PAISES

miércoles, 15 de abril de 2015

BONSAIS-SEGUNDA PARTE

           1.- PINZADO

Pinzado
El pinzado es la operación de cortar los brotes nuevos que van saliendo y que deforman el árbol. Los objetivos del pinzado son corregir y realzar la forma del bonsái, con ello se origina una mayor ramificación y densidad, a la vez que limita o acelera el crecimiento según deseemos.

         El pinzado se efectúa a medida que el árbol va creciendo, es decir, durante toda su época activa, en términos generales puede ir desde la primavera hasta el principio del otoño, y la forma de pinzar varía mucho según la especie de árbol que se trate.

            2.-ABONOS


         Las plantas se alimentan de las sales nutritivas que extraen del suelo. Los bonsáis, como viven en macetas pequeñas, pueden llegar a consumir todos los nutrientes que hay en la tierra, por eso, hemos de ir reponiendo mediante el
Detalle del sustrato de un bonsái

abonado los elementos que consume el árbol.

         Estos nutrientes son los mismos que necesitarían cualquier planta normal. Hay tres elementos básicos para mantener una planta sana.

     Uno es el nitrógeno, que favorece el crecimiento y sus hojas se verán verdes sanas, y los otros dos elementos fósforo  y potasio  favorecen la floración así como el desarrollo de raíces y endurecimiento del bonsái.

         En menores cantidades se suministran también un conjunto llamado microelementos que pueden ser calcio, azufre, magnesio, hierro, cobre, boro, etc.

         No abonaremos en invierno, ni durante los periodos o días de calor extremo, ni cuando el bonsái está en brotación. Si abonaremos en cambio, después de que hayan abierto las hojas y madurado.


           3.- PODA

         La poda de mantenimiento sirve para corregir el crecimiento de los árboles.

   
Poda de bonsáis

   Por lo general todas las ramas y brotes deben recibir luz. Por lo tanto eliminaremos todas las ramas que crezcan directamente hacia arriba o hacia abajo, las que se crucen con otras o las que crezcan hacia el interior. Aplicando esta regla conseguiremos una silueta triangular, con una base más amplia que la copa.





         Se puede formar un Bonsái solo con las técnicas de poda, aunque los
La poda se combina con el alambrado

resultados más naturales se consiguen combinando esta técnica con la del alambrado. La poda produce ángulos demasiado agudos en el tronco y ramas, mientras que el alambrado los produce suaves.

         Las raíces de todos los árboles crecen para encontrar el agua y los nutrientes que le son tan necesarios para la vida. Así pues, cuando un árbol crece en una maceta, 

     
Momento óptimo del trasplante

 Las raíces van creciendo hasta ocupar la totalidad del espacio limitado. Al mismo tiempo la tierra se va desgastando y pierde la facultad de proporcionar los nutrientes que el árbol necesita. 

      Si levantamos el árbol de la maceta veremos que las raíces forman un ovillo espeso y enredado. Este será pues el momento de trasplantar si deseamos mantener la salud del árbol, o bien deberemos plantarlo en una maceta mayor o en el suelo.

         Son sólo las raíces más jóvenes y finas las que trabajan para alimentar al árbol y éstas, al igual que las ramas, se activan y estimulan mediante la poda.


         Un árbol en una maceta no necesita de raíces gruesas para proporcionarle
Sólo nos interesan las raíces finas

estabilidad, tal y como las necesitan los árboles creciendo en el suelo, y cuando se podan estas raíces, el árbol reacciona emitiendo gran cantidad de raíces jóvenes y finas. Los resultados pueden observarse en la copa, con un crecimiento sano y vigoroso. En vez de una maceta llena de raíces viejas y poco útiles, las renovamos con raíces que son muy útiles y necesarias para el árbol.

         Así, la poda de raíces es necesaria en los Bonsái, y tal como cada año que pasa, éstos adquieren las características de vejez que buscamos.


            4.- TRASPLANTE

Trasplante de bonsáis
         El trasplante es otra operación que nos veremos obligados a efectuar muchas veces a lo largo de la vida de un Bonsái, por lo que podemos dividir esta técnica en tres variedades, dependiendo de la edad del árbol que tengamos entre manos o dependiendo de como lo obtengamos.

         En el trasplante de mantenimiento, el objetivo a conseguir es el de proveer a nuestro Bonsái de un suelo nuevo, poroso y rico en sustancias nutritivas.

