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jueves, 19 de noviembre de 2015

CULTIVO DE PIMIENTO EN PERLITA-SEGUNDA PARTE

      Continuamos hablando de Cultivo de Pimiento en Perlita con las
Labores Culturales.

6.- LABORES CULTURALES

v 4.1. PODA DE FORMACIÓN

                 Se lleva a cabo para delimitar el número de tallos con los que se desarrollará la planta (normalmente 2 o 3). En los casos necesarios se realizará una limpieza de las hojas y brotes que se desarrollen bajo la “cruz”.

v 4.2. ENTUTORADO

Es una práctica imprescindible para mantener la planta erguida.
 
Pueden considerarse dos modalidades:

t Entutorado tradicional: consiste en colocar hilos de polipropileno (rafia) o palos en los extremos de las líneas de cultivo de forma vertical, que se unen entre sí mediante hilos horizontales pareados dispuestos a distintas alturas, que sujetan a las plantas entre ellos. Estos hilos se apoyan en otros verticales que a su vez están atados al emparrillado a una distancia de 1,5 a 2 m, y que son los que realmente mantienen la planta en posición vertical.

t Entutorado holandés: cada uno de los tallos dejados a partir de la poda de formación se sujeta al emparrillado con un hilo vertical que se va liando a la planta conforme va creciendo. Esta variante requiere una mayor inversión en mano de obra con respecto al tutorado tradicional, pero supone una mejora de la aireación general de la planta y favorece el aprovechamiento de la radiación y la realización de las labores culturales (destallados ,recolección, etc.), lo que repercutirá en la producción final, calidad del fruto y control de las enfermedades.

v 4.3.- DESTALLADO
A lo largo del ciclo de cultivo se irán eliminando los tallos interiores
para favorecer el desarrollo de los tallos seleccionados en la poda de formación, así como el paso de la luz y la ventilación de la planta. Esta poda no debe ser demasiado severa para evitar en lo posible paradas vegetativas y quemaduras en los frutos que quedan expuestos directamente a la luz solar, sobre todo en épocas de fuerte insolación.

Esta operación es especialmente importante en perlita, ya que la planta crece con muy vigor.

v 4.4. DESHOJADO
Es recomendable tanto en las hojas senescentes, con objeto de facilitar la aireación y mejorar el color de los frutos, como en hojas enfermas, que deben sacarse inmediatamente del invernadero, eliminando así la fuente de inóculo.


v 4.5. ACLAREO DE FRUTOS
Normalmente es recomendable eliminar el fruto que se forma en la primera “cruz” con el fin de obtener frutos de mayor calibre,
uniformidad y precocidad, así como mayores rendimientos.

En plantas con escaso vigor o endurecidas por el frío, una elevada salinidad o condiciones ambientales desfavorables en general, se producen frutos muy pequeños y de mala calidad que deben ser eliminados mediante aclareo.


v 4.6. RECOLECCIÓN
Los precios y la demanda por un lado y las temperaturas por otro, son los factores que van a determinar el momento y la periodicidad de esta operación, recolectando antes de su madurez fisiológica en verde o en rojo según interese.

7.- MARCOS DE PLANTACIÓN
El marco de plantación se establece en función del porte de la planta, que a su vez dependerá de la variedad comercial cultivada. El más frecuentemente empleado en los invernaderos es de 1 metro entre líneas y 0,5 metros entre plantas, aunque cuando se trata de plantas de porte medio y según el tipo de poda de formación, es posible aumentar la densidad de plantación a 2,5-3 plantas por metro cuadrado.

También es frecuente disponer líneas de cultivo pareadas, distantes entre sí 0,80 metros y dejar pasillos de 1,2 metros entre cada para de líneas con objeto de favorecer la realización de las labores culturales, evitando daños indeseables al cultivo.

En cultivo en perlita podemos a llegar 0,4 metros entre líneas y 1,20 entre pasillos.

8.- FERTIRRIGACIÓN
En los cultivos protegidos de pimiento el aporte de agua y gran parte de los nutrientes, se realiza de forma generalizada mediante riego por goteo y va ser función del estado fenológico de la planta, así como del ambiente en que ésta se desarrolla (tipo de sustrato, condiciones climáticas, calidad del agua de riego, etc.).

