipo de intervención más frecuente en esta especie, tienen
necesariamente como objetivos, el que se pueda mantener la cosecha del año, y
simultáneamente provocar la emisión de reemplazos próximos a la inserción, que
garantizan la cosecha del año siguiente. Ello da origen a tres tipos de poda
diferentes para el ramo mixto.
El primero de ellos, se suele llamar poda española porque era la poda
de fructificación típica en las plantaciones antiguas de melocotonero. La poda
consiste simplemente en despuntarlos sobre alguna yema visible de madera,
situada hacia la mitad del ramo o hacia los 2/3 de su longitud. De esta manera,
el ramo se acortaba, de forma que se mantenían los frutos de su mitad inferior,
y la emisión de ramos de reemplazo, no demasiado alejado de su inserción; al
año siguiente se eliminaba con un corte la madera del año anterior, situada por
encima del mejor ramo de reemplazo, y con
otro se volvía a despuntar éste, en forma análoga.
Diferentes tipos de poda del ramo mixto |
Un segundo tipo de poda, es la llamada “francesa” (o también
“Gouyot”, o “en gancho”). En ella, ciertos ramos mixtos se dejan intactos para
que fructifiquen, y otros se despuntan drásticamente por encima de las 2 yemas
vegetativas de la base del ramo. De esta forma, la cosecha se obtiene en los
ramos conservados, y los recortados forzosamente, emiten dos nuevos ramos
mixtos que es su única posible evolución.
Al año siguiente, los ramos fructificados, ya
inútiles, se eliminan; mientras que de los 2 ramos mixtos nuevos, que se han
formado en los que se acortaron, despuntamos el superior, igual que hicimos en
el sistema anterior, y acortamos el inferior de nuevo sobre sus 2 yemas
vegetativas más bajas, para forzar la emisión de dos nuevos ramos mixtos en él.
Una tercera forma de podar los ramos mixtos,
sería la llamada poda “americana”.
En ella se seleccionan los ramos más largos, que se mantienen sin despuntar, de
esta manera se consigue que , debido al peso de los frutos que cuajan en toda
su longitud, el ramo se arquee hacia el suelo, lo que normalmente debe provocar
la emisión de reemplazos en la parte baja del ramo, próxima a su inserción. Al
año siguiente se elige el mejor, y el ramo viejo ya fructificado se corta por
encima.
La poda americana es más simple, más rápida, y
solamente precisa un corte en cada formación fructífera. Pero solo puede
aplicarse en plantaciones con variedades vigorosas, en árboles productivos y
cuando el mantenimiento (riego, fertilización, etc.) sea lo suficientemente
bueno para garantizar la formación de ramos vigorosos y largos; por otro lado,
los posteriores trabajos de aclareo de frutos se complican y encarecen.
Cada uno de estos tres tipos de poda de
fructificación de los ramos mixtos se han aplicado y se aplican en casos y regiones
concretas; sin embargo, actualmente parece más lógico que un buen podador
conozca los tres y opte incluso por aplicarlos simultáneamente en el mismo
árbol, según el tamaño y vigor de los ramos, la densidad de la vegetación, las
condiciones climáticas, e incluso los desequilibrios que se aprecien en los
ramos estructurales.
-Chifona
Ramo más corto y
delgado que el mixto (8-20 cm). La yema terminal es de madera, y las
laterales de flor. Crece de golpe. Tamaño similar a lamburda o ramillete
de mayo. Formación típica de frutales de hueso. Da fruta de menor
tamaño, de
manera que solo deben conservarse algunas.
La “chifona” es, la mayor parte de las veces,
una formación débil, frágil, y que dado que sólo su yema terminal es de madera,
su renovación únicamente consiste en un alargamiento terminal también débil
(otra “chifona”), quedando inerte toda su longitud. Con esa única posibilidad
de evolución, y teniendo en cuenta que los frutos se quedan pequeños, demasiado
juntos, y con riesgo evidente de rotura, la mejor alternativa para las
“chifonas”, es su eliminación por la base con cortes limpios.
-Ramillete de mayo
Tiene una longitud
de 4 a 8 cm, aunque en ocasiones más, con todas las yemas de flor
(normalmente de 3 a 8), excepto la yema terminal que es de madera.
Dadas sus características morfológicas, el ramo
de mayo no tiene más posibilidad de crecimiento vegetativo que a través de su
yema terminal de madera.
En condiciones medias, todas sus yemas laterales dan
flores, y evolucionan a fruto, mientras que la terminal, da un nuevo pequeño
brote, que evoluciona a nuevo ramo de mayo; en conjunto, la formación se alarga
progresivamente, manteniendo en su extremo un ramo de mayo renovado, y una
parte basal inerte.
En fructificación, dada la acumulación de
yemas de flor que se producen, en la poca longitud del ramo de mayo, los frutos
quedan arracimados y muy próximos entre sí. En el caso del cerezo, albaricoqueros tempranos, algunos ciruelos, e
incluso en el almendro, al ser los frutos de escaso volumen y poco peso, este
hecho no constituye ningún obstáculo, y en consecuencia, en estas especies, los
ramos de mayo, cortos, robustos y apoyados en ramas sólidas, son las
formaciones fructíferas ideales. Resulta evidente entonces, que en la poda de
fructificación, hay que respetarlos íntegramente, sin intervención alguna.