         Una vez formada la copa y el cepellón, un Bonsái puede agotar la tierra de su maceta en dos años; los cientos de hojas de su parte aérea están demandando alimento y agua a las raíces continuamente, por lo que éstas crecen muy rápidamente.


         5.- ALAMBRADO



         El alambre permite modelar el árbol, darle una forma concreta, una mayor
Técnica del alambrado
belleza y una mayor similitud con las formas que adoptaría creciendo libremente en los distintos tipos de hábitat. También es necesario para corregir la forma o inclinación de aquellas ramas con irregularidades en su brotación, las que se cruzan con otras ramas, las que tienen un crecimiento excesivamente vertical, etc.,

       
     Por consiguiente, podemos considerar el alambrado como el método a utilizar para corregir los defectos, afinar y realzar las cualidades del árbol. Con ello nos permite utilizar ramas que de otro modo tendríamos que podar. En cierto modo el alambre sustituye la fuerza del peso de las ramas en los árboles grandes en la naturaleza.
         
           Cuando alambremos y mientras no se tenga experiencia, empezaremos por las ramas más finas, en ellas se emplean calibres de alambre más delgado, con lo que el riesgo de partir una rama al alambrar o al doblar la rama, es menor.

    
El alambre debe seguir la forma de la rama

     El alambre debe seguir la forma que tiene el tronco o la rama. Entre el alambre y la corteza del árbol, debe quedar justamente el grosor de una hoja de papel. Es decir el alambre debe sujetar la rama pero sin estrangular la corteza.

         El alambrado es una técnica que exige que la ramificación del árbol pueda verse con el mayor detalle posible. 

          En el supuesto de un árbol con hoja caduca, la respuesta obvia sería que el alambrado se realizase en invierno, cuando ha perdido todas sus hojas. Sin embargo esta época tiene sus inconvenientes,  las ramas de los árboles en esta estación no son tan flexibles como en primavera o verano.

           En invierno las ramas sobre las que vamos a colocar el alambre ya están lignificadas, lo que  supone que éste no comenzará a ser efectivo hasta que la savia no comience a circular de nuevo. Esto parece que no es importante, pero en caso de quebrar alguna rama, ésta no cicatrizará hasta la próxima primavera.

         Por el contrario, en primavera, el árbol es más flexible y si observamos atentamente los primeros indicios de brotación, nuestro trabajo no se verá dificultado por un follaje demasiado desarrollado.


         La época más conveniente para el alambrado de las coníferas, que siempre
Es conveniente alambrar ramas de dos en dos

conservan sus agujas, es aquella en que las yemas no están activas, es decir el período comprendido entre el otoño, en que ya han formado las nuevas yemas, y la primavera, en que éstas brotan.

         Es conveniente alambrar las ramas de dos en dos, sin olvidar en ningún momento que, al elegir cada par de ramas, exista una distancia suficiente entre cada una de ellas, que permita al menos dos vueltas de alambre en algún punto de sujeción, que puede ser una rama más gruesa o, generalmente, el tronco.

            6.- DEFOLIADO

 
Defoliado

        El defoliado, como su nombre indica, es la eliminación total o parcial de las hojas en las especies de hoja caduca, antes de que éstas caigan naturalmente en otoño.

El defoliado del bonsái involucra el cortar todas las hojas de un árbol durante el verano. Al hacer esto se fuerza al árbol a la creación de nuevos brotes, dando lugar a una reducción del tamaño de las hojas y a un aumento de la ramificación.

Esta técnica debe utilizarse únicamente sobre árboles caducifolios sanos y fuertes para soportar esta técnica estresante. El defoliado puede utilizarse también para reducir el crecimiento de determinadas partes del árbol, por ejemplo el defoliado de la zona apical del árbol dejando sin defoliar la zona baja; al hacer esto se equilibra la fuerza de crecimiento del árbol.

Para la mayor parte de las especies arbóreas, junio es el mejor mes para
Junio es la mejor época para defoliar
realizar el defoliado, ya que le queda suficiente tiempo al árbol para que genere nuevos brotes y hojas y se pueda preparar para la estación invernal. El momento exacto depende del árbol pero, como norma, se debe defoliar siempre después que el crecimiento primaveral haya madurado.
  
La mayor parte de los árboles caducifolios se puede defoliar, pero esté seguro de ello ya que algunos árboles no reaccionan bien a esta técnica. También se puede aplicar esta técnica a muchos árboles de hoja perenne como los ficus, pero nunca a las coníferas. Nunca defolie árboles débiles (debido a un reciente trasplante, poda o enfermedad) o bien los árboles que están todavía en modelado.
         