En cultivo hidropónico el riego está automatizado y existen distintos sistemas para determinar las necesidades de riego del cultivo, siendo el más extendido el empleo de bandejas de riego a la demanda. El tiempo y el volumen de riego dependerán de las características físicas del sustrato.

El sistema de demanda se basa en dos electrodos en forma de
aguja que miden la demanda de riego, por conexión eléctrica entre ellos, a través del agua llena de la cazoleta. Cuando uno de ellos queda al aire, se interrumpe la corriente eléctrica por la falta de agua de conexión entre ellos y se manda la señal al ordenador, para que ejecute el riego.

La altura del rebosadero debe ser fija y el orificio de evacuación, lo suficientemente grande como para que no se obstruya con facilidad.

                 En cuanto a la nutrición, el pimiento es una planta muy exigente en nitrógeno durante las primeras fases del cultivo, decreciendo la demanda de este elemento tras la recolección de los primeros frutos verdes, debiendo controlar muy bien su dosificación a partir de este momento, ya que un exceso retrasaría la maduración de los frutos.

La máxima demanda de fósforo coincide con la aparición de las primeras flores y con el período de maduración de las semillas. La absorción de potasio es determinante sobre la precocidad, coloración y calidad de los frutos, aumentando progresivamente hasta la floración y equilibrándose posteriormente. El pimiento también es muy exigente en cuanto a la nutrición de magnesio, aumentando su absorción durante la maduración.


       A la hora de abonar, existe un margen muy amplio de abonado en el que no se aprecian diferencias sustanciales en el cultivo, pudiendo encontrar “recetas” muy variadas y contradictorias dentro de una misma zona, con el mismo tipo de perlita y la misma variedad. No obstante, para no cometer grandes errores, no se deben sobrepasar dosis de abono total superiores a 2g.L-1, siendo común aportar 1g.L-1 para aguas de conductividad próxima a 1mS.cm-1.

        La calidad del agua tiene también una gran influencia en el diseño
de la solución nutritiva. Cuanta más salina es el agua mayor es el porcentaje de drenaje que necesitaremos.

        Por ello es conveniente como primer paso, realizar una analítica de la misma en un laboratorio especializado,  para conocer sus propiedades.

        Las concentraciones de absorción de los distintos elementos nutritivos,  no son constantes en el cultivo en lana de roca y varían en función de las fases de las plantas,  y de las condiciones climáticas.

        Así como hemos comentado, en la primera parte del ciclo de cualquier planta, predomina la fase vegetativa de rápido crecimiento y el consumo de nitrógeno es muy alto. Con la entrada de la fructificación,  el consumo de nitrógeno baja y aumenta el potasio, para llegar a un equilibrio sostenido a partir del comienzo de la recolección,  que prácticamente se mantiene hasta el final.

        9.- SISTEMAS DE ABONADO.

        Actualmente se emplean básicamente dos métodos para establecer las necesidades de abonado:

§  En función de las extracciones del cultivo, sobre las que existe una amplia y variada bibliografía,
§  Y en base a una solución nutritiva “ideal” a la que se ajustarán los aportes previo análisis de agua.

Este último método es el que se emplea en cultivos hidropónicos, y para poder llevarlo a cabo en suelo o en enarenado, requiere la colocación de sondas de succión para poder determinar la composición de la solución del suelo mediante análisis de macro y micronutrientes, CE y pH.

                 Teniendo en cuenta que las extracciones del cultivo a lo largo del ciclo guardan una relación de 3,5-1-7-0,6 de N, P2O5, K2O y MgO,
Bomba de succión
respectivamente, las cantidades de fertilizantes a aportar variarán notablemente en función del abonado de fondo y de los factores antes mencionados (calidad del agua de riego, tipo de sustrato, climatología, etc.).

Tras el cuajado de los primeros frutos se riega con un equilibrio N-P-K de 1-1-1-, que va variando en función de las necesidades del cultivo hasta una relación aproximada de 1,5-0,5-1,5 durante la recolección. Actualmente el abonado de fondo se ha reducido e incluso suprimido, controlando desde el inicio del cultivo la nutrición mineral aportada, pudiendo llevar el cultivo como si de un hidropónico se tratara.