-Dardo
Formación
vegetativa de 7 cm de longitud como máximo, con una sola yema terminal de
madera. Por su diminuto tamaño no es necesario podar, salvo en variedades muy
productivas. Además, suelen estar situados en ramas gruesas, de manera que
si evolucionan a lamburdas dan fruta de buena calidad.
-Lamburda
Formación de 5-10
cm. Es un dardo transformado, más largo, con la yema
terminal de
flor. Es la misma situación anterior, en este caso con
un ramo corto, grueso y sólido, que porta la yema floral. Su poda de
fructificación recibe el mismo criterio; no intervenir y mantener intactas las
lamburdas como formaciones idóneas, para iniciar un proceso furctificante de
varios años.
La mejor época para podar el almendro
va de la última quincena de septiembre a la primera de octubre, es decir,
inmediatamente después de la recolección. En este momento conserva casi todas
sus hojas y esto permite distinguir las ramas y brazos sanos de los enfermos y
secos, pero si se espera a que estén deshojados, resultará difícil de
diferenciar.
En
las nuevas variedades vigorosas, es muy importante la poda en verde, es decir,
quitar todos los brotes que entran en la parte interna del árbol
El almendro es un árbol
bastante resistente a la aridez del medio, pero también para él, como para los
demás, el agua absorbida por las raíces actúa como poder limitativo
para su producción. Por lo tanto las labores del suelo han de tender a
favorecer al máximo el almacenamiento del agua de lluvia y su
conservación durante el mayor tiempo posible. Estas labores presentan doble
sentido, eliminar las malas hierbas que ayudan a la desecación del suelo
especialmente plantas con crecimiento estival y crear una superficie mullida y desecada.
En regadío labraremos con un cultivador, no muy profundo para no dañar las raíces |
Si se cultiva de secano
se precisan tres labores anuales como mínimo, superficiales (10-15 cm con
cultivadores), solo la primera será más profunda (15 a 20 cm usando vertedera).
Si se cultiva de regadío, todas las labores se harán superficiales (con el
cultivador), y se efectuarán después de las lluvias o del riego.
La más importante es la
que se da en otoño, con vertedera o subsolado a una profundidad de 15 a 20 cm. La
segunda labor se dará durante el invierno a igual profundidad, pudiéndose, en
la de otoño o en ésta, enterrar los abonos los años que se abone, debiendo
darse ésta de invierno en algún tiempo después del cuaje de la flor.
Por último, en la
primavera, se dará una tercera labor de cultivador o grada para destruir las
malas hierbas y disminuir con ello la evaporación. En todas ellas se dejará
alrededor del tronco un cerco sin labrar de 1.5 a 2 m, con objeto de no herir
al tronco con los aperos de labranza, cavándolos después cuando se pueda o
lo precisen.
10.-
PLANTACIÓN
Si el terreno está bien preparado mediante un buen desfonde o subsolado,
A la hora de hacer la plantación, se recomienda rodear la raíz con la
tierra mullida que hemos obtenido al hacer hoyo, siempre dejando el injerto por
encima de la tierra. Después aprisionamos bien todo el agujero de plantación.
Relleno
el hoyo se regará cada árbol con 20 o 30 litros de agua, para eliminar el aire
residual del suelo. Posteriormente se cortará el tronco a una altura de 90 cm
por encima de una yema, y se rebajarán las ramas laterales a sólo 7 yemas.
La plantación del almendro no debe
ser demasiado densa, ya que para su correcto desarrollo, este árbol, necesita
luz y cierta cantidad de agua. La anchura entre líneas no deberá ser inferior a
seis metros. El número de árboles por hectárea, puede variar según marco de
plantación, de unos 120 a cerca de 300, árboles por hectárea.
Realizaremos el trasplante en otoño |
Durante
el primer año, si los árboles tienen un aspecto y desarrollo normales, no será
preciso aplicarles ningún fertilizante. De no presentar un aspecto óptimo, se
abonará con unos doscientos gramos por árbol, de algún abono rico en nitrógeno,
repartido en dos o tres veces a lo largo del año.
El abonado debe
adecuarse a la naturaleza del terreno y a las exigencias fisiológicas del
árbol, exigencias que varían según su edad y su productividad, dentro de
los abonos inorgánicos de mayor empleo se encuentran:
En terrenos sueltos o
arenosos, más fácilmente lavados por el riego o las lluvias, se deberá aplicar
una cantidad total de abono más grande, así como aportar materia orgánica. Por
lo tanto, se aplicaran pequeñas dosis poco repetidas, puesto que no quedan retenidas
en el suelo.