     
   
Debemos utilizar unas tijeras
alargadas y finas

Corte las hojas usando unas tijeras alargadas y afiladas, procure cortar por el peciolo dejando una parte de él intacto 


      
        Después del defoliado de un árbol sitúelo en la sombra durante un tiempo y déjelo que se recupere hasta que nazcan los nuevos brotes que tardarán aproximadamente un mes. Tenga en cuenta que deberá reducir ligeramente el riego.

         La defoliación parcial puede realizarse para siluetear el Bonsái (quitando las hojas que salgan de la silueta marcada). Generalmente el defoliado se lleva a cabo en variedades de hoja caduca, pero algunas de hoja perenne como algarrobos, olivos, ficus, quercus, etc., también son apropiadas. Si se observa atentamente un árbol, se ven zonas de muy distinto vigor en él. Por lo general en el ápice y la punta de las ramas se concentra toda la energía, como indica el que los brotes y ramas situados en esas zonas sean más gruesas y pobladas.
Con el defoliado intentamos igualar las partes del árbol

         Para conseguir un buen Bonsái, se necesita igualar las partes más vigorosas con las que tienen menos fuerza. Por esta razón, efectuamos el defoliado. Para ello, con unas tijeras afiladas de mango largo (o unas pinzas de defoliar), cortaremos el peciolo por la mitad. En el caso de alguna variedad de pecíolo corto (por ejemplo, olmos) las arrancaremos, con la precaución de no dañar el brote latente que se encuentra en la axila de la hoja. En el caso de variedades de pecíolo largo, los dejaremos en la planta, pues una vez comiencen a brotar las nuevas hojas, caerán por sí solos.
         

         7.- INJERTO

      Aunque el injerto fue una técnica rechazada durante mucho tiempo por los
Injerto en bonsái
aficionados al Bonsái, esta situación está cambiando y hoy en día es una de las técnicas de modelado comúnmente usadas por aficionados y profesionales
.

         Hoy en día, el injerto es una técnica muy popular y se hacen injertos no sólo para tener más ramas, sino para mejorar la estructura y ramificación de un Bonsái. Desde luego, si el árbol no precisa injertos será considerado de "calidad superior".

         Una vez realizadas todas las operaciones anteriores, colocaremos el árbol en un lugar al exterior. No debemos situarlo dentro de casa a no ser que hiele o esté nevando. De esta forma, cuando comience a calentarse el suelo por efecto de los rayos del sol, se despertará la savia del tronco, iniciándose la producción de raicillas alrededor de la incisión.

              8.- PODA DE RAÍCES

Poda de raíces
         Al terminar el primer año, quitaremos la tierra poco a poco y observaremos las nuevas raíces. Habrá algunas más gruesas que otras y debemos procurar, para obtener un buen Nebari, que todas ellas sean de igual vigor. Para conseguirlo, procederemos a la primera poda de raíces. Con unas tijeras muy afiladas, cortaremos las raíces más gruesas a unos 3 cm del tronco, mientras que las más finas se cortarán a unos 5 cm del mismo; las más finas, como pelos, no se cortarán, dando así oportunidad a que engorden.

         Al tiempo, cortaremos las que crezcan directamente hacia arriba o hacia abajo, con lo que ya tenemos preparado un perfecto nivel de raíces. Es el
Debemos de seleccionar las raíces finas
momento de quitar el alambre, con mucho cuidado para no dañar las raicillas, pero no cortaremos el tronco de ninguna manera este primer año, para no correr riesgos innecesarios. En vez de eso, ampliaremos la incisión haciéndola ahora mas larga y más honda. Esto provocará el engrosamiento en la base del tronco.

         Colocaremos otra vez la rejilla y la tierra, una vez podadas las raíces, y esparciremos musgo por encima de la superficie para mantener más humedad en el suelo. Podemos ya podar el árbol de acuerdo con la futura ramificación, puesto que dentro de poco estará plantado en una maceta de Bonsái, y en cuanto brote, comenzaremos a abonarlo con fertilizante líquido rico en fósforo y potasio, puesto que estos elementos favorecen el endurecimiento y producción de las raíces. Lo colocaremos en un lugar con sol, Pero ligeramente sombreado hacia principios de verano, y nos ocuparemos muy cuidadosamente de dar la vuelta al árbol periódicamente.