Los fertilizantes de uso más extendido son los abonos simples en forma de sólidos solubles (nitrato cálcico, nitrato potásico, nitrato amónico, fosfato monopotásico, fosfato monoamónico, sulfato potásico, sulfato magnésico) y en forma líquida (ácido fosfórico, ácido nítrico), debido a su bajo coste y a que permiten un fácil ajuste de la solución nutritiva, aunque existen en el mercado abonos complejos sólidos cristalinos y líquidos que se ajustan adecuadamente, solos o en combinación con los abonos simples, a los equilibrios requeridos en las distintas fases de desarrollo del cultivo.

El aporte de microelementos, que años atrás se había descuidado en gran medida, resulta vital para una nutrición adecuada, pudiendo encontrar en el mercado una amplia gama de sólidos y líquidos en forma mineral y en forma de quelatos, cuando es necesario favorecer su estabilidad en el medio de cultivo y su absorción por la planta.

También se dispone de numerosos correctores de carencias tanto de macro como de micronutrientes que pueden aplicarse vía foliar o riego por goteo, aminoácidos de uso preventivo y curativo, que ayudan a la planta en momentos críticos de su desarrollo o bajo condiciones ambientales desfavorables, así como otros productos (ácidos húmicos y fúlvicos, correctores salinos, etc.), que mejoran las condiciones del medio y facilitan la asimilación de nutrientes por la planta.

                 10.- LABORES CULTURALES DE CULTUVO DE PIMIENTO EN PERLITA.

El pimiento es muy sensible a la asfixia radicular en invierno y a las temperaturas altas y bajas. La falta de humedad, el exceso de CE
en el sustrato, o la carencia de boro (elemento que el pimiento requiere en notable cuantía), son otras causas de la muerte de raíces en pimiento.

Las exigencias en cuanto a temperatura hace que si el sustrato tiene una escasa inercia térmica, puedan producirse bastantes bajas tras su plantación en verano, fecha normal de trasplante del pimiento en hidroponía.

Una vez superados los problemas mencionados, se comporta bastante bien en cultivo hidropónico, mostrando mayor precocidad, producción y calidad de frutos.

Presenta un desarrollo inicial y un cuajado superior al cultivo en suelo, lo que nos lleva a la necesidad de aclarar flores y frutos para que exista una buena producción.

A veces se recurre a blanquear menos, con lo que limitamos el cuaje y aumentamos la posibilidad de obtener frutos aún más precoces; ahora bien, en este caso, debemos controlar muy bien el exceso de temperatura ambiental y en el sustrato.

La ventilación es importante cuando aparecen flores y cuajan
los primeros frutos, facilita el endurecimiento de la planta en las primeras fases del cultivo, aunque en invierno puede resultar peligrosa.

Con las observaciones anteriores y realizando unas correctas labores culturales (poda, entutorado, etc.) se pueden lograr 10-11 kg/m2 con un marco de plantación de 2.3-2.5 plantas/m2 para un pimiento de otoño tipo California.

Estos resultados pueden incrementarse con calefacción de apoyo, ya que es sabido que el pimiento responde muy bien a la misma. La racional conducción de la hidroponía implica el conocimiento no sólo de los procesos fisiológicos relativos a la absorción mineral e hídrica, sino también de otros aspectos como la respiración, la fotosíntesis y la transpiración que están estrechamente ligados con los primeros.

El empleo de un sustrato inerte, como es la perlita, que apenas
aportan elementos minerales al cultivo, implica que la nutrición de la planta debe aportarse por completo a través de la solución nutritiva, lo que trae consigo la posibilidad de un control preciso de la nutrición mineral según variedad, momento fenológico, características climáticas, etc., para obtener la mayor rentabilidad al cultivo.

Ahora bien, al tratarse de un sustrato inerte carece de capacidad tampón, equivocaciones o fallos en el control de la nutrición mineral o el ajuste del pH, pueden ocasionar graves perjuicios, más conociendo la sensibilidad del pimiento.

La nutrición mineral del pimiento en perlita debe controlarse según la demanda de la planta mediante los oportunos análisis químicos, sobre todo, de la solución drenaje o la extraída del mismo sustrato. Dependiendo del análisis del agua de riego, la fecha de plantación y las condiciones climáticas se elabora la solución nutritiva de partida.

Lo más aconsejable es analizar al menos la solución de drenaje cada 15 días. En función de lo que la planta vaya tomando, de las condiciones climáticas y el estado fenológico del cultivo se vuelven a ajustar los nutrientes a aportar.