Por el contrario, en un
suelo pesado será suficiente con un solo abonado de fondo anual ya que éste
permanece durante largo tiempo en el suelo
Según la edad, las
necesidades de abono pueden variar. Las plantas jóvenes solo precisan de abonos
nitrogenados, ya que deben desarrollarse vigorosamente y formar con rapidez las
ramas fructificantes.
Por el contrario, las
plantas adultas precisan el aporte de todos los elementos necesarios para la
fructificación: N, K y P (este último en poca cantidad).
Otros elementos
esenciales que son necesarios al almendro pero en
Aprovecharemos las labores para enterrar el abono |
pocas cantidades son el Zn,
Cu, Mn, Cl y B.
No es posible dar una
fórmula de abonado para todos los casos, puesto que depende de las reservas del
suelo, de su textura, del régimen hídrico y de la densidad de plantación.
Normalmente el abonado
se aplica en invierno con el subsolado o el desfonde, y el abono más utilizado
el triple 15. En las nuevas variedades vigorosas se aconseja unos 300 gramos
por árbol, pero depende de la pluviometría. Para años secos se aconseja mejor
un abono 12-3-9, ya que se asimila de forma más suave que el triple 15.
Este va a ser el factor
clave para que nuestra finca tenga más o menos
producción. Como hablábamos al
principio del artículo, podemos pasar
El riego es el factor clave en la producción |
de obtener 400 kilos de almendra en
cáscara en secano, a 2.500 kilos en regadío. Es decir seis veces más de
producción.
El almendro siempre se
ha considerado como un árbol rústico, pero esa concepción hay que cambiarla.
Debemos considerarlo como un frutal más como pueda ser un limonero, para
obtener unas producciones considerables, En Estados Unidos están dando 10.000
metros cúbicos por año y hectárea, pero nosotros por las consideraciones
propias, podemos llegar a 2 o 3
Producción de almendra en regadío |
mil metros cúbicos, y esto en las mejores
condiciones, pero es a lo que tenemos que tender para obtener unas buenas
producciones. Con estas cantidades de regadío podemos llegar a obtener 4.000
kilos por hectárea.
Normalmente se aplican mil metros cúbicos al año y por
hectárea, y con esto en variedades tardías conseguimos unos 3.000 kilos de
almendra
RIEGO POR SUPERFICIE: Es
el método de riego más antiguo, y todavía usado de forma generalizada
en muchos países. El riego se puede aplicar de diferentes maneras: por surco,
por alcorques, a manta, por sumersión y en cualquier caso exige bastante
práctica y una cuidadosa nivelación para que el riego resulte homogéneo. Esta
práctica de riego es desaconsejable, debido a que perdemos mucha agua
gravitacional.
RIEGO POR GOTEO.- El objetivo de este sistema es poner
a disposición del árbol el agua necesaria para su consumo limitando al máximo
las pérdidas por
El número de riegos es variable pudiendo oscilar en líneas generales de
dos a cuatro a dos, según la pluviosidad de unos años a otros. Se puede considerar un
riego a la brotación, con lo que se favorece una buena floración y cuaje que
puede ser según zonas a finales de diciembre-enero o principios de febrero.
Otro riego puede ser en primavera posterior al cuaje hacia el mes de
abril que beneficia la vegetación y desarrollo de frutos; y por último, otro
por los meses de junio o julio, época de gran actividad vegetativa
que aumenta el rendimiento y favorece el desprendimiento de la cáscara.
Todos los riegos deberán ser moderados, pues el exceso de humedad les
perjudica mucho por la asfixia de las raíces en los suelos arcillosos que se
encharcan y de otra parte por favorecer el desarrollo de la posible podredumbre
radical.
Entre el mes de abril y el momento de la cosecha (que depende de la
variedad) se aconseja distribuir de 400 a 700 m3 de agua por hectárea entre 2 y
4 riegos, según el número y caudal de goteros que estemos utilizando.
Distribución de riegos según época del año y edad del árbol |
Para el mejor manejo del
riego se aconseja disponer dos tensiómetros a distintitas profundidades (30 y
50 centímetros) para evaluar la cantidad de agua que tenemos en los distintos
estratos del suelo.
Las necesidades medias de
un árbol de almendro son de 30 litros. Se aconseja disponer de dos goteros de 8
litros la hora, por lo que haremos riegos de 2 horas de duración,
aproximadamente, repartidos en una hora a primera hora de la mañana y otra hora
a primera hora de la tarde.
En Agosto las necesidades son máximas |
En Agosto las necesidades
son el doble (60 litros), por lo que tendremos que regar cuatro horas,
repartidas en cuatro tandas a lo largo del día.
No obstante anteriormente, hemos adjuntado un
cuadro, de las necesidades óptimas de riego del almendro en función de
distintas épocas del año.
Otro aspecto importante
en el riego del almendro es que con las “típicas tandas de riego” no tendremos
agua suficiente para regar una media de superficie de 10 hectáreas. Para ello
se hace imprescindible la construcción de un pozo, y de una balsa mucho más
grande que la que estamos acostumbrados a ver en invernaderos, con un volumen
medio aconsejable de 50 a 100.000 litros.
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