 
Trasplante de un bonsái

        Al final del segundo año las raíces habrán aumentado considerablemente y podremos cortar el tronco por debajo del alambre. Este trabajo debemos hacerlo procurando no dañar las raíces. Una vez separado el tronco acodado del pié del antiguo tronco, quitamos con mucho cuidado el alambre cortándolo con un cortaalambres de punta redonda. El trabajo final es aplicar pasta selladora al corte inferior, para evitar que el agua y la humedad del sustrato pudran la base del tronco.


             9.- SUSTRATO

 
detalle del sustrato de un bonsái

        El sustrato es la mezcla de tierra elegida para cultivar un Bonsái, es su único soporte de vida, por lo que tiene que ser estudiada su composición cuidadosamente, dependiendo de la especie y el momento determinado de su desarrollo.

         Debe permitir drenar el agua de riego fácilmente, pero a su vez mantenerse húmedo sin retener excesos de agua.

         Debe retener los nutrientes que se le aportan al árbol en forma de abonos y tiene que ser posible controlar su grado de acidez o alcalinidad.

         Debe ser esponjoso y suelto para contener aire que sirve de oxígeno a las raíces.


         Todos los ingredientes a mezclar han de ser tamizados desechando las
El sustrato debe ser tamizado

partículas más finas, debido a que estas se depositarán en el fondo de la maceta obstruyendo el drenaje y apelmazando la tierra que anula la aireación de la misma.

         La granulometría del sustrato que es la medida del tamaño de las partículas, granos y rocas de los suelos, depende del árbol a tratar y en qué estado se encuentre. Para los primeros años de cultivo en los que se necesita un crecimiento rápido, las granulometrías han de ser más bien gruesas, aunque depende también del tamaño del árbol y de la maceta.

     Está comprobado que se desarrollan mucho mejor las raíces en un compuesto de grano más bien grueso,  sobre todo cuando tienen que reponerse tras haber sido podadas. Con un sustrato así, es decir, más bien grueso, se puede abonar y regar de forma más asidua, favoreciendo el crecimiento de nuestro árbol. También se utiliza esta granulometría más bien gruesa, cuando un árbol está débil o poco vigoroso.

          El tamaño de calibres para una mezcla básica en estos primeros trasplantes, será una combinación de ellos, oscilando desde 2 mm. a 7 mm. apróximadamente, desechando como se ha dicho anteriormente las partículas más finas. Para esta labor se han de cerner todos los componentes de la mezcla por un tamiz del calibre de 2 mm, y si trabajamos con coníferas es aconsejable utilizar un tamiz del calibre de 3 mm.

       
Las coníferas prefieren suelos arenosos

  Las coníferas en general prefieren un suelo más arenoso y suelto, ricos en nutrientes, de modo que habrá que agregarle una mayor proporción de arena.

         Las perennifolias en general les gusta los suelos ricos en nutrientes y no muy ácidos, (la turba es mas ácida que el mantillo).

         Las caducifolias en general les gustan los suelos ricos en nutrientes, la tierra vegetal y el mantillo.



         La akadama  es el sustrato más utilizado en el cultivo de bonsái tanto por
Akadama
aficionados como profesionales. En japonés, Akadama significa, literalmente, “bola roja”, en referencia al aspecto rojizo y granular de esta tierra. Se trata de una arcilla volcánica que se extrae en explotaciones a cielo abierto en zonas boscosas de Cryptomeria.


         A los frutales y árboles de flor en general, prefieren un suelo menos arenosos, así que habrá que disminuir la proporción de arena, por el contrario les gusta los suelos ricos en nutrientes, la tierra vegetal y el mantillo ya que necesitan acumular una mayor reserva de nutrientes para la floración y la fructificación.


                10.- MACETAS

Debe haber una sincronía entre el bonsái y la maceta
La  acción de elegir en qué maceta crecerá nuestro bonsái es algo bastante delicado y a menudo provoca desacuerdos entre los aficionados. El elegir la maceta correcta tiene gran importancia ya que será esta la que realce a nuestro bonsái.

Antes de todo hay que decir que existen tres grupos de macetas utilizadas dentro del mundo del bonsái, tenemos las macetas de entrenamiento, la maceta propiamente dicha y las kuramas.

 Existen multitud de normas sobre qué tipo de maceta que se debe utilizar para cada árbol, alguno de los aspectos, es el tipo de especie, color, forma, tamaño, profundidad….

La regla principal es que debe haber una sincronía entre la maceta y el árbol, sin que ninguno le reste importancia visual al otro.

También es muy importante elegir el tamaño de la maceta y que sea proporcional con el árbol que vamos a plantar ya que el poner una maceta grande para un árbol pequeño sería un error.

Las macetas bajas son bastante decorativas, pero muy a menudo presentan problemas al momento del riego, el color de la maceta también tiene su importancia sobre todo por la estética y armonía con el árbol.

         El objetivo principal es la de proporcionar al árbol espacio suficiente como
Existen multitud de formas y colores de macetas
para hacerlo engordar, pero no vale cualquier maceta ya que el otro objetivo de la misma viene a ser el de ir acostumbrando al árbol a que desarrolle un sistema radicular lo más extenso horizontalmente posible, sin raíz pivotante y gran cantidad de raíces finas, que son las que en definitiva, hacen que nuestro árbol crezca y se encuentre en todo momento en condiciones óptimas.

El material con las que están fabricadas suelen ser de madera, barro o plástico.

         La forma es una de los aspectos que le proporcionara un apoyo al carácter de nuestro pequeño arbolito, ayudando a representar la imagen que nos gustaría mostrar.

Según el estilo del bonsái eligiremos una maceta u otra
Según el estilo en el que hayamos formado nuestro arboles usaremos una maceta u otra. No todos los estilos utilizan la misma maceta, ya que la armonía entre la maceta y el árbol varía según sus necesidades.
Hay otro aspecto que hay que recalcar en las macetas, los bordes. Según la forma y la dirección del borde, se consigue diferentes visiones del mismo árbol. Existen varios tipos de borde según la forma o la dirección del mismo tal y como se ve en el dibujo.

        Para seleccionar la maceta de bonsái lo primero que tenemos que tener encuentra es el carácter y la forma de nuestro árbol. La guía básica es lo que llamamos peso óptico de la planta.

 El peso está dado por la forma y como nos afecta en su conjunto con las ramas y hojas. Por ejemplo, un árbol que tiene una impresión masiva de fuerza y poder por lo general muestra un tronco grueso y fuerte con gran ritmo y ramas bifurcadas, por lo que requerirá de una maceta que exprese esta fuerza tanto desde el borde hasta la forma y tamaño de los pies de la maceta. Si por otra parte el árbol tiene una copa redonda y un tronco suave el peso óptico es menor.

        También se debe considerar el tipo de árbol. Las confieras confieren paz,
Los bonsáis en flor requieren un determinado
tipo de macetas
estabilidad y seriedad. Mientras que árboles con flores expresan cierta alegría y cambio. Por lo cual la maceta debe tener las mismas propiedades que el árbol.

Otra cualidad que imparte el carácter en las macetas y cambia el peso óptico de ellas, es el borde o falta de este que tienen.

La naturaleza de la maceta también depende de las características artísticas de los pies de las macetas. Árboles de mayor fuerza y peso óptico requieren macetas con pies sencillos, mientras que aquellos árboles con movimiento y menor peso requieren una mayor complejidad en los pies.

Los colores de las macetas son de suma importancia y en muchos de los casos se utilizan colores incorrectos para mostrar nuestros árboles.

          Como hemos mencionado el árbol y la maceta forman un conjunto. Tanto para la forma y el color, debe existir cierta armonía. La excelencia puede ser alcanzada seleccionando el matiz adecuado en relación al árbol.

Existen diversos colores de macetas
El color tiene funciones decorativas y psicológicas. El artista busca las mismas características del árbol en el color de la maceta.

El bonsaista busca por una maceta cuyo color es similar al follaje, o al tronco. En su mayoría utilizan el color del tronco para esta decisión.  Para esto hay que observar claramente el tronco, no todos los troncos son cafés, uno puede observar ligeras matices grises, violetas, amarillos etc.

El origen del bonsái está relacionado con la Religión Taoísta (de la que deriva el Zen), en la que el Universo está representado por el sentido de la vida y la armonía interna de todo lo que existe. Como ocurre en el Ikebana, en todo bonsái se encuentra un triángulo que representa la unión entre la tierra, el cielo y el hombre. Además, en esta religión, las miniaturas de la naturaleza concentran energía natural, que se creía pasaba a sus propietarios









votar    VOTAR EN BITÁCORAS

No hay comentarios:

Publicar un comentario