Para la preparación de la solución nutritiva se suele concentrar 100 veces, separando los fertilizantes incompatibles entre sí, y adicionándolos al 1 % al agua de riego en una cuba de mezcla donde se ajusta el pH (normalmente aportando ácidos fosfórico y nítrico) y la CE.

 Es aconsejable utilizar disoluciones nutritivas de menor concentración (manteniendo el equilibrio) en verano y más concentradas en invierno, ya que en el período estival la demanda hídrica en relación a la demanda mineral es mucho mayor.

En pimiento conviene mantener el nitrógeno alto desde el principio, sobre todo si el agua empleada es de escasa calidad y presenta niveles altos de Cl con aguas de buena calidad (C.E. < 0.8 mS/cm) se puede comenzar con 12 mmol/L de N03- y 0.5 mmol/L de NH+ En cultivo hidropónico, generalmente el NH4 + se deja de aportar tras el asentamiento de las plantas aportando todo el nitrógeno como nitrato.

El amonio nunca se aporta en cantidades altas ya que es una
forma fitotóxica en cantidades excesivas, estimula demasiado el desarrollo vegetativo en perjuicio del reproductivo, modifica el pH de la solución del entorno radical e interacciona negativamente con otros cationes.

El pH de la disolución se ajusta a 5.5, mediante el empleo de
H2P04- cuando la cantidad necesaria para fijar el pH excede de la concentración de fósforo a aportar se completa el ajuste con HN03.

Con este ajuste se reducen los HC03- del agua de riego hasta 0.5 mmol/L aproximadamente. El total del fósforo se suministra como H2PO4- siempre que el ajuste de pH lo permita, sino también se puede emplear fosfato monoamónico.

Un exceso en el aporte fosfórico, puede producir antagonismos
con el N03- y deficiencia de B. Cuando se emplean otros sustratos, sobre todo si éstos son de naturaleza calcárea, parte del P queda retenido encontrándolo en el drenaje a concentraciones más bajas de lo esperado.

El K se aporta como KN03 y en su caso S042- Generalmente se debe aumentar conforme transcurre el cultivo hasta 6,5 mmol/L. Su exceso puede provocar desequilibrios en las relaciones con Ca y Mg, Y deficiencia de Mn en invierno. El potasio es crítico para la obtención de un pimiento de buena calidad.

Se recomienda que las aguas de riego no tengan un contenido demasiado alto en Cl- y Ni+. El pimiento tolera generalmente más la salinidad que el pepino pero menos que el tomate. No conviene pasar de 8 mmol/L en cloruros y sodio, en el caso de tener valores altos en el agua de riego hay que aumentar los aportes de N03- y Ca2+ y ajustar las relaciones catiónicas, así como controlar el aumento de C.E. en el sus trato.

Una relación Ni/K excesivamente alta puede llegar a destruir
células del floema impidiendo la re distribución del sodio, que se acumula en la hoja.

De igual forma con una relación Ni/Ca elevada disminuye el calcio foliar por el antagonismo cationes monovalentes - cationes divalentes.

El pimiento es una planta exigente en SO4 / y Mg, no deben ser inferiores a 2 mmol/L en la solución nutritiva, en tal caso se aporta Mg(SO4), K2(S04), o Mg(NO3)2. Puede darse deficiencia de Mg antes y durante la recolección, sobre todo cuando las temperaturas son bajas. Si se encuentran en exceso en el agua de riego hay que ajustar las relaciones Ca/Mg y K/Mg, así como vigilar la C.E. del sustrato.

Los micronutrientes se suelen aportar a dosis fija durante todo
el cultivo. Se añaden 0.025 g/L de algún complejo comercial que tenga aroximadamente 7.5 % Fe, 3.3 % Mn, 0.6 % Zn, 0.3 % Cu, 0.6 % B y 0.2 % Mo; suplementando alguno de ellos individualmente cuando la sintomatología o los análisis efectuados así lo aconsejen. Los cuatro primeros suelen ir quelatados en forma de EDTA, mientras que B y Mo van en forma aniónica como compuestos inorgánicos (tetraborato y molibdato generalmente).


        Es decir en cultivo de pimiento en perlita tenemos un control absoluto de la disolución nutritiva, lo que hace aumentar producciones y calidades de estas.